Meloni prepara un viaje a Washington presionada por todas partes

La consigna es “que no cunda el pánico”. Giorgia Meloni prepara un viaje a Washington en los próximos días, garantiza lealtad a Ursula von der Leyen y lanza este mensaje a los italianos. Los aranceles de Donald Trump afectarán a Italia más que a cualquier otro país europeo. Solo hay que encender la televisión o abrir un periódico para medir el nivel de alarma: no hay canal en el que no aparezca un productor de café, un bodeguero del Piamonte o un criador de cerdos de Emilia-Romaña explicando la magnitud del desastre que se avecina.

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 La primera ministra italiana busca un mandato europeo para negociar con Trump  

La consigna es “que no cunda el pánico”. Giorgia Meloni prepara un viaje a Washington en los próximos días, garantiza lealtad a Ursula von der Leyen y lanza este mensaje a los italianos. Los aranceles de Donald Trump afectarán a Italia más que a cualquier otro país europeo. Solo hay que encender la televisión o abrir un periódico para medir el nivel de alarma: no hay canal en el que no aparezca un productor de café, un bodeguero del Piamonte o un criador de cerdos de Emilia-Romaña explicando la magnitud del desastre que se avecina.

Meloni se encuentra en una posición difícil. En Europa ha querido ser amiga de Trump sin llegar a convertirse en su interlocutora privilegiada, y en casa son precisamente los sectores más fieles de su base electoral quienes pagarán el precio más alto por las decisiones del presidente estadounidense. Su coalición de gobierno muestra fisuras: Forza Italia reivindica el europeísmo, mientras Matteo Salvini se alinea cada vez más con la ultraderecha global. Y pronto las encuestas podrían pasar factura a quienes se han declarado aliados —también ideológicos— de Trump.

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Italy's Prime Minister Giorgia Meloni addresses the upper house of the Parliament in Rome, ahead of a European Union leaders' summit, in Rome, Italy, March 18, 2025. REUTERS/Remo Casilli

Así, para salir de este inmovilismo, Meloni está lista para viajar a Estados Unidos. Aún no hay fecha oficial, pero según fuentes del Gobierno, la visita a la Casa Blanca debería tener lugar entre el 16 y el 18 de abril. El calendario es muy ajustado: el día 15 la Unión Europea debería anunciar sus contramedidas, y para Meloni no tendría sentido ese encuentro antes del anuncio comunitario. En vísperas de Pascua, quizás el 18, debería llegar a Roma J.D. Vance, el excéntrico vicepresidente de Estados Unidos, que será recibido en el palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno (menos probable es que sea recibido por el papa Francisco).

La líder de la derecha italiana, en apuros internos, temelas maniobras de Sánchez y Macron

En Palazzo Chigi consideran que lograr una cuota como la británica —el 10 %— sería el mejor de los escenarios. Meloni teme no solo los movimientos imprevisibles de Trump, sino también las acciones de sus rivales europeos. Un ataque de Emmanuel Macron o Pedro Sánchez contra la administración estadounidense en esos días “podría echar por tierra nuestros esfuerzos”. En Bruselas muchos se preguntan si Italia se desmarcará de la negociación con los estadounidenses. En la sede del Gobierno aseguran que no hay intención de romper la unidad europea en las negociaciones. En privado, la primera ministra sigue criticando la actitud de Macron y Sánchez, pero “eso no significa que vaya a haber divisiones en los momentos decisivos del proceso negociador”, asegura una fuente del Ejecutivo. Otro elemento a tener en cuenta es que el comisario de Comercio, el eslovaco Maros Sefcovic, mantiene excelentes relaciones con Hermanos de Italia.

Idas y venidas

Elon Musk participó por videoconferencia desde Washington en el congreso de la Liga, el partido de Matteo Salvini, celebrado en Florencia. El fundador de Tesla, aliado destacado de la ultraderecha global, habló sobre los aranceles: “Espero que en el futuro podamos avanzar hacia un escenario de aranceles cero, con una zona de libre comercio entre Europa y Norteamérica”. Al referirse a inmigración y terrorismo, Musk lanzó una advertencia: “Estamos viendo un aumento enorme de los atentados, en Italia y en Europa, y los medios intentan minimizarlo. Pero al final presenciaremos matanzas, verdaderas masacres”.

Meloni ve con preocupación un posible acercamiento a China. Las señales de apertura que en estas semanas —incluso antes del anuncio de los aranceles— se han enviado desde Europa hacia Pekín se consideran peligrosas. “Pueden agravar la brecha que ya existe entre nosotros y América”, razona un miembro del entorno de Meloni, aludiendo también al próximo viaje de Pedro Sánchez a la plaza de Tiananmén. En resumen —explican— “Trump, más allá de sus exabruptos, quiere implicarnos en su pulso con China. Si nuestra primera respuesta es ir a Pekín, entonces significa que buscamos una ruptura definitiva”.

Nada de pánico. Pero, desde luego, muchísima confusión.

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