Permiso para cantar ‘Mata al blanco’

En el 2010, un joven político de 29 años, Julius Malema, empezaba a despuntar en el ruedo político sudafricano por su desparpajo y su lengua afilada al frente de las juventudes del Congreso Nacional Africano (CNA), el partido en el poder desde el fin del apartheid. En uno de sus mítines dio una vuelta de tuerca a sus maneras radicales y populistas: agarró el micrófono y entonó provocador la canción Dubul’ ibhunu , con un estribillo sin matices. 

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 Un tribunal de Sudáfrica permite interpretar el tema que indigna a los afrikáners y que, según Elon Musk, promueve “el genocidio blanco”.  

En el 2010, un joven político de 29 años, Julius Malema, empezaba a despuntar en el ruedo político sudafricano por su desparpajo y su lengua afilada al frente de las juventudes del Congreso Nacional Africano (CNA), el partido en el poder desde el fin del apartheid. En uno de sus mítines dio una vuelta de tuerca a sus maneras radicales y populistas: agarró el micrófono y entonó provocador la canción Dubul’ ibhunu , con un estribillo sin matices. 

Sus versos en lengua xhosa, surgidos en la década de los ochenta en los años más duros de la lucha callejera contra el régimen racista del apartheid, se traducen literalmente como ‘Matad al bóer’ o ‘Matad al granjero blanco’. 

Luz verde a entonar “Kill the boer”

El Tribunal Constitucional sudafricano no admitió un recurso contra su uso por líderes políticos y se seguirá permitiendo cantar la canción en los mítines.

Aquel himno popular contra el régimen supremacista blanco llama también a disparar a los “perros” y “cobardes” bóer, como se conoce a los afrikáners granjeros blancos, descendientes de los colonos holandeses y franceses que llegaron por primera vez a Sudáfrica en el siglo XVII.

La controversia e indignación que provocó aquella canción, que disparó la popularidad de Malema, quien tras ser expulsado del CNA canta el tema ahora al frente del partido de extrema izquierda los Luchadores por la Libertad Económica (EFF, por sus siglas en inglés), continúa más viva que nunca. La semana pasada el Tribunal Constitucional sudafricano no admitió un recurso contra su uso por líderes políticos y se seguirá permitiendo cantar la canción en los mítines. 

La decisión del juez respondía a un recurso presentado por AfriForum, un grupo de presión afrikáner vinculado a la extrema derecha, contra una sentencia anterior del Tribunal de Igualdad del país que dio luz verde a interpretar la canción al no considerar que incitara al odio.

El tema, himno popular de la lucha antiapartheid, llama a disparar a los granjeros y blancos “perros” y “cobardes”

Las quejas de la comunidad afrikáner van más allá de los radicales blancos de AfriForum, que no son hermanitas de la caridad: en su día se ampararon en la libertad de expresión para oponerse a la prohibición de ondear la bandera racista del apartheid. 

Tras la decisión del tribunal, el partido opositor y moderado Alianza Democrática emitió un comunicado para subrayar que el “incendiario” cántico Matad al bóer “incita a la violencia, aviva el odio y profundiza las divisiones en nuestra sociedad”. 

Según el partido, la canción “no tiene cabida en nuestra sociedad, independientemente de cualquier fallo legal sobre su constitucionalidad. El hecho de que esta canción siga siendo cantada por Julius Malema y otras figuras políticas es profundamente preocupante e inaceptable”.

La polémica llega a EE.UU.

 Elon Musk publicó en su red social X un vídeo de Malema cantando la canción y denunció que los políticos locales estaban «promoviendo activamente el genocidio blanco».

La canción se ha convertido en un símbolo de rebeldía y desafío al sistema. Además de Malema, el expresidente Jacob Zuma, desterrado del CNA por sus escándalos de corrupción, también entona Matad al bóer en los mítines de su nuevo partido, Umkhonto We Sizwe (MK), que fue por sorpresa la tercera fuerza del país en las elecciones del año pasado.

Musk celebra la investidura de Trump con un saludo parecido al nazi
Musk celebra la investidura de Trump con un gesto extremadamente parecido al saludo nazi 
Reuters

Por si fuera poco, la canción ha atravesado fronteras y se ha colocado en el centro de la política internacional del país. El pasado marzo, el magnate sudafricano Elon Musk publicó en su red social X un vídeo de Malema cantando la canción y denunció que los políticos locales estaban «promoviendo activamente el genocidio blanco». Poco después, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, añadió que “los líderes y políticos sudafricanos deben tomar medidas para proteger a los afrikáners y a otras minorías desfavorecidas”. 

Los líderes y políticos sudafricanos deben tomar medidas para proteger a los afrikáners y a otras minorías desfavorecidas”

Marco RubioSecretario de Estado de EE.UU.

La polémica enturbió todavía más las malas relaciones del presidente Donald Trump con su homólogo sudafricano, Cyril Ramaphosa, después de que el líder estadounidense castigara al Gobierno de Sudáfrica por aprobar una nueva ley de Expropiación de Tierras que, según la Administración norteamericana, influida por Musk, margina a la minoría blanca. Además de recortar la financiación al Gobierno sudafricano, Trump ofreció asilo a los bóers o afrikáners que lo soliciten.

En el artículo del Daily Maverick “Una canción cantada por pocos que divide a muchos”, el periodista Stephen Grootes lamentaba la posición tibia del CNA en el asunto, pero también que una canción casi olvidada sirva ahora como herramienta de quienes siembran odio. “Esta cuestión va a ser aprovechada por Elon Musk, el dueño de la plataforma de redes sociales más divisiva, quien trabaja para alguien que ha dividido a su nación y ahora trabaja para dividir el mundo. Y de alguna manera, esta canción, esta letra, Matad al bóer , va a tener un papel en ese objetivo”.

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