Una cadena de correos electrónicos secretos y de notas informativas confidenciales obtenidas por El Món a RAC1 incrimina directamente al expresidente del gobierno Mariano Rajoy, al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), dirigido entonces por Félix Sanz Roldán, a Estados Unidos y al omnipresente excomisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo en una operación de grandes dimensiones pensada para provocar la caída de la Banca Privada de Andorra en el marco de la operación Catalunya contra los líderes soberanistas.
Según una cadena de de correos y notas a las que ha tenido acceso ‘El Món a RAC1’, el expresidente del gobierno y su homólogo andorrano pactaron en 2014 hacer caer a la BPA con la ayuda de Estados Unidos
Una cadena de correos electrónicos secretos y de notas informativas confidenciales obtenidas por El Món a RAC1 incrimina directamente al expresidente del gobierno Mariano Rajoy, al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), dirigido entonces por Félix Sanz Roldán, a Estados Unidos y al omnipresente excomisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo en una operación de grandes dimensiones pensada para provocar la caída de la Banca Privada de Andorra en el marco de la operación Catalunya contra los líderes soberanistas.
A finales de 2014, en pleno procés, la policía patriótica de Mariano Rajoy y Jorge Fernández Díaz intentaba conseguir paños sucios de los líderes soberanistas catalanes para tratar de hacer descarrilar el movimiento que acababa de protagonizar la consulta del 9-N. Villarejo había convencido con presuntos informes secretos al gobierno que el independentismo escondía miles de millones de euros en Andorra para financiar la futura República Catalana, y según se deduce de la documentación hecha pública por RAC1, Rajoy no solo se lo tragó sino que autorizó una operación ilegal para intervenir el sistema bancario andorrano y hacerse con el control de las cuentas del independentismo.
Lee tambiénPedro Ruiz

Villarejo y otros cabecillas de la policía patriótica trabajaban en tierras andorranas desde finales del 2012 captando todo tipo de fuentes, incluso recurriendo a la extorsión, gracias a lo cual consiguieron la captura de pantalla que demostraba que la familia Pujol disponía de cuentas en Andorra. El ministerio del Interior lo filtró a El Mundo, que lo publicó en julio del 2014, provocando un gran terremoto político en Catalunya.
Pero la policía patriótica no tenía suficiente y Villarejo y sus hombres convencieron a Rajoy de que había que ir más allá. Según los correos recabados por RAC1, el entonces presidente del gobierno pactó con el entonces jefe de gobierno de Andorra, Antoni Martí Petit, que derribarían a uno de los cuatro grandes bancos andorranos: la Banca Privada de Andorra, que también tenía una filial en España, el Banco de Madrid. Era la entidad donde los Pujol habían guardado los fondos entre el 2010 y el 2014, no era propiedad de ninguna de las familias vinculadas tradicionalmente al sistema financiero andorrano y la policía patriótica sospechaba que escondía millones de euros del independentismo.
Lee tambiénIgnacio Orovio

A diferencia de otras tramas de la operación Catalunya, las maniobras para tumbar la Banca Privada de Andorra y su filial española no las lideraría el ministerio del Interior, sino el CNI. Poco antes de la intervención de la BPA y Banco de Madrid, que tendría lugar el 10 de marzo de 2015, uno de los espías adscritos al departamento de información del CNI envió este correo electrónico secreto a Villarejo el 6 de marzo de 2015, a las 18.27h.
“Tanto tus jefes como los míos solo siguen las ordenes del PG (acrónimo de presidente del gobierno), que a la vuelta del viaje al país vecino en enero ya no tuvo dudas sobre los planes que en verano del año pasado le planteó su homólogo cuando le visitó y confirmó que era la información que tenía el BPA la que podía poner en riesgo el equilibrio institucional de ambas naciones”, dice. Este correo afirma sin lugar a dudas que es Rajoy quien ordenó sacar adelante la operación tras acordarlo con su homólogo andorrano en tres encuentros previos: dos en España, agosto y septiembre del 2014, y otro en Andorra la Vella, en enero del 2015, tres meses antes de la intervención del banco.
En otro fragmento del correo, el agente del CNI incluso explica cómo lo harían. En este punto, entran en juego una de las otras piezas clave de esta trama: Estados Unidos. “Al final todo se ha precipitado por el empujón al más alto nivel y por las relaciones de R1 [el sobrenombre secreto del director del CNI, Félix Sanz Roldán] con las barandas de los servicios amigos, gracias a ello el secretario del Tesoro americano, se lo pidió al Fincen, que sólo puso como condición recibir la alerta nuestra, enviada a través de nuestro colaborador BS”, informa.
Cargarse un banco para conseguir la información de los clientes no es nada fácil pues hace falta un pretexto de peso. España y Andorra acusaron a la BPA y a su filial española, Banco Madrid, de blanquear dinero de Venezuela, del cártel de Sinaloa, de la mafia china y de oligarcas rusos. Como los conceptos “Venezuela”, “narcotráfico”, “China” o “Rusia” disparan todas las alarmas en Estados Unidos, la idea era advertir al secretario del Tesoro estadounidense de que la BPA y su filial eran un guarida de basura para que la Oficina de Control de los Delitos Financieros de Estados Unidos, el Findem, emitiera una aletra. De esta forma, España y Andorra tendrían la excusa perfecta para intervenirlo, porque no parecería que lo hacían por su cuenta, sino que estaban obligados a ello por los estadounidenses.
El Món a RAC1 ha consultado un informe reservado que demuestra cómo el CNI dio indicaciones al servicio español contra el blanqueo de capitales, el Sepblac, para que hiciera un informe que describiera las supuestas malas prácticas de la BPA y Banco Madrid y lo enviara al Fincen de Estados Unidos. La persona que habría hecho de enlace entre unos y otros es el tal BS, Basilio Sánchez Portillo, un comandante de la Guardia Civil que, según el correo, era colaborador del CNI.
España se salió con la suya el 10 de marzo del 2015, el día que el Fincen envió la alerta y dio el pretexto necesario para intervenir a la BPA y a su filial española, liquidarlos y extraer toda la información de los clientes. Diez años después, ninguna de las acusaciones que motivaron la alerta contra la BPA se ha demostrado. En España, se han archivado todos los casos salvo uno, el de la mafia china, que ha quedado reducido a un delito de fraude fiscal. En Andorra, hay más causas abiertas, pero ninguna sentenciada.
Política