Autoridad en geopolítica y política exterior de Hampshire College en EE.UU., Michael Klare explicó hace 20 años en su libro más conocido en España, Sangre y petróleo, cómo las guerras de Estados Unidos en Medio Oriente se explicaban principalmente por el deseo de controlar los campos petrolíferos.
Entrevista al autor de” Sangre y petróleo” y “Resource wars” , autoridad en geopolítica y política exterior de Hampshire College en EE.UU.
Autoridad en geopolítica y política exterior de Hampshire College en EE.UU., Michael Klare explicó hace 20 años en su libro más conocido en España, Sangre y petróleo, cómo las guerras de Estados Unidos en Medio Oriente se explicaban principalmente por el deseo de controlar los campos petrolíferos.
Ahora, al borde de una probable intervención estadounidense en Irán, la lealtad inquebrantable de Washington a Israel, en medio de un genocidio en Gaza, parece haber sustituido la realpolitik de los combustibles fósiles. ¿O las dos son caras de la misma moneda? Klare —cuyo nuevo libro sobre el futuro de la guerra en tiempos de inteligencia artificial, se adelantará en el próximo número de La Vanguardia Dossier— respondió a estas preguntas en una entrevista telefónica mantenida esta semana.
¿Cree que Donald Trump y su administración están dispuestos a unirse a Israel en una guerra contra Irán?
Bueno, están moviendo fuerzas que facilitarían la involucración de EE.UU. en los ataques israelíes. Estoy seguro de que han puesto en modo operativo los dos bombarderos B2 y las bombas antibúnker que necesitarán para atacar el búnker subterráneo de Fordow si reciben la orden. El portaaviones USS Nimitz va de camino al Golfo. Trump ha autorizado los preparativos para la intervención al menos. Lo que no sabemos es si ha dado luz verde para un ataque.
Si miramos lo que usted ha escrito a lo largo de las décadas, pongamos en Sangre y el petróleo, había una especie de realpolitik geopolítica detrás las guerras en el Golfo que giraba en torno al petróleo. Y, obviamente, Irán es un país productor de petróleo. Pero, en este momento, EE.UU. parece preferir una especie de servilismo ciego a los planes expansionistas de Benjamin Netanyahu. Lo cual es una filosofía de política exterior muy diferente. O tal vez las dos cosas estén relacionadas de alguna manera. ¿Qué piensa?
En cierto modo, el crudo aún está detrás. El petróleo se ha transformado en una mercancía diferente, en petrodólares, los billones de dólares que todos nosotros, en el mundo industrializado, hemos gastado en petróleo de Oriente Medio. Ahora, Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos poseen nuestra riqueza en forma de petrodólares. Y creo que Trump, en su visión de geopolítica económica, considera que mantener estrechos vínculos con los monarcas petroleros es su máxima prioridad. Eso lo demostró en su primer viaje al extranjero, que fue a Arabia Saudí y Abu Dabi. Y creo que eso indica que la alianza con los monarcas petroleros del golfo son el enfoque principal de la política estadounidense. Por lo tanto, unirse a Israel en un ataque contra Irán realmente respalda esa agenda a largo plazo de solidificar los lazos con los saudíes y los emiratíes que detestan al regimen iraní, y hacerles un favor al eliminar a Irán como amenaza para el control de esas monarquías en el Golfo Pérsico. Así que no es solo a Benjamin Netanyahu al que Trump estaría haciendo favores si se une a la guerra, sino a los monarcas del Golfo también.
Máxima prioridad para Trump: estrechos vínculos con Arabia Saudi y los Emiratos
Sin embargo, cuando Trump fue a Arabia Saudí, la forma en la que se enmarcó la visita en los grandes medios de comunicación internacionales era que quería distanciarse un poco de Netanyahu. Porque no visitó Israel. Y los Estados del Golfo habían hecho declaraciones de que lo que estaba pasando en Gaza era inaceptable.
