McIlroy regresa a la pelea y hace vibrar al Augusta National

Si Bobby Jones estuviera vivo, este viernes se lo hubiera pasado en grande. Rory McIlroy (35) sigue sin ser uno de los hijos predilectos del Augusta National pero, sin duda, es uno de sus favoritos. El norirlandés, de 35 años, continúa persiguiendo completar el Gran Slam, gesta de la que solo le separa vestirse con la chaqueta verde que acredita al campeón del Masters. Cada año está bajo los focos y hay veces en la que la presión ha podido con él. Una circunstancia que parecía camino de repetirse este año después de que, tras una gran jornada inaugural, tirara todo el trabajo a la basura con dos dobles bogeys finales. Le tocaba remar de vuelta al grupo, volver a ponerse en situación de asaltar la victoria, tarea nada fácil en una segunda jornada en la que el viento dejó el campo aún más complicado. Pero Rory hizo malabares, sentó cátedra –qué tiros al 10 y al 11…– y entregó una tarjeta de 66 golpes para regresar a la pelea, a la estela de su amigo Justin Rose, otro con cuentas pendientes en Augusta, que mantuvo la compostura y comenzará el fin de semana marcando el paso.

Seguir leyendo…

 Rahm se queda sin opciones de vestirse de verde  

Golf | Masters (2.ª)

Rahm se queda sin opciones de vestirse de verde

Rory McIlroy, of Northern Ireland, waves after making a putt on the 12th hole during the second round at the Masters golf tournament, Friday, April 11, 2025, in Augusta, Ga. (AP Photo/Matt Slocum)
Rory McIlory lo bordó
Matt Slocum / Ap-LaPresse

Si Bobby Jones estuviera vivo, este viernes se lo hubiera pasado en grande. Rory McIlroy (35) sigue sin ser uno de los hijos predilectos del Augusta National pero, sin duda, es uno de sus favoritos. El norirlandés, de 35 años, continúa persiguiendo completar el Gran Slam, gesta de la que solo le separa vestirse con la chaqueta verde que acredita al campeón del Masters. Cada año está bajo los focos y hay veces en la que la presión ha podido con él. Una circunstancia que parecía camino de repetirse este año después de que, tras una gran jornada inaugural, tirara todo el trabajo a la basura con dos dobles bogeys finales. Le tocaba remar de vuelta al grupo, volver a ponerse en situación de asaltar la victoria, tarea nada fácil en una segunda jornada en la que el viento dejó el campo aún más complicado. Pero Rory hizo malabares, sentó cátedra –qué tiros al 10 y al 11…– y entregó una tarjeta de 66 golpes para regresar a la pelea, a la estela de su amigo Justin Rose, otro con cuentas pendientes en Augusta, que mantuvo la compostura y comenzará el fin de semana marcando el paso.

Donde no hubo milagros fue en el bando español, con Sergio García despidiéndose una vez más por la puerta de atrás y un Jon Rahm que no tuvo premio a su titánica lucha.

 

Etiquetas

Mostrar comentarios

Cargando siguiente contenido…

 Deportes

Noticias Similares

  • No era tenis

  • Messi reconoce que su intención tras ganar el Mundial era volver al Barça

  • El ciclo de la vida

  • Pekín organiza media maratón con participación conjunta de humanos y robots