Diez días después de la devastadora riada de la Comunidad Valenciana, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha reunido este viernes por videoconferencia a los presidentes autonómicos de su partido para coordinar la ayuda y exhibir la “respuesta solidaria” de estas comunidades a la región afectada.
El líder del PP critica al Gobierno: “Estamos a disposición de los valencianos, no nos tienen que pedir nada”
Diez días después de la devastadora riada de la Comunidad Valenciana, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha reunido este viernes por videoconferencia a los presidentes autonómicos de su partido para coordinar la ayuda y exhibir la “respuesta solidaria” de estas comunidades a la región afectada.
La dirección del PP ha salido así al paso del desencuentro con el presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, a raíz de la petición al Gobierno central, formulada esta misma semana por el propio Feijóo, de declarar de la emergencia nacional, lo que hubiera retirado el mando al president valenciano de la gestión de la crisis para otorgárselo al Ministerio del Interior.
Tras unos días de aparentes contradicciones y cierta disonancia en los mensajes, que parecían poner distancia con Mazón y que culminaron ayer con la afirmación por parte de Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso, de que debía ser el president valenciano quien diera explicaciones sobre su agenda el día del temporal, en el que llegó tarde a la reunión del centro de emergencias, Génova ha escenificado este viernes la unidad de todos los dirigentes del partido ante la tragedia. Aun así, no se ha producido un respaldo explícito de la gestión de Mazón.
“Hoy lo que se ha acreditado es que el Estado de las autonomías ