Las puertas del emblemático restaurante de Cuatro volvían a abrirse una noche más para recibir la visita de una nueva tanda de comensales dispuestos a darlo todo en la complicada búsqueda del amor. Uno de los solteros que quiso probar suerte en First Dates fue Carlos (52), un profesor de Ciudad Real que dejaba las cosas claras a su llegada.
La cita entre Angy y Carlos no tuvo mucho éxito, pero al menos disfrutaron de una agradable velada
Las puertas del emblemático restaurante de Cuatro volvían a abrirse una noche más para recibir la visita de una nueva tanda de comensales dispuestos a darlo todo en la complicada búsqueda del amor. Uno de los solteros que quiso probar suerte en First Dates fue Carlos (52), un profesor de Ciudad Real que dejaba las cosas claras a su llegada.
»Si tuviera una hija no me gustaría que saliera con un hombre como yo», confesaba. En el amor, no le había ido nada mal, ya que había tenido muchas relaciones. »He experimentado mucho, mi padre decía que llevaba 200 y siempre le decía que tantas no eran», reconocía. Quería conocer a una mujer romántica y cariñosa.

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Y la elegida para cenar con él era Angy (54), una administrativa de Ciudad Real que se definía como una persona muy apasionada. Su objetivo en First Dates era conocer a una persona empática, buena y con una pizca de locura. La soltera se quedaba sin palabras al ver que Carlos le tenía una pequeña sorpresa musical preparada. »Lo que más me ha gustado de Angy son sus curvas», confesaba ante el equipo. »Parece normal, ni guapo ni feo», comentaba ella.
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Tras intercambiar sus primeras palabras, la presentadora acompañaba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban la velada poniéndose al día de sus vidas. »Tengo dos hijos», contaba ella. »Yo tengo un hijo, pero no me importaría tener más», reconocía el soltero. »Yo no quiero más. Ahí me ha matado. Yo quiero disfrutar», dejaba claro la manchega.

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Momentos después, el manchego explicaba que lo único que había pedido al programa es que su cita no fuera »ni chico ni trans». »¿Tienes algo en contra de las personas trans?», preguntaba. »No, pero no me gusta de pareja», explicaba él. »No sé qué le pasa, pero en eso difiero totalmente de él», aseveraba ella. Tampoco coincidían en su forma de entender las relaciones. »Yo hice intercambio de parejas, pero no me llevé a mi novia, me llevé a otra», contaba Carlos. »Yo no haría intercambio de parejas», dejaba claro ella.
En un punto de la velada, el famoso rasca del programa les ponía a prueba con preguntas picantes. »Yo jamás he fantaseado con una persona de mi mismo sexo. Venía nervioso en el coche pensando ‘a ver si se van a equivocar y me ponen un tío»’, relataba el manchego. »Yo una vez tuve un sueño con una profesora», declaraba Angy a la vez que reconocía que nunca había hecho un trío.
»Si hablo, voy a quedar con un fantasma»

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Pero la situación empeoraba cuando el soltero se negaba a decir cuántas veces podía tener sexo en una noche. »Si hablo, voy a quedar con un fantasma», expresaba. »Me he tirado 24 horas seguidas sin salir del hotel», reconocía ante el equipo. »Dime de que presumes…», aseveraba ella.
En el reservado del programa, Angy vivía un momento de lo más incómodo con el famoso juego del azar. »Eso es muy peligroso», exclamaba. »Dale a tu cita un besito en el pechito», decía el soltero mientras la soltera decidía pararle los pies. »Me están viendo mis hijos, eso no pone», aseguraba. Tras una cita llena de percepciones completamente opuestas, los solteros se volvían a ver las caras en la decisión final, donde Angy rechazaba un segundo encuentro.
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