Muere Maggie Smith, legendaria actriz británica ganadora de dos Oscar y estrella veterana en Downton Abbey y Harry Potter

Maggie Smith ganó dos premios Oscar por Los mejores años de Miss Brodie y California Suite Leer Maggie Smith ganó dos premios Oscar por Los mejores años de Miss Brodie y California Suite Leer  

«Este chico será famoso. No habrá ni un niño en nuestro mundo que no conozca su nombre». Aunque la frase emana de una ya veterana Minerva McGonagall en la primera entrega de Harry Potter, Harry Potter y la piedra filosofal, la profecía bien podría entenderse como el legado de quien la convirtió en carne. Porque a Maggie Smith, ganadora de dos Oscar y fallecida este viernes a los 89 años, según ha informado su publicista, no hay un solo niño -ni seguramente mayor- de varias generaciones que no la conozca.

Podrán hacerlo por su profesora de un colegio femenino del Edimburgo de los años 30 en Los mejores años de Miss Brodie, que le valió un primer Oscar; por la hilarante Diana Barrie de California Suite, que le dio el segundo; por esa entrañable profesora McGonagall de la saga de Harry Potter, o por su astuta Violet Crawley, condesa de Grantham en Downton Abbey, que le reportó otros dos Emmy y un Globo de Oro.

Los hijos de Maggie Smith, Chris Larkin y Toby Stephens, han informado en un comunicado que la actriz ha fallecido en la madrugada del jueves al viernes en un hospital londinense: «Deja dos hijos y cinco nietos que están destrozados por la pérdida de su extraordinaria madre y abuela». Y también deja una carrera tan descomunal por extensa y por excelsa que tiene difícil concreción como parte de una generación que lideró junto a Vanessa Redgrave y Judi Dench.

Para encontrar los inicios de Maggie Smith, tras estudiar interpretación en la Oxford Playhouse School, cerca de la que fue su residencia infantil, hay que acercarse al teatro británico de los años 50 donde Noche de Reyes, de William Shakespeare, marcó el punto de inicio. Del gran dramaturgo de la literatura universal, poco le faltó por explorar a una actriz asociada a la comedia pero a la que hasta la división por géneros se le quedó corta. Fue Reina Isabel en Ricardo III; Lady Mcbeth, en Mcbeth y Roselind en Como gusteis en el Stratford Shakespeare Festival canadiense. Y también Hedda Gabler, en el psicológico texto de Henrik Ibsen que dirigió Ingmar Bergman.

Maggie Smith, con su Premio Oscar por California SuiteAP

Pese a esos inicios vinculados a las tablas británicas, a las que no se volvió a subir tras padecer un cáncer en 2008, fueron el cine y la televisión los que se encargaron de lanzar una carrera que sostienen más de medio centenar de proyectos, varias decenas de nominaciones a los grandes premios y dos estatuillas de los Oscar que adornan su palmarés. El primero, en 1969, por su Jean Brodie, esa profesora poca dada a lo convencional y con un polémico gusto por dictadores como Mussolini o Franco, que también le granjeó el premio de la Academia Británica (BAFTA) a las órdenes de Ronald Neame. Once años después le llegaría el segundo reconocimiento de Hollywood por California Suite, con cuya actuación encandiló hasta a su compañero Michael Caine: «Maggie no sólo robó la película, cometió hurto mayor».

Pero fue nuevamente Shakespeare, siempre presente, quien la acercó al estrellato hollywoodiense porque su primera nominación al Oscar llegó gracias al papel de Desdémona, junto a Laurence Olivier, en Otelo en 1965. Sin olvidar tampoco la versión británica de Una habitación con vistas, junto a su coetánea Judi Dench y a los jovencísimos Daniel Day Lewis y Helena Bonham Carter; ni su Miss Bower de Muerte en el nilo, con Bette Davis y Angela Lansbury.

Ya pasados los 70, el cine aún le guardaba un nuevo éxito a la actriz británica, que en 1990 fue condecorada como Dama de la Orden del Imperio británico por Isabel II, convertida en símbolo de una generación que no debía ser la suya, gracias a su profesora McGonagall de la saga Harry Potter, con cuyo protagonista, Daniel Radcliffe, ya había compartido reparto en 1999 en la serie de televisión David Copperfield. Mezcla de rectitud y bondad, la jefa de la casa Gryffindor es uno de los personajes que acompaña al joven mago hasta el final de su historia.

Y, entre medias, fue la televisión la que acabó por redondear una carrera a la que Downton Abbey le puso el broche. Tres premios Emmy (2011, 2012 y 2016) como mejor actriz de reparto constatan su éxito en la ficción; una interpretación rotunda como Violet Crowdey, la grandeza de la británica. Aunque tampoco conviene olvidar esa excéntrica escritora, Emily Delahunty, víctima de un ataque terrorista en Italia, que acaba acogiendo en su hostal de Umbría, una ciudad cercana a la Toscana, a otros tres supervivientes con los que compartir las experiencias de una vida poco gratificante a la que interpretó en la serie de HBO Mi casa en Umbría.

Todo eso fue lo que ella misma definió, en una entrevista en 2004, como «una carrera accidentada». Por suerte, algunos accidentes suceden.

 Cultura // elmundo

Noticias Similares