Un fuerte temporal volvió a poner en jaque a la organización de Supervivientes este pasado martes, 8 de abril, durante la emisión semanal de Tierra de Nadie, el programa presentado por Carlos Sobera. El equipo tuvo que adaptarse a las condiciones meteorológicas adversas de Honduras in extremis para sacar adelante una gala que estuvo marcada por el acercamiento de Anita y Montoya, la pedida de Almácor a su novia y la inesperada queja en directo de los habitantes de Playa Misterio.
Los habitantes de Playa Misterio se quejaban en directo de la recompensa del último juego
Un fuerte temporal volvió a poner en jaque a la organización de Supervivientes este pasado martes, 8 de abril, durante la emisión semanal de Tierra de Nadie, el programa presentado por Carlos Sobera. El equipo tuvo que adaptarse a las condiciones meteorológicas adversas de Honduras in extremis para sacar adelante una gala que estuvo marcada por el acercamiento de Anita y Montoya, la pedida de Almácor a su novia y la inesperada queja en directo de los habitantes de Playa Misterio.
Ante la imposibilidad de realizar el juego de recompensa en la mítica playa de juegos, la organización tuvo que abrir de forma extraordinaria la Palapa para poder llevar a cabo el primer reto de la noche, cuyo protagonistas fueron los habitantes de Playa Misterio, Manuel, Makoke y Nieves. »Estamos empapados, es horrible, está todo mojado», decía la ex de Matamoros.

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Los tres desterrados del concurso se enfrentaron a una de las pruebas más duras: sujetar con los brazos en alto una barra de madera de la que colgaban varios sacos pesados. El objetivo: superar los 10 minutos para conseguir de nuevo el ansiado fuego, el bien más preciado de Supervivientes que perdieron hace tan solo unos días.
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Pero pese a que el fuego les hace la vida mucho más fácil a los habitantes de los Cayos Cochinos, Makoke, Nieves y Manuel mostraron total indiferencia e indignación al escuchar la recompensa de boca de Laura Madrueño. El primero en quejarse en directo fue el exconcursante de La isla de las tentaciones.

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»Veníamos hablando todo el tiempo de que no tenemos comida ninguna. No tenemos comida ninguna. Tenemos un puñado de arroz y algo de coco. Estamos muy débiles. Y, la verdad, me da igual comer arroz duro, pero comer», sentenciaba. Una queja a la que se sumaba su compañera Makoke: »¡Queremos comida! Es que no tenemos ni una lata y no podemos ir a pescar con esta tormenta horrible. ¿Para qué queremos el fuego si no tenemos qué cocinar?».
»Bueno, es un elemento también imprescindible para que se seque la ropa, os podáis calentar y dormir con algo de calor», intentaba tranquilizarles la presentadora. Pero sus palabras fueron en vano. »¿Para que se nos apague porque está lloviendo? No tenemos comida», insistía Nieves. »Con el temporal que hace si mantenemos el fuego hay que darnos un premio», decía Manuel.

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Las quejas hicieron efecto en la dirección del programa y Laura Madueño les comunicaba inmediatamente la última decisión que había tomado la organización. »Me está comunicando Poseidón que por la situación límite y extrema que estamos viviendo, si conseguís superar el juego, además del fuego, os vais a poder llevar tres latas a vuestra isla. Pero tendréis que darlo todo en este juego», explicaba.
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