Cuando visitó Arabia Saudí, creo que Trump tenía mayores expectativas sobre su capacidad para cerrar un acuerdo con los iraníes. Pensaba que los iraníes cederían a sus exigencias en esas negociaciones, pero no lo hicieron. Las negociaciones en Omán, entre los iraníes y Steve Witkoff no dieron los resultados que Trump exigía. Trump tiene una gran autoestima, pero su capacidad para lograr las soluciones negociadas no es tan grande como él piensa. Eso lo vimos con Ucrania también. Pero tiene el ego más grande del mundo. La gente que lo rodea dice que quiere ser el premio Nobel de la Paz. Es la única meta que le queda por alcanzar.
Tal vez será el premio Nobel de la guerra…
Creo que pensó que podría intimidar a los iraníes en Omán para que le dieran lo que quería. Y eso no sucedió. Así que los israelíes vieron esto como una oportunidad para hacer lo que llevaban décadas planeando: atacar a Irán cuando estaba débil. Han logrado ese objetivo. Ahora Trump podría subirse al carro de forma oportunista y anunciar: ”¡Bueno, hemos eliminado para siempre la capacidad nuclear de Irán!”. Y creo que eso obtendría mucho apoyo en Washington, tanto de los demócratas como de los republicanos. Así que yo lo calificaría como una jugada oportunista por su parte. Y si los iraníes se rinden y aceptan sus condiciones, sería una victoria también.
O sea, le sale bien cualquiera que sea la decisión. Es casi como si Trump, al ver que los israelíes han empezado esto, quisiera apropiarse de la ofensiva para atribuirse el mérito de la guerra…
Sí, claro, podría optar por hacerlo. Creo que ahora mismo está sentado en la Casa Blanca planteándose precisamente esa cuestión.
En cualquier caso, la fuerza militar israelí está transformando el escenario en Medio Oriente…
Sí. Lo que veo en todo esto es una tragedia en el sentido de que reafirma la dependencia del poder militar para resolver los problemas políticos y la ventaja de tener un ejército moderno y poderoso y ser capaz de utilizarlo con eficacia. Israel, gracias a Estados Unidos, tiene un ejército extremadamente poderoso y capaz. Y ha sido capaz de utilizarlo de forma política.
La tragedia es la reafirmación del uso del poder militar para problemas políticos
El mensaje dominante en los medios de comunicación occidentales es que Irán está a punto de alcanzar el umbral para poder construir una bomba nuclear. Eso es extraño porque hace solo unas semanas, la propia administración Trump decía que no era así. ¿Usted qué cree?
Esto (el ataque israelí) no tiene nada que ver con la proximidad o la inminencia de la construcción de una bomba nuclear en Irán. Tiene que ver con un cálculo frío de que Irán se encuentra en su punto más débil en décadas. Este es el momento para atacar, sobre todo porque las defensas aéreas iraníes han sufrido graves daños. Tenga en cuenta que la inteligencia estadounidense y la inteligencia israelí están totalmente unidas. Hace un año, de ser atacado, Teherán podía responder lanzando misiles contra Arabia Saudí y las bases estadounidenses en toda la región provocando problemas en el Líbano y en Siria. Ahora, todos esos peligros para EE.UU. parecen haber desaparecido. Así que creo que esto tiene más que ver con el oportunismo. Israel ha hecho todo el trabajo duro de atacar todas esas posiciones defensivas. La amenaza de represalias iraníes en la región, que es lo que ha desincentivado la intervención estadounidense en el pasado, se ha esfumado.
El ataque israelí nada tiene que ver con la inminencia de una bomba nuclear iraní
Por la misma regla, Trump podría pensar que, al estar Irán tan debilitado, no necesita involucrarse en el ataque a Irán.
Tal vez. Pero si Irán queda eliminado como posible potencia nuclear para siempre, eso será una ventaja enorme para los saudíes y los emiratíes. Tras la caída de Asad en Siria y Hezbolá en el Líbano, ven un Irán mucho más débil, y se perfila un futuro de dominio estadounidense-israelí-saudí en el Golfo. Eso siempre ha sido el objetivo final, y ahora están muy cerca de conseguirlo.
