Keep calm & invested and carry on pero cuidado con EE.UU. que ya no es AAA

Los inversores profesionales posicionan sus carteras en valores defensivos a largo plazo pese a la recuperación en ‘V’. Por otro lado, moderarán su exposición a la divisa estadounidense, pero no se espera un abandono masivo. Leer Los inversores profesionales posicionan sus carteras en valores defensivos a largo plazo pese a la recuperación en ‘V’. Por otro lado, moderarán su exposición a la divisa estadounidense, pero no se espera un abandono masivo. Leer  

Abril y mayo han sido dos ejemplos claros de la importancia de conservar nuestro plan de inversión de largo plazo y mantenernos invertidos en los momentos de más incertidumbre. La recuperación de los mercados en «V» ha sorprendido las perspectivas de los más optimistas; y el buen comportamiento de EE.UU. en el momento de mayor duda sobre su hegemonía mundial, bajada de rating incluida, también. Y, aun así, algunos estrategas, como los de J.P. Morgan, afirman que el pain trade (es decir, el movimiento que más daño haría a los inversores profesionales) sigue siendo al alza. Esto se debe a que las carteras de los inversores siguen teniendo sesgo defensivo y las de los hedge funds y otros inversores cuantitativos siguen con una exposición moderada a activos de riesgo. Y es que el posicionamiento de los inversores es un factor tan importante o más que las noticias financieras, y el cierre de cortos ha podido ayudar en este rally. Es verdad que Trump nos ha sorprendido a la baja en el día de la liberación, y al alza posteriormente. No porque se haya dado la vuelta, si no por lo pronto que se la ha dado, y eso justifica la recuperación de los mercados. Sin embargo, el escenario macro que tenemos por delante sigue siendo peor que con el que partíamos a principios de año.

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Por lo tanto, carteras globales, diversificadas y con gestión profesional son los mejores instrumentos para estar invertidos en el largo plazo.

En el corto, no obstante, en un mercado en el que hay indicadores técnicos que han pasado de zona de sobreventa a zona de sobrecompra en dos meses, sin descanso, algo de consolidación o movimiento lateral sería previsible durante el verano.

Moody’s, una de las tres principales agencias de calificación crediticia, bajó a mitad de mayo el rating de la deuda de Estados Unidos un escalón, situándola en Aa1. Este movimiento es algo que ya hicieron con anterioridad S&P (2011) y Fitch (2023), por lo que los americanos salen de un club que, por datos, hace tiempo que deberían haber abandonado.

De hecho, Moody’s basa su nuevo rating (Aa+) y su perspectiva estable en que el dólar siga siendo la moneda refugio a nivel global y en el mantenimiento de la independencia de la Fed y la separación de poderes en el estado norteamericano: una muestra clara de las dudas sobre la deriva del Gobierno de Trump.

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Los inversores internacionales han mantenido en los últimos años un alto porcentaje de su inversión en dólares, sin cubrir, ya que, en tiempos de crisis, esta exposición actuaba como cobertura. Sin embargo, en los últimos dos meses, los activos estadounidenses han tenido periodos de comportamiento correlacionado tipo «crisis emergente». Es decir, con caída simultánea de la bolsa, la deuda pública y la divisa. Por lo tanto, de aquí en adelante, tendrán que replantearse sus asignaciones de activos estratégicas. No estamos hablando de cambios drásticos. Como decía recientemente Jamie Dimon, presidente de J.P. Morgan, si a un inversor global le dices que sólo puede invertir en un país, sigue eligiendo EE.UU. en el 99% de los casos. Pero el dólar necesita flujos continuos de inversiones para mantenerse y este cambio en el comportamiento de la divisa puede provocar debilidad en estos flujos. Sobre todo, en momentos de nerviosismo. Muchos inversores internacionales deberán moderar su posición simplemente por motivos de control de riesgos; y muchos inversores americanos que no tenían exposición internacional, o la mantenían con la divisa cubierta, pueden hacer la lectura contraria. En nuestras carteras, tenemos que vigilar la exposición total a divisa extranjera (teniendo en cuenta tanto nuestras inversiones en renta variable como en renta fija) y no mantenerla, en general, por encima del 25%.

*Óscar del Diego es Director de Análisis de Ibercaja Gestión.

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