Sabrina Carpenter (Pensilvania, 26 años) vestida con un minivestido negro a cuatro patas, mientras un hombre fuera del cuadro le tira del pelo. Esta imagen, publicada en el Instagram de la artista —donde cuenta con 47,8 millones de seguidores― el pasado 11 de junio, es la portada de su nuevo álbum, Man’s Best Friend. En redes sociales, se viralizó al momento: Carpenter fue rápidamente acusada de promover la sexualización femenina con estereotipos anticuados, de alimentar una narrativa misógina y regresiva, y de reproducir y mostrar comportamientos tóxicos de control sobre la mujer. Sin embargo, algunos seguidores defendieron la decisión de la artista de ilustrar así su álbum alegando que la fotografía no solo era irónica, sino que también era empoderada y su actitud ante la cámara, más desafiante que complaciente, era un guiño a la liberación sexual.
La imagen principal de ‘Man’s Best Friend’, donde se ve a la artista a cuatro patas y con un hombre tirándole del pelo, incendió las redes sociales. La nueva foto emula la que Arthur Miller tomó a Marilyn Monroe en 1960, pero ambas van más allá de una estrategia comercial y han reabierto el debate en torno al escrutinio de las artistas femeninas
Sabrina Carpenter (Pensilvania, 26 años) vestida con un minivestido negro a cuatro patas, mientras un hombre fuera del cuadro le tira del pelo. Esta imagen, publicada en el Instagram de la artista —donde cuenta con 47,8 millones de seguidores― el pasado 11 de junio, es la portada de su nuevo álbum, Man’s Best Friend. En redes sociales, se viralizó al momento: Carpenter fue rápidamente acusada de promover la sexualización femenina con estereotipos anticuados, de alimentar una narrativa misógina y regresiva, y de reproducir y mostrar comportamientos tóxicos de control sobre la mujer. Sin embargo, algunos seguidores defendieron la decisión de la artista de ilustrar así su álbum alegando que la fotografía no solo era irónica, sino que también era empoderada y su actitud ante la cámara, más desafiante que complaciente, era un guiño a la liberación sexual.
Ante la polémica generada en internet, Carpenter fue clara: “Siempre me resulta muy gracioso cuando la gente se queja. Dicen: ‘Todo lo que hace es cantar sobre esto [sexo]’. Pero esas son las canciones que se han hecho populares. Claramente, te encanta el sexo. Estás obsesionada con él”, se burló la cantante en una entrevista de portada para Rolling Stonepublicada el 12 de junio de 2025. Dos semanas más tarde de la polémica, Carpenterha vuelto a responder a los haters publicando en su Instagram una portada alternativa “aprobada por Dios”, que emula la icónica fotografía de Marilyn Monroe y Arthur Miller en 1960. En la nueva imagen, que contrasta directamente con la representación de la versión anterior, se muestra a Carpenter apoyada en el hombro de un hombre con traje, luciendo un elegante vestido con escote corazón. No se sabe si esta decisión es un homenaje atemporal al Hollywood clásico, una sátira al puritanismo, una respuesta ante las críticas o una cuidada estrategia de marketing para promocionar el lanzamiento de su nuevo disco (disponible a partir del 28 de agosto).
Carpenter no es ajena a las críticas, a la polémica y al conservadurismo que se le impone externamente. Sus números acústicos en conciertos, a menudo momentos íntimos y sencillos, pasan desapercibidos en comparación con sus coreografías atrevidas, en las que participa en juegos de rol irónicos, como, por ejemplo, cuando canta Juno y tras la frase: “Have you ever tried this one?” (¿Alguna vez has probado esto?, en español) simula una pose sexual. Los primeros, rara vez se muestran en redes sociales, mientras que estos últimos son ampliamente documentados y compartidos. Además, se han convertido en un tema público de conversación y de discusión, con padres y críticos señalando que sus presentaciones no son apropiadas para audiencias jóvenes.
En su conversación con Rolling Stone, Carpenter aborda la realidad de ser una mujer en la industria musical actual y las críticas constantes que recibe: “No quiero ser pesimista, pero siento que nunca he vivido en una época en la que las mujeres hayan sido tan desprestigiadas y escrutadas en todos los sentidos”, afirma. “No me refiero solo a mí. Me refiero a todas las artistas femeninas que crean arte ahora mismo. Estamos en un momento tan extraño en el que pensarías que es poder femenino y mujeres apoyando a mujeres, pero en realidad, en el segundo que ves una foto de alguien con un vestido en una alfombra, tienes que decir todo lo malo sobre eso en los primeros 30 segundos que lo ves“, critica.

