La Revuelta ha terminado temporada con un programa que parece escrito por Kafka, dirigido por Nolan y coreografiado por Joaquín Reyes. El humorista manchego, invitado estrella de lo que acabó siendo el último programa, llegó con un cigarro de madera, se reconcilió con Jorge Ponce, se declaró patafísico y terminó haciendo una croqueta sobre el escenario. Todo ello en medio de un caos temporal que desconcertó a la audiencia.
El humorista manchego cerró una semana caótica con una entrevista sin público, silencios eternos, desorden
La Revuelta ha terminado temporada con un programa que parece escrito por Kafka, dirigido por Nolan y coreografiado por Joaquín Reyes. El humorista manchego, invitado estrella de lo que acabó siendo el último programa, llegó con un cigarro de madera, se reconcilió con Jorge Ponce, se declaró patafísico y terminó haciendo una croqueta sobre el escenario. Todo ello en medio de un caos temporal que desconcertó a la audiencia.
Un cierre sin orden ni concierto
El primer programa grabado fue el último en emitirse, con baile final y despedida surrealista
El cierre de temporada fue en realidad el primero de los cuatro programas grabados en la maratón del pasado 26 de junio, pero TVE decidió emitirlo el 10 de julio, jueves, como colofón de temporada. La emisión invertida de los episodios provocó críticas en redes sociales, donde muchos espectadores ironizaron con la “artesanal” chapuza. Una confusión narrativa tan caótica que bien podría describirse como Memento, pero en la tele pública.
A media entrevista, Broncano decidió sobre la marcha que ese programa sería el del jueves. Y eso lo cambió todo. “¡Hacemos el baile de fin de temporada!”, gritó mientras Reyes improvisaba una coreografía con brazos muertos y viento imaginario.
El creador de Enjuto Mojamuto, al que le dan miedo las carcajadas excesivas (“Las risotadas me agobian”), se mostró mucho más cómodo sin público: “Me estomaga la gente. Aquí, sin nadie, estoy fenomenal”. De hecho, compartió con Broncano una reflexión sobre la comedia con silencios y pausas, añadiendo que “el público exige una energía que a veces va en contra de los ritmos de la comedia”.
Las risotadas me dan miedo. Prefiero el vacío, el silencio y un buen chiste que se cueza despacio”
Joaquín Reyes, cómico, actor y dibujante
También promocionó su película, Los Futbolísimos 2. El misterio del tesoro pirata, una comedia familiar dirigida por Miguel Ángel Lamata, participada por RTVE y protagonizada por Carmen Ruiz, que se estrenará el 8 de agosto. Trajo regalos para todos: una gorra de policía local, un Playmobil articulado y un retrato dibujado por él mismo.
Ese retrato representaba a Alfred Jarry, padre de la patafísica, ciencia de las soluciones imaginarias. “Si Fernando Arrabal me deja entrar en el Colegio Patafísico, lo primero que haré será meter a Joaquín Reyes”, aseguró Broncano. Y Reyes lo celebró con una croqueta patafísica en directo. Antes de rodar, explicó por qué le resulta tan fácil girar sobre sí mismo: “Estoy tan cilíndrico que ruedo como un kebab”, bromeó.
“¡Me está doliendo la cabeza de tanta chorrada!”, exclamó Broncano en los minutos finales, ya derrotado por la espiral de sinrazón. La Revuelta se despidió sin saber muy bien si era lunes, miércoles o jueves. Pero sí sabían una cosa: no podía haber un cierre mejor. Al menos para un programa donde el caos fue el guion.
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