La necesidad de una moda como símbolo de inclusión y accesibilidad

La moda como símbolo de inclusión es el eje central del libro La accesibilidad y el derecho a vestir. El movimiento body positive, que desafía los estándares de belleza irreales impuestos por la sociedad y pretende sentar las bases a una nueva etapa en el sector de la moda, desde todos los stakeholders implicados, pero situando a los derechos de las personas en el centro, el derecho a vestir, a elegir la propia imagen y a identificarse con aquello que se proyecta.

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 Un libro analiza el movimiento ‘body positive’ y reivindica el derecho a vestir de las personas con discapacidad con prendas que adapten los diseños de la temporada para que sean normalizadas y no estigmatizantes  

La moda como símbolo de inclusión es el eje central del libro La accesibilidad y el derecho a vestir. El movimiento body positive, que desafía los estándares de belleza irreales impuestos por la sociedad y pretende sentar las bases a una nueva etapa en el sector de la moda, desde todos los stakeholders implicados, pero situando a los derechos de las personas en el centro, el derecho a vestir, a elegir la propia imagen y a identificarse con aquello que se proyecta.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas con alguna discapacidad o diversidad funcional son el colectivo minoritario más mayoritario dentro de la moda inclusiva; en el mundo hay más de un billón de personas, un 16% de la población. Y, como subraya la OMS, es un hecho que casi todas las personas experimentarán alguna discapacidad temporal o permanente en algún momento de su vida. De las desigualdades en la industria de la moda se derivan situaciones injustas en las que personas con discapacidad de todas las edades no pueden disfrutar de las diferentes propuestas de temporada por no estar adaptadas o diseñadas para cuerpos fuera de lo establecido en los diferentes tallajes.

“Es fundamental derribar los obstáculos y las barreras de acceso para ser ciudadanos y ciudadanas en igualdad, con el resto de población de similar edad”, expone Yolanda de la Fuente Robles, catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales de la Universidad de Jaén (UJA) y experta en Accesibilidad. De la Fuente es coautora de esta investigación junto a su hija Almudena García de la Fuente, experta en Marketing Inclusivo y experta por el Instituto Marangoni de París en Fashion and Luxury Communication Management.

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Dice la investigadora brasileña Selediana De Souza Godhino que la industria actual de la moda ha demostrado no estar muy preparada para aquellas personas que presentan alguna discapacidad. “Actualmente, los cuerpos deseados por el mundo de la moda son estereotipos con un físico saludable y delgado, que deja fuera a las personas con discapacidad, enmarcando una marginalidad para aquellas personas que también tienen un deseo de representarse en la sociedad”, indica De Souza en el libro.

“Son escasas las empresas del sector que llevan a cabo acciones vinculadas con la moda inclusiva en origen. La clave es dar un paso más allá en la responsabilidad social empresarial, creando moda que facilite la independencia de los consumidores y fomente su autoestima”, sostiene Yolanda de la Fuente. Su trabajo ha permitido, por ejemplo, que Primark haya creado su primera colección de moda adaptativa, junto con el compromiso de impulsar el cambio en todas sus tiendas y su actividad.

Las autoras de esta investigación consideran que la moda para todas las personas está en crecimiento, y la ciudadanía ha tomado conciencia de su importancia para una cultura inclusiva. “La industria de la moda tiene que ser proactiva en el cambio y generar espacios de participación con organizaciones de discapacidad para validar sus diseños y productos con los clientes destinatarios”, apunta Almudena García. Para ello, cree necesario alumbrar en cada temporada una línea que responda a las necesidades de las personas con discapacidad, adaptando los mismos diseños para que sean normalizados y no estigmatizantes.

De otro lado, el consumo de la moda lleva aparejada un importante componente como es la venta online. “Por todo ello, si no se actúa insertando el paradigma de la accesibilidad universal y el diseño para todas las personas en todas las fases (diseño, creación, venta y distribución) podría someter a los consumidores con discapacidad a situaciones de doble y triple vulnerabilidad”, subraya Yolanda de la Fuente.

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El libro ha sido prologado por el diseñador jiennense Leandro Cano, que considera fundamental usar la moda como símbolo de inclusión y positivismo. “Me motiva que mi trabajo inspire, que no tenga límites preestablecidos, tratando de unir en mis creaciones todas las artes bajo el hilo conductor de la moda”, indica el modisto. A su juicio, esta obra “representa de manera magistral lo que sostiene la otra cara de la moda, con la que se convive y que, a veces, no es tan visible; pero marca por dónde hay que avanzar, gracias al reconocimiento de los derechos vinculados con la moda y la función social que tiene la misma, sin olvidar lo que implican los objetivos de desarrollo sostenible en este proceso”.

El libro también analiza en profundidad la vida y la obra de Frida Kahlo, mujer discapacitada que usó su arte para generar su autoimagen de independencia y autonomía. “Frida Kahlo se erige como un icono de estilo y de resistencia. Su forma de vestir, marcada por el uso de vestidos tradicionales mexicanos y accesorios llamativos, refleja su identidad cultural y su compromiso con sus raíces indígenas”, resaltan las autoras del libro. En su opinión, no solo desafió los estándares convencionales de belleza y moda de su época, sino que también transformó su discapacidad en una parte integral de su identidad artística y personal. “Actualmente, su legado continúa inspirando a personas de todo el mundo a desafiar las expectativas sociales y a abrazar su singularidad con orgullo y determinación”, añaden.

En la publicación también se analiza el fenómeno Free Form Style, la marca española pionera en diseñar moda adaptada a diferentes discapacidades. La firma nació de una experiencia familiar. El hermano de una de las socias sufrió un ictus dejándole secuelas de falta de movilidad, y, desde entonces, se desplaza en silla de ruedas. Después de dos años, al ver que siempre iba en chándal, se buscó en el mercado un pantalón tejano con diseño actual y adaptado para personas en silla de ruedas.

“Es una marca donde tenemos en cuenta las necesidades de las personas que no encuentran ropa en las tiendas convencionales. Necesitan una firma que se adapte a sus necesidades y no que ellos se adapten a lo que hay en el mercado en ese momento. Por eso es importante ver las tendencias del mercado en nuestras prendas”, explican sus fundadoras, Carolina Asensio, Marina Vergés y Olivia Aracil. Y aclaran que no se trata solo de cuerpos de tallas grandes o muy pequeñas, que también están presentes, sino de patrones con distintas aberturas que ayudan a personas con diversidad funcional, permanente u ocasional.

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