Megalópolis, la película más personal de Francis Ford Coppola, se estrella con estruendo en taquilla

Su primer filme en 13 años, que ha costado 120 millones de dólares, solo ha recaudado 4 millones en su primer fin de semana Leer Su primer filme en 13 años, que ha costado 120 millones de dólares, solo ha recaudado 4 millones en su primer fin de semana Leer  

Lo decía Pedro Almodóvar hace unos días al recibir el premio Donostia. «Seguiré haciendo películas. Malas películas, supongo», en referencia, probablemente, al síndrome del deterioro que ha perseguido a los más grandes realizadores de la historia del cine en el ocaso de su carrera, firmando algunos de sus peores títulos en esos años crepusculares. Ya le pasó a Fellini o a Wilder, por citar un par. Ahora, ese síndrome parece estar golpeando de lleno a otro de los legendarios del séptimo arte: Francis Ford Coppola. Su proyecto más personal que lleva tejiendo desde los años 80, el mismo que ningún estudio de Hollywood se atrevió a financiar, Megalópolis, se ha pegado un golpe de consideración en taquilla, un batacazo del que parece difícil que se pueda levantar.

En total han sido cuatro millones de dólares en su fin de semana de estreno en más de 2000 salas de cine, entre Estados Unidos y Canadá, un pésimo arranque frente a los casi 140 millones de dólares que costó producirla. La cinta de ciencia ficción no solo quedó a una distancia abismal de The Wild Robot, la triunfadora del fin de semana —con 35 millones de dólares ingresados—, sino que no pudo superar a Devara, un filme de acción de tres horas en telugu, una lengua regional de la India.

Parece el triste desenlace de un proyecto para el que Coppola tuvo que desembolsar una millonada al no encontrar financiación. Llegó a pedir prestado 200 millones de dólares usando como aval una parte de sus famosos viñedos del valle de Napa, en California. Pero ni aún así logró esquivar los muchos problemas que llegarían después.

Tanto el director de arte como su jefe de efectos visuales decidieron abandonar el filme en pleno rodaje citando «diferencias creativas» con Coppola, de 85 años. Además, fue acusado pasarse de la raya con algunas de las actrices de reparto, besándolas sin consentimiento para crear ambiente en una de las escenas, unas acusaciones que el director de la trilogía de El Padrino negó de forma rotunda.

Después, se topó con el crudo veredicto de la crítica especializada, no solo a su paso por el festival de Cannes, sino posteriormente en EEUU. La tacharon de «locura de proporciones gigantescas», una fábula distópica a la que los estudios en Hollywood le dieron la espalda de inmediato al saber que se trataba de una ambición personal de Coppola. Ya le pasó a Kevin Costner con algo parecido hace unos meses. Horizon: An American Saga (Capítulo 1) se estrelló en taquilla, posponiendo el estreno de la segunda parte.

Megalópolis es un relato ambientado en una Nueva York futurista sobre un arquitecto (interpretado por Adam Driver) que tiene una visión de una metrópolis más armoniosa y cuyos considerables talentos incluyen la capacidad de iniciar y detener el tiempo. Aunque Megalópolis tiene esa indudable atmósfera futurista, está diseñada como una epopeya romana. El personaje de Driver se llama César y la Nueva York de la cinta incluye un Coliseo moderno. El resto del reparto lo completan Nathalie Emmanuel, Giancarlo Esposito, Aubrey Plaza, Shia Lebouf, Laurence Fishburn y Dustin Hoffman.

El panorama para el gran Coppola es desolador teniendo en cuenta que el fin de semana de estreno siempre es el más recaudador. Solo un milagro puede ya salvar lo que se antoja como una fracaso monumental tanto en lo financiero como en lo personal en su despedida del cine.

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