Fuga de talento en Tesla en plena crisis de ventas

Un puñado de altos ejecutivos ha salido de la empresa en las últimas semanas, incluyendo al vicepresidente de ventas para Norteamérica Leer Un puñado de altos ejecutivos ha salido de la empresa en las últimas semanas, incluyendo al vicepresidente de ventas para Norteamérica Leer  

Desbandada de talento en Tesla. Si hace un mes era Omead Afshar, mano derecha de Elon Musk, el que salía de la empresa por la puerta de atrás, esta semana se ha conocido la baja de otro de los hombres de confianza del millonario sudafricano. Troy Jones, vicepresidente de ventas, servicios y entregas de Tesla para Norteamérica, se marcha de la marca de vehículos eléctricos en plena crisis de ventas, golpeados por una cascada de factores adversos: el anunciado final del incentivo federal para los vehículos verdes, la reputación en caída libre del sudafricano por su idilio político—transformado después en agria disputa— con Donald Trump, y el difícil momento que atraviesa el mercado de los eléctricos en Estados Unidos.

Jones llevaba en Tesla desde 2010. En los último lustro se había erigido en el líder indiscutible de los concesionarios de la marca en EEUU como uno de los principales canales de venta de la compañía. Se desconoce el motivo de su salida, pero fuentes internas aseguran que en el ambiente aún pesan los despidos masivos del año pasado. Miles de personas perdieron su empleo en abril de año pasado como parte del plan de reestructuración. El recorte de plantilla fue del 10%.

En junio, la directora de recursos humanos para Norteamérica, Jenna Ferrua, también dejó su puesto, y unos meses antes, escogió el mismo camino uno de los principales ejecutivos en la división de Inteligencia Artificial y cabeza de sus robots humanoides, Optimus, Milan Kovac. En mayo, el director a cargo de la ingeniería mecánica de su división de energía, Mark Westfall, anunció que dejaba la empresa. No parece una casualidad.

En Wall Street la preocupación es evidente por la marcha de la compañía. Musk, por su parte, ha preferido quitarle hierro al actual momento. El hombre más rico del mundo argumenta que el futuro de su empresa pasa por los taxis autónomos y por los Optimus, no por los coches. Ahí estará el retorno de inversión para los inversores, asegura. Sin embargo, la actual dependencia en la venta de vehículos es innegable, lo mismo que la caída de sus beneficios y el menguante margen de ganancias.

Los resultados del primer trimestre de 2025 son claros. Tesla registró un 20% de caída en los ingresos por la venta de coches y un 71% en su beneficio neto. La producción total bajó un 16% y el mes pasado su modelo más vendido, el Model Y, perdió su corona como el coche más vendido a nivel mundial.

Tesla ha puesto en marcha incentivos para mejorar las ventas. Hace unos meses lanzó una nueva versión del Model Y y un modelo más asequible de su Cybertruck, la pickup de corte futurista que está teniendo serios problemas en vender. Además, actualizó dos de sus modelos iniciales, el Model S y el X.

Eso después de que sus números en Europa registraran el quinto mes consecutivo de caídas, con cada vez más interés por marcas europeas y los modelos low cost procedentes de China. El resultado es un descenso del 18% en el valor de sus títulos en lo que va de año, muy por debajo del desempeño del Nasdaq, que tras el cierre de la jornada del martes se ha revalorizado un 7,25% en 2025.

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