En cada extremo de la pista, sobre las líneas de fondo, amarillea la hierba del Queen’s Club. Luce desgastada, pisoteada ya en este último tramo del torneo. Está castigada por los tenistas.
En vísperas de Wimbledon, el talento murciano derrota a Lehecka y suma su tercer título consecutivo (7-5, 6-7 (5) y 6-2 en 2h06m)
En cada extremo de la pista, sobre las líneas de fondo, amarillea la hierba del Queen’s Club. Luce desgastada, pisoteada ya en este último tramo del torneo. Está castigada por los tenistas.
Por momentos, la hierba de Queen’s parece tierra, puede conducir a equívocos, pero las apariencias engañan. Quien se enrede se meterá en un lío. En Queen’s, a doce kilómetros de Wimbledon, a una semana vista del arranque del Grand Slam londinense, hay que adaptarse a las circunstancias: el juego se acelera, escasean los largos intercambios, hay que golpear con el alma.
Carlos Alcaraz (22) golpea con el alma y también lo hace Jiri Lehecka (23), pero a este no le basta: Alcaraz es demasiado.
Alcaraz es demasiado para Lehecka.
Alcaraz es demasiado para cualquier rival: al imponerse en Queen’s (7-5, 6-7 (5) y 6-2 en 2h06m), el murciano suma su tercer título consecutivo, tras el Masters 1.000 de Roma y Roland Garros, y su 18.ª victoria de un tirón, no hay quien le tosa hoy, ¿puede alcanzar Wimbledon en mejores condiciones?
(Es su segundo título allí, tras el del 2023. Solo otros dos españoles han ganado en Queen’s: Rafael Nadal, en el 2008, y Feliciano López, en 2017 y 2019).
Sea arcilla, sea hierba, sea hierba desgastada, el murciano se adapta a todo. Asimila las superficies, igual que metaboliza las características del adversario. En la semifinal, en la víspera, había aceptado las demandas de Roberto Bautista, más terrícola, de largos intercambios combinados con recortes sobrevenidos.
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Ahora, Lehecka solo juega de un modo: saque-volea. Castañazo a cada golpe, y el que menos falle se llevará el trofeo.
Su fórmula ha sido deficitaria en tierra batida: cómo olvidar el castigo que había sufrido semanas atrás, durante la tercera ronda de Roland Garros, ante Jannik Sinner.
6-0, 6-1 y 6-2, en 1h34m, le había endosado el italiano.
Repito: 6-0, 6-1 y 6-2.
(…)
Pero en hierba, Lehecka funciona. Le planta cara a un Alcaraz que acaricia la excelencia y, por momentos, se federiza: al servir, el murciano gana juegos en blanco.
Cuatro aces en un minuto.
En pie, gente de Queen’s.
Invulnerable
El murciano metaboliza las superficies y las características de cada adversario
Lehecka (30.º del mundo en la actualidad) arriesga y prueba, y tira bolas a las líneas (“¡otra línea!”, vocea Alcaraz cuando se le escabulle el tie break de la segunda manga, vocea tras otro acierto del checo), y se vuelve una amenaza.
El checo no se postra ni se arrodilla. Tampoco se asusta. Sirve a 200 km/h e insiste en los golpes ganadores (registra 16 en el segundo set, por los trece de Alcaraz). Asumiendo esos riesgos, fuerza el tercer set y alarga el envite.
–Ha sido un momento duro. Estaba sirviendo muy bien hasta esa fase del partido y todo se ha complicado. Había estado controlándolo todo, pero él ha dado un extra de sí mismo y ha logrado alargarlo. Así que, para afrontar el tercer set, he tenido que resetearme –dice Alcaraz al final.
Cierto: Alcaraz tampoco se asusta, ni siquiera al crecerse Lehecka. Sigue sirviendo de maravilla, no le da tregua al checo.
Al final firma 18 aces, una barbaridad en un duelo a tres sets (más del doble que Lehecka, que registra siete saques directos), y también se muestra rápido y reactivo cada vez que el checo angula un golpe. Al ángulo de Lehecka le sigue una dejada, una maniobra aparentemente imposible de replicar por el murciano, y sin embargo el hombre llega, se lleva algunos puntos inverosímiles.
Grassalcaraz, había firmado en la cámara tras la semifinal.
Yessss firma Alcaraz ahora, cuando alcanza su quinto título del año y persiste en la persecución sobre Sinner, el rey del circuito que no tiene respiro.Castañazo a cada golpe, y el que menos falle se llevará el trofeo.
Su fórmula ha sido deficitaria en tierra batida: cómo olvidar el castigo que había sufrido semanas atrás, durante la tercera ronda de Roland Garros, ante Jannik Sinner.
6-0, 6-1 y 6-2, en 1h34m, le había endosado el italiano.
Repito: 6-0, 6-1 y 6-2.
(…)
Pero en hierba, Lehecka funciona. Le planta cara a un Alcaraz que acaricia la excelencia y, por momentos, se federiza: al servir, el murciano gana juegos en blanco.
Cuatro aces en un minuto.
En pie, gente de Queen’s.
Lehecka (30.º del mundo en la actualidad) arriesga y prueba, y tira bolas a las líneas (“¡otra línea!”, vocea Alcaraz cuando se le escabulle el tie break de la segunda manga, vocea tras otro acierto del checo), y se vuelve una amenaza.
El checo no se postra ni se arrodilla. Tampoco se asusta. Sirve a 200 km/h e insiste en los golpes ganadores (registra 16 en el segundo set, por los trece de Alcaraz). Asumiendo esos riesgos, fuerza el tercer set y alarga el envite.
–Ha sido un momento duro. Estaba sirviendo muy bien hasta esa fase del partido y todo se ha complicado. Había estado controlándolo todo, pero él ha dado un extra de sí mismo y ha logrado alargarlo. Así que, para afrontar el tercer set, he tenido que resetearme –dice Alcaraz al final.
Cierto: Alcaraz tampoco se asusta, ni siquiera al crecerse Lehecka. Sigue sirviendo de maravilla, no le da tregua al checo.
Juegos en blanco
En la hierba, Alcaraz se ‘federiza’: cuando sirve, gana juegos en blanco, con cuatro aces de un tirón
Al final firma 18 aces, una barbaridad en un duelo a tres sets (más del doble que Lehecka, que registra siete saques directos), y también se muestra rápido y reactivo cada vez que el checo angula un golpe. Al ángulo de Lehecka le sigue una dejada, una maniobra aparentemente imposible de replicar por el murciano, y sin embargo el hombre llega, se lleva algunos puntos inverosímiles.
Grassalcaraz, había firmado en la cámara tras la semifinal.
Yessss, firma Alcaraz ahora, cuando alcanza su quinto título del año y persiste en la persecución sobre Sinner, el rey del circuito que no tiene respiro.
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