Encontrar el amor sigue siendo una tarea pendiente para numerosas personas. Por ello, son muchos los que deciden probar suerte en el programa de citas más popular de la pequeña pantalla, First Dates. Todos acuden ilusionados y con el objetivo de conocer a alguien especial con el que poder dar inicio a una preciosa historia de amor. Pero la realidad es que la gran mayoría abandonan el local de Cuatro en solitario.
Pirri y Ana se llevaban una tremenda decepción al llegar al restaurante del amor
Encontrar el amor sigue siendo una tarea pendiente para numerosas personas. Por ello, son muchos los que deciden probar suerte en el programa de citas más popular de la pequeña pantalla, First Dates. Todos acuden ilusionados y con el objetivo de conocer a alguien especial con el que poder dar inicio a una preciosa historia de amor. Pero la realidad es que la gran mayoría abandonan el local de Cuatro en solitario.
Una de las protagonistas de la noche del jueves era Ana (55), una camarera de piso de Guipúzcoa que no había tenido nada de suerte en el amor. »No hay nada, no hay ‘chicarrones del norte’ y los que hay salen rana», confesaba. Una de sus grandes pasiones era la pesca. Pese a su mala fortuna en el terreno sentimental, la soltera confesaba que no pedía nada especial: »Sincero, que sea él y que no me venda la moto».

Mediaset
Su cita era Pirri (55), un repartidor de Asturias que tenía una pasión muy clara: »Andar por el monte con la bicicleta». Igual de claro tenía que Ana no iba a ser la mujer de su vida. »Su look me gusta, pero la veo muy mayor para mí. Me gustan más jóvenes», aseveraba. »Es un chicarrón asturiano, pero en Asturias debe ser el tamaño un poco más bajo», sentenciaba ella.
Lee tambiénNerea Parraga Frutos

Tras intercambiar sus primeras palabras, el presentador acompañaba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban la velada poniéndose al día de su vida. Poco a poco se fueron dando cuenta de que lo único que iban a tener en común era que los dos tenían hijos. Y es que en aficiones no lograban coincidir. »Pescar es muy triste», aseguraba el soltero. »No, ¿tú sabes lo entreteniendo que es?», declaraba ella. »Tirar la caña y esperar. Creo que no he ido nunca a pescar, lo veo muy aburrido», insistía él.

Mediaset
Por su parte, el asturiano explicaba que pasaba gran parte de tu tiempo montando en bicicleta por el monte o haciendo descensos. Algo que tampoco encajaba con la soltera. »Él al monte y yo a pescar», decía entre risas. »Me teníais que haber traído a una que le gustara la montaña para hacer descensos como yo, íbamos a disfrutar mucho más», sentenciaba él.
La cita avanzaba y la complicidad entre ambos era prácticamente inexistente. Aún así, el asturiano decidía no ser sincero con la soltera cuando le preguntaba por su primera impresión. »Me has parecido bien, llamativa, no pasamos desapercibidos», decía. Sin embargo, reconocía delante del equipo que no se sentía seguro con chicas más altas que él. »Igual me siento un poco inferior. Estoy mejor con chicas de mi estatura. Está un poco desfasada», confesaba.

Mediaset
En la recta final, Pirri daba un paso adelante y confesaba delante de la soltera que no había cumplido sus expectativas. Un pensamiento que compartía con Ana. »Yo igual porque lo primero que he dicho es lo de ‘chicarrón’, pero como tío me has caído estupendamente», declaraba. Finalmente, los dos rechazaban una segunda cita por falta de química.
Televisión