Las dos portadas de Man’s Best Friend van más allá de una estrategia comercial de Carpenter y han reabierto el debate en torno al sexo, la sexualidad y el escrutinio sobre las artistas femeninas. En un artículo de The Atlantic, publicado el 28 de agosto de 2024, Spencer Kornhaber habla sobre cómo las nuevas artistas pop se hacen bromas sobre ellas mismas y comenta que, en la historia de la cultura pop, las representaciones femeninas que emulan cualquier tipo de poder sexual, han sido consideradas por y para los hombres. “Carpenter es una mujer femenina que canta más allá de la mirada masculina, dirigida a las mujeres, y se compadece con exasperación.Es como si Betty Boop fuera consciente y escribiera canciones mordaces sobre los chicos que la miran con lujuria. O, para usar las referencias de la generación de Carpenter, es como una muñeca Bratz —esas hijas de Barbie, dueñas de sí mismas y bastante intimidantes— hecha realidad”, escribía Kornhaber en la publicación.
La revista TIME publicó un análisis el pasado 20 de junio donde se explicaba el debate en torno a Carpenter. De acuerdo con la publicación, escrita por Taylor Crumpton, la polémica se produce en un contexto social marcado por los constantes ataques a los derechos reproductivos y el acceso a anticonceptivos, así como el auge de modelos tradicionales de maternidad y la figura de las Tradwives (esposas tradicionales, en español) y por políticas federales que han recortado la financiación y el acceso a la educación sexual. El medio advierte que, debido a esto, la sexualidad se percibe cada vez más como un acto temido y restringido.

Por ello, tal y como explica TIME, la reacción negativa ante la portada de Carpenter sugiere que la sociedad estadounidense proyecta sus frustraciones sexuales sobre figuras públicas, como las estrellas del pop. Es decir, en lugar de reconocer sus propios deseos, el público canaliza su incomodidad a través de la crítica, la censura y el castigo, especialmente hacia mujeres que muestran confianza en su sexualidad y desafían las normas establecidas. Crumptonexplica así el fenómeno: “El sexismo no es exclusivo de la industria musical, ni tampoco el racismo, pero los estándares impuestos a las mujeres en la industria musical reflejan las normas sociales y culturales de la época en la que actúan. La existencia del conservadurismo, que está tan desenfrenado como siempre en la segunda administración del presidente Donald Trump, se opone directamente a las estrellas del pop sex-positive“.
Carpenter no es la primera estrella pop acusada de inmoralidad sexual. “De hecho, es un rito de paso perverso en nuestro panorama de la cultura pop”, se lee en la publicación de TIME antes de enumerar a las estrellas que han tenido que soportar el mismo escrutinio y juicio que la artista de Pensilvania: Janet Jackson y el lanzamiento de su sencillo The Pleasure Principle (1986) durante la presidencia de Ronald Reagan, un periodo de fuerte conservadurismo; George H. W. Busch estaba en plena campaña electoral cuando Madonna publicó su libro Sex coffee, que fue prohibido en varios países; o cuando Britney Spears y Christina Aguilera dejaron de lado sus personajes de “chica de al lado” y adoptaron estilos más sensuales, que también generaron controversia, cuando el presidente de los Estados Unidos era George Bush.

Las dos portadas de Man’s Best Friend exponen las tensiones entre el conservadurismo y la libertad sexual y plantea hasta dónde llegan los límites de la expresión femenina y la libertad creativa en la música de las artistas.
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