Juan Avellaneda, 43 años: “En mi etapa en banca, los domingos me daban ataques de ansiedad y lloraba”

Juan Avellaneda es hoy uno de los diseñadores más reconocidos del panorama español. Figura habitual en los medios, referente de estilo y amigo cercano de celebridades como Tamara Falcó o Nieves Álvarez. Pero detrás del brillo, hubo años de ansiedad, crisis y silencios incómodos que lo empujaron —literalmente— al límite.

Seguir leyendo…

 Antes de triunfar en la moda, compaginó la banca con estudios en Londres hasta que un cáncer lo obligó a parar y cambiar de vida  

Juan Avellaneda es hoy uno de los diseñadores más reconocidos del panorama español. Figura habitual en los medios, referente de estilo y amigo cercano de celebridades como Tamara Falcó o Nieves Álvarez. Pero detrás del brillo, hubo años de ansiedad, crisis y silencios incómodos que lo empujaron —literalmente— al límite.

“No estaba haciendo lo que me hacía feliz”, reconoció el diseñador en su entrevista en Y ahora Sonsoles, donde presentó su novela Flashing Lights. A los 26 años, cuando aún trabajaba en banca y estudiaba moda en Londres durante sus vacaciones, su cuerpo comenzó a enviarle señales. “Los domingos me entraba como un agobio y casi que me ponía a llorar. Sergio siempre me decía: ‘Esto no puede ser’”.

A los 26 años Avellaneda fue diagnosticado de cáncer testicular y años más tarde sufrió un nuevo susto de salud
A los 26 años Avellaneda fue diagnosticado de cáncer testicular y años más tarde sufrió un nuevo susto de salud
Atresmedia

Poco después, la realidad lo frenó en seco: le diagnosticaron un cáncer testicular. “Se somatizó absolutamente”, afirma. Aquello lo obligó a parar, revisar su vida, tomar decisiones y —sobre todo— elegir. Eligió dedicarse a la moda. Y eligió vivir a su manera.

Una doble vida

Banquero de día, diseñador de noche

Formado en Administración y Dirección de Empresas, Juan comenzó su carrera en banca, donde trabajó en imagen y relaciones institucionales. Pero en paralelo, y casi en secreto, estudiaba moda en Londres. “Era un poco locura todo. De noche era una persona y de día era otra”, recuerda. También diseñaba para firmas como marca blanca, hasta que por fin creó la suya: Avellaneda.

“Yo creo que una somatización de eso fue cuando estaba en el banco”, explicó al hablar de sus años más oscuros. El estrés, el autoengaño y la desconexión entre su trabajo y su vocación pasaron factura.

Cáncer, herencia familiar y tabú masculino

El cáncer llegó como una llamada de atención: su cuerpo hablaba lo que él no se atrevía a decir en voz alta

El diagnóstico llegó en forma de una caída. “Me desmayé en un avión. Me desperté en el hospital. Fue como una señal”. Y aunque logró superarlo, el miedo volvió años después, cuando en una revisión encontraron bultos en la zona. Esta vez no eran malignos, pero decidió someterse a controles periódicos. En enero, un nuevo susto lo llevó a pasar una semana ingresado por problemas pulmonares.

Se somatizó absolutamente”

Juan Avellaneda, de la banca a la moda

El cáncer no es nuevo en su familia. Su madre, su padre y su abuelo también lo han sufrido. Pero si hay algo que le remueve especialmente es el silencio que rodea al cáncer masculino. “Es tabú. A muchos hombres les afecta en su ‘hombría’. Y esto es tan antiguo…”, lamenta. “Te funciona todo igual. Y si no, te has salvado. Es lo importante”.

Por eso aceptó hablar públicamente de su experiencia en colaboración con la Asociación Española Contra el Cáncer. Al principio lo dudó: “Es como muy íntimo”. Pero lo hizo. Y recibió una avalancha de mensajes. “Me escribió muchísima gente, sobre todo madres. Me decían: ‘Mi hijo tiene esto y no sabemos cómo gestionarlo’”.

Lee tambiénJudith del Río

Designer Juan Avellaneda attending Princess of Girona awards 2024 in Girona on Wednesday, 10 July 2024.

Tras todo ese proceso, Juan tiene clara una cosa: “Tienes que hacer lo que te apasiona y te gusta”. Su libro Flashing Lights, una novela cargada de verdades disfrazadas de ficción, narra precisamente eso: el mundo de las luces y las sombras de la moda, las presiones, los egos y las relaciones. Y también es un homenaje a su pareja, Sergio, a quien dedica las primeras líneas: “Gracias por sostenerme en los días nublados y celebrar conmigo los que brillan”.

 Televisión

Noticias Similares