Marc Giró se ha convertido ya en uno de los estandartes de La 2 con su Late Xou. El segundo canal del ente público cuenta con el catalán como uno de sus puntos de referencia en cuestiones de audiencia, y nada menos que para la difícil franja del late night, tan difícil de conquistar por otras cadenas.
El presentador catalán hacía una “confesión” que no dejaba indiferente a los espectadores antes de empezar su programa
Marc Giró se ha convertido ya en uno de los estandartes de La 2 con su Late Xou. El segundo canal del ente público cuenta con el catalán como uno de sus puntos de referencia en cuestiones de audiencia, y nada menos que para la difícil franja del late night, tan difícil de conquistar por otras cadenas.
El presentador ha logrado conquistar a su público con su característico humor, siendo ya un reconocido maestro de la ironía y el sarcasmo. Por eso, no sorprende que haga uso de sus habilidades en sus monólogos iniciales, que además utiliza como escenario para lanzar de vez en cuando necesarias críticas a temas de máxima actualidad.
RTVE (Captura)
Lo que nadie esperaba era que, la noche del martes, Giró se “transformara” completamente. El presentador abría su Late Xou con un monólogo en el que comenzaba comentando el tema de la semana: las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Un momento en el que, según Giró, “se confirma que gana el autoritarismo” y, como él mismo confesaba, estaba “asustado”. “Tengo que confesarles que tengo miedo”, admitía. Su orquesta se lanzó entonces a acompañar su confesión con la canción Tengo miedo, de Rocío Jurado. “Tengo miedo, pero voy a dejar de tenerlo. Se acabó”.
La preocupación duró poco, porque los espectadores del programa fueron testigos de repente de la “gran revelación” de Marc Giró. “Hoy voy a dejar de tener miedo. Porque les he mentido. Sí. Donald Trump no es el único que sabe mentir”.
El catalán miraba fijamente a cámara y admitía que había engañado a su público durante años. “Tengo que confesarles que yo no soy maricón. ¡Yo soy heterosexual! ¡Un cuñado! ¡Un señor de tomo y lomo!“, exclamaba, provocando todo un revuelo entre el público presente.
Matt Rourke / Ap-LaPresse
Era en ese momento en el que comenzaba su mordaz crítica y el tema central del monólogo, cargando contra aquellos que atacaban a los profesionales pertenecientes a minorías sociales y que, según algunos, eran los principales “beneficiarios de subvenciones” públicas.
”No soy mariquita. Ha sido todo una farsa. Yo les pido perdón, pero les recuerdo que a ustedes les ha encantado, se lo han tragado porque ustedes solo quieren ver y oír aquello que más les convienen”, decía al público. “Dije que era homosexual porque está de moda, porque no tenía trabajo. Lo queer estaba de moda, se llevaba lo woke“, añadía Giró, ironizando contra aquellos que hablan de ”subvenciones” escudándose en la normatividad.
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“Decías que eras mariquita y te caía una subvención. Decías que eras feminista y te ponían un chiringuito de playa. Si es que hasta me han dado un programa por ser maricón, ¡menudo chollo, por favor!”, aseguraba Giró.
“Y a ustedes les encantaba, porque se divertían. Hemos tirado demasiado de la cuerda. Nos hemos pasado con eso del feminismo, del antirracismo, nos hemos pasado defendiendo a las personas trans y lo del lenguaje no binario ha sido la gota que ha colmado el vaso”.
“Dije que era homosexual porque está de moda, porque no tenía trabajo. Lo ‘queer’ estaba de moda», ironizó Giró
El presentador de Late Xou aseguró que volvía “al orden” y podía ser “el mismo”, recuperando su “auténtica identidad de macho”, haciendo cosas como “volver a leer a Pérez Reverte” sin avergonzarse o “volver a tocarme los huevos en público”. Un discurso en el que se pudo ver la dedicación y las ganas del presentador, que no podía evitar estar más encantado con la broma ante un público entregado.
RTVE (Captura)
Por si fuese poco declararse un “macho”, el presentador también quiso presentar a “los Giró”, su perfecta familia normativa. En plató, ante sorpresa de los presentes, entraban una mujer “por supuesto 20 años más joven que yo”, con una tarta en las manos, un niño y una niña. ”Tengo un semen de fuerza que ni un torero“, aseguraba Giró.
Al más puro estilo de la película The Help, la escena la completaba una empleada de hogar de raza negra. ”¿Qué digo racializada? Negra, que ya se puede decir negra. A la mierda lo políticamente correcto».
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