Milagro en Ahmedabad

Estaba sentado en el 11A. Vishwash Kumar Ramesh, británico de origen indio, recordará siempre ese número y esa butaca, junto con el vuelo 171 de Air India que debía llevarlo de Ahmedabad a Londres Gatwick. La imagen de este pasajero caminando desorientado aunque casi ileso, alejándose de los restos del Boeing 787 Dreamliner que se estrelló ayer, fue sobrecogedora. Cuando se grabó, aún no se sabía que era el único sobreviviente de los 242 ocupantes (230 pasajeros y 12 tripulantes) de un accidente que dejó al menos 269 víctimas, incluyendo 28 personas en tierra.

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 ¿Existen asientos más seguros en un avión?  

Estaba sentado en el 11A. Vishwash Kumar Ramesh, británico de origen indio, recordará siempre ese número y esa butaca, junto con el vuelo 171 de Air India que debía llevarlo de Ahmedabad a Londres Gatwick. La imagen de este pasajero caminando desorientado aunque casi ileso, alejándose de los restos del Boeing 787 Dreamliner que se estrelló ayer, fue sobrecogedora. Cuando se grabó, aún no se sabía que era el único sobreviviente de los 242 ocupantes (230 pasajeros y 12 tripulantes) de un accidente que dejó al menos 269 víctimas, incluyendo 28 personas en tierra.

“Mis clientes ahora se obsesionan con los asientos junto a salidas de emergencia”, comenta Silvia Carré, piloto y coach especializada en superar el miedo a volar. “Quienes temen volar tienen manías con los asientos, y aunque las salidas de emergencia les intimidan, tras la noticia del 11A, seguro que me preguntarán por ellas”, añade.

Un superviviente milagroso

Ramesh, sentado en la parte izquierda del avión, logró desabrocharse el cinturón y escapar por una puerta de emergencia rota. En la configuración del Boeing 787-8 de Air India, con 18 asientos en clase business y 238 en económica, la fila 11 marca la división entre ambas clases y está cerca de la puerta principal de embarque, que también sirve como salida de emergencia. Otras salidas están en la fila 30, tras las alas, y en los extremos del fuselaje, sumando ocho en total. Curiosamente, Air India, como otras aerolíneas (Air France, Aeromexico Iberia o la italiana ITA), omite la fila 13 por superstición. En Italia, además, evitan el 17, considerado de mal augurio.

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El primer ministro indio, Narendra Modi, visitó este viernes al superviviente Vishwash Kumar Ramesh
AFP

“Nunca hablamos de si un asiento es más seguro que otro”, asegura Ana Arroyo, tripulante de cabina con 20 años de experiencia. “Este señor tuvo una suerte inmensa. Su supervivencia parece un milagro”, sentencia.

¿Hay asientos más seguros?

La pregunta sobre la seguridad de los asientos ha generado estudios. En 2007, Popular Mechanics analizó datos de la NTSB (EE.UU.) desde 1971, concluyendo que los asientos traseros tienen una probabilidad de supervivencia del 69%, frente al 49% en la parte delantera, ya que el morro suele absorber el impacto inicial. En 2008, la Universidad de Greenwich encontró que estar a menos de cinco filas de una salida de emergencia aumenta las posibilidades de escapar en un incendio, con un 65% de supervivencia en asientos de pasillo frente al 58% en ventanilla. En 2015, Time revisó 17 accidentes (1985-2000) y reforzó la idea de que los asientos centrales traseros son los “más seguros”, con un 32% de mortalidad frente al 44% en los de pasillo en la zona media.

Sin embargo, estos datos no son una garantía. La piloto Lourdes Carmona, recuerda que “no hay asientos más o menos seguros”, ya que cada accidente es único. Tragedias excepcionales como el vuelo 901 de Air New Zealand (1979), el 447 de Air France (2009) o el 9525 de Germanwings (2015), donde todos perecieron al chocar contra una montaña o hundirse en el océano, demuestran que “el tipo de accidente puede anular cualquier ventaja”. Además, los asientos traseros tienen inconvenientes: más turbulencias, suelen ser algo más ruidosos y de menor comodidad.

Un segundo cumpleaños

Junto al 11A y el vuelo 171, Ramesh recordará el 12 de junio de 2025 como su segundo cumpleaños. En hindi, bhagya significa “fortuna” o “destino favorable”, un término que describe la suerte milagrosa de este superviviente. Pese a la tragedia, que incluyó la pérdida de su hermano, su historia nos recuerda que, aunque los accidentes aéreos son raros (hay 1 en 13.7 millones de probabilidad de morir en un vuelo comercial), la preparación y atención como conocer las salidas y seguir instrucciones de seguridad, puede marcar cierta diferencia.

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