Los dadaístas olvidados que boicotearon el arte progresista de Madrid en los años 80: «Nuestra misión era tensionar a la Administración»

El coletivo GENE nació en un sótano de Chamberí y durante tres años puso en jaque las exposiciones para jóvenes del ámbito capitalino progresistas Leer El coletivo GENE nació en un sótano de Chamberí y durante tres años puso en jaque las exposiciones para jóvenes del ámbito capitalino progresistas Leer  

Esta historia comienza en un sótano de la madrileña calle de Fernando el Católico, en el barrio de Chamberí, en 1986, y, fiel a sus inicios, oculta en el sótano del olvido se ha mantenido hasta ahora. Si uno acude a Google y prueba las búsquedas «GENE colectivo artístico», «GENE arte Madrid» o «GENE exposiciones Madrid años 80», el resultado es la más absoluta de las nadas. Lo que no implica que en aquel Madrid aún ochentero, con La Movida ya agonizante, no existiera un grupo de artistas, a medio camino entre el dadaísmo y el conceptualismo con Joseph Beuys por profeta, con un único fin: reventar todos los circuitos de arte institucional existentes.

Ese fue el objetivo entre 1986 y 1988 del colectivo GENE, en ocasiones con cierto éxito, con el panorama artístico capitalino que los gobiernos socialistas nacional, autonómico y municipal trataban de desarrollar a través de la promoción de jóvenes artistas. «Después de la dictadura llega la democracia y el PSOE empieza a promover el arte joven, que había sido muy subversivo, a apoyar la cultura, las galerías de arte… con muy buenas intenciones. Pero al final todo era muy paternalista y la pintura ya era una cosa como muy pasada», apunta Cayetano Limorte, que ahora ha recuperado la efímera historia de este grupo en la exposición GENE. Topía y revolución: 1986-1988, que hasta el 9 de marzo estará en el Espacio D de la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Reina Sofía de Madrid.

Volvamos al sótano de Fernando el Católico porque en su interior se consuma en septiembre de 1986 la fusión del colectivo Galería Nacional -fundado allí en enero por Maite Arratibel, Celia García Bravo, Nacho Pérez de la Paz y Pedro Roldán– y el Servicio Postal de Exposiciones Múltiples y Propaganda -proyecto de Manuel Saiz en el que colaboran José Díaz Cuyás, Julio Jara, Pamen Pereira o Pedro Roldán– que alumbra GENE. «Nuestro propósito era ser un arte inútil y que el proyecto haya quedado en el olvido es el verdadero sentido de la inutilidad y, por tanto, de nuestro éxito», expone Julio Jara, uno de los integrantes del grupo, que por obra inaugural presentó Gameto Gene: una pieza audiovisual con los miembros del colectivo portando caretas con sus propias caras intercambiadas ex poniendo su posicionamiento artístico; una iconografía similar a una banda de crimen organizado.

Aunque su primera intervención pública es en la muestra 13 jóvenes pintores que el Ayuntamiento de la capital organiza en el Círculo de Bellas Artes y en la que participa Pedro Roldán con un rollo de papel higiénico dibujado como obra, fue retirada por los organizadores al no considerarla una pintura. La respuesta: una versión facsímil enviada por correo a sus suscriptores, seguida de una carta de rechazo a distintas convocatorias artísticas -el texto decía: «Siento comunicarle que su concurso no ha sido seleccionado para contar con obra mía este año»- y una misiva al director de El País, firmada por el propio artista y otros 10, denunciando «la censura» del circuito.

Precisamente un fragmento de ese diario, recogido en la exposición, detalla otra de sus acciones, que obligó a paralizar el centro de clasificación postal de Chamartín y provocó la intervención del jefe de inspección del Consejo de Seguridad Nuclear. «Decidimos ver qué pasaba si poníamos en un paquete envío radiactivo», afirma un sonriente Jara. Lo que pasó fue el cierre de la oficina, la llegada de la Policía Científica y la aplicación del sistema antinuclear y un inesperado crossover de Muamar el Gadafi. «Nuestra misión era tensionar a la administración y alguien pensó que éramos un grupo ecologista radical religioso. Nos llamaron de Onda Verde, un partido radical en el que estaba realmente metido Gadafi, y estuvimos hablando hasta que nos dimos cuenta que eran unos fundamentalistas».

Paralelo a la subversión, la base de la efímera obra de GENE, compuesta por 77 envíos de arte postal, recuperada en parte por el comisario de la muestra a través de tres suscriptores que la mantienen, fue la precariedad absoluta y el uso de elementos cotidianos. «Ahora se habla de la insuficiencia como algo negativo, pero es la clave de la creatividad. […] Hoy el dadaísmo sería catalogado como subvencionado porque sería útil, aportaría dinero. Y esa idea es muy perversa porque si lo disidente y lo radical es subvencionado estamos ante una perversión del capitalismo», afirma Jara, protagonista de la última gran acción.

En junio de 1987 fueron invitados a la exposición de jóvenes talentos Punto 87 en el Centro Cultural de la Villa donde presentaron el cadáver de un perro, encapsulado en cristales, que habían recogido en una marcha artística desde Talavera de la Reina y que se mantuvo un año en la entrada del local en que se reunían. Los restos del animal, renombrados Quien a buen árbol se arrima, mal rayo le parta, fueron trasladados a modo de procesión sobre la mesa que ocupaba el centro del local -sobre la que giraba todo el proyecto y que se ha recreado en la exposición- hasta el espacio cultural. «La gente no se acercaba mucho porque olía incluso con el cristal, pero a mí me gustaba eso. La idea era llevar lo que había en la galería y la mesa era el elemento cohesionador, el centro de la discusión».

Y, casi tan pronto como se constituyeron, se disolvieron. Un viaje a Alemania, convertido en ruta de culto por la obra de Beuys, con paradas en el Skulptur Projekte en Münster o la Kunstakademie de Düsseldorf, selló el final. «Lo que acabó con el grupo fueron las aspiraciones. Todos vimos la oportunidad de tener una carrera», afirma Jara, que junto a Javier Colis montó el grupo de música Vamos a Morir. José Díaz Cuyás se centró en lo académico como profesor de Estética y Teoría del Arte en la Universidad de La Laguna, Pamen Pereira y Pedro Roldán desarrollaron carrera artística… Y GENE, al sótano del olvido. Su gran victoria.

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