¿Y sus poblaciones lo aceptarán?
Lo que piensa la llamada “calle árabe” es otra cuestión. Mi sensación es que tiene muy poca influencia en las decisiones de los líderes saudíes y emiratíes.
Se desprende de lo que dice que es bastante probable que Estados Unidos entre en guerra con Irán.
Creo que el término guerra no es el indicado. No creo que Estados Unidos entre en guerra con Irán. Se unirá a Israel para destruir la capacidad militar iraní. Especialmente su capacidad nuclear. No creo que haya ninguna posibilidad de que las fuerzas estadounidenses se enfrenten a las fuerzas iraníes en lo que llamaríamos una guerra. Irán está demasiado maltrecho como para suponer una amenaza.
Se perfila un futuro de dominio estadounidense-israelí-saudí en el Golfo
Entonces, ¿cree que Irán a se limitará a lamer las heridas?
No sé hasta qué punto la población iraní esté dispuesta a actuar en defensa del régimen. No se ven muchos indicios de que el pueblo iraní se haya movilizado para apoyar al régimen. Y por eso creo que las medidas de Estados Unidos hasta ahora han estado dirigidas muy precisamente a atacar al régimen, no atacar a Irán como nación.
Hablemos del impacto político de un ataque a Irán para la coalición de Trump. El New York Times dice que el movimiento MAGA -Make America Great Again-está dividido al respecto. Tucker Carlson y Steve Bannon, se han mostrado enfáticamente en contra de atacar a Irán y advierten de que sería una repetición de la debacle en Iraq hace 20 años. Dicen que Trump está siendo engañado por la CIA y el “estado profundo” y acabará metido en una guerra eterna, una forever war.
Ya le digo, para Trump, esto sería una jugada oportunista y no una forever war. Los israelíes ya han hecho el trabajo pesado y él entraría para terminarlo y eliminar la capacidad nuclear. Pero no creo que tenga ninguna intención de iniciar una guerra con Irán. Creo que, si decide intervenir, él se conformará con usar bombas durante un breve periodo de tiempo para diezmar a los iraníes y obligar al régimen a renunciar a su programa nuclear. Luego proclamará la victoria con apoyo de republicanos y demócratas.
¿Dónde se encajan China y Rusia en todo esto?
Para Rusia, es un serio revés porque acaba de firmar un acuerdo estratégico con los iraníes. No hay nada que puedan hacer para ayudarlos. Así que, en cierta medida, esto pone de manifiesto los límites de la influencia geopolítica de Rusia. Ha intentado hacer el mismo uso de la fuerza brutal en Ucrania que Israel y EE.UU. en Medio Oriente y, para Rusia se podría decir que ha sido mitad éxito y mitad fracaso. Han conquistado una quinta parte de Ucrania. Sí, y la mantendrán. No hay forma de que eso se revierta. Así que sí que demuestra también que el poder militar puro y duro da resultados.
Esto reafirma la dependencia del poder militar para resolver problemas políticos
¿Y para China ?
La lección que China desprenderá de todo esto es que Estados Unidos sigue siendo la superpotencia militar. Se puede decir lo que se quiera sobre el declive de Estados Unidos. Pero está quedando claro que Washington, y su aliado Israel, ejercen un poder militar de una manera que China y sus aliados no pueden. Y hasta que China fortalezca su ejército y que sea capaz de utilizarlo de manera eficaz, no podrá competir. No han librado ninguna guerra en décadas. En mi opinión, no están capaces de luchar militarmente contra Estados Unidos en estos momentos.
¿O sea que exageran quienes hablan del peligro una Tercera Guerra Mundial?
Solo en dos lugares se podría desencadenar una guerra nuclear: Ucrania y Taiwan. Y Trump se ha mantenido mas conciliatorio en ambos. Respecto a Taiwan, ha sido menos incendiario que Biden. Con Ucrania cree que la guerra debe continuar durante un tiempo y que, al final, uno de los bandos acabará rindiéndose. No tiene prisa.
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