Encontrar el amor en First Dates es más complicado de lo que parece. Y sino que se lo digan a los numerosos comensales que cada noche cruzan las puertas del famoso restaurante de Mediaset con ilusión, pero acaban marchándose del programa sin compañía. Esto es lo que le sucedía a Fran (30), un creador de contenido de Barcelona que estaba decidido a romper con los estereotipos de género.
Joan y Fran protagonizaban una de las veladas más tensas de la noche del miércoles
Encontrar el amor en First Dates es más complicado de lo que parece. Y sino que se lo digan a los numerosos comensales que cada noche cruzan las puertas del famoso restaurante de Mediaset con ilusión, pero acaban marchándose del programa sin compañía. Esto es lo que le sucedía a Fran (30), un creador de contenido de Barcelona que estaba decidido a romper con los estereotipos de género.
»Yo en redes soy Pink Panther porque me encanta el rosa y soy una pantera», confesaba. Además de crear contenido sobre moda, el soltero también estaba muy comprometido con la divulgación de temas sociales. »Cada uno puede ser quien quiera ser y no hace falta que te etiquetes con nada», declaraba.

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El elegido para cenar con él era Joan (28), un publicista de Barcelona que se definía como un chico tímido, gracioso y social con confianza. Llevaba más de cinco años en el mundo de la soltería porque, tal y como explicaba, le resultaba muy difícil encontrar a una persona con las cosas claras. La primera impresión entre ambos era bastante peculiar. »De cara, es muy guapete», reconocía Fran. Eso sí, el creador de contenido se llevó una desilusión con su ‘total look’ negro. »No quise arriesgar», confesaba Joan. »Eres muy guapo para no lucirte», le decía Fran.
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Por su parte, Joan expresaba ante el equipo que el estilismo de Fran era demasiado »extravagante» para él. Tras intercambiar sus primeras palabras, Sobera acompañaba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban una velada que iba a estar marcada por sus continuos reproches y dardos. »Si lleva cinco años soltero, por algo será. Creo que me replantaría las cosas», sentenciaba el influencer.

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Momentos después, Laura Boado se acercaba hasta la mesa para tomar nota de la comanda. Fue en ese momento cuando Fran descubrió que Joan tenía alergia a una larga lista de alimentos. »¿Eres igual de especial para los tíos?», decía el influencer, dejando al publicista sin palabras.
La cita avanzaba, pero la complicidad entre ambos seguía sin aparecer. Y es que, tema que tocaban, tema en el que no coincidían. »Me aburres. Si a este chico me lo llevo a la cama es para ver una película de terror», sentenciaba Fran ante el equipo. »Es un poco personaje», aseveraba Joan. Además, sus personalidades tampoco encajaban: Fran era un chico muy extrovertido y directo, mientras que Joan se mostraba más tímido y reservado. »A mí me gustan los chicos lanzados y él no me lo ha parecido», comentaba el influencer. »Quedaré como un rancio y como un cuadriculado, pero no lo soy», insistía Joan.

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En la recta final, los solteros se desplazaban hasta el reservado del programa, donde intentaban acercar posturas a través de baile. Pero el momento no tuvo el efecto deseado. »Es demasiado protagonista. Quiere ser el centro de atención y eso conmigo no va», sentenciaba Joan. Finalmente, volvían a verse las caras en la decisión final.
Allí, Fran no pudo ser más directo: »Estoy un poco aburrido. No tendría una segunda cita porque te veo muy parado». »Claro a tu lado…», decía Joan a la vez que también rechazaba un segundo encuentro. Antes de despedirse, Fran volvía a lanzar un duro reproche: »Bueno, que tengas más energía, que disfrutes mucho más y sigue con la batidora porque otras cosas te faltan». Unas palabras que, lejos de suavizar el ambiente, fueron más que suficientes para que Joan se marchara, dejando a Fran con la palabra en la boca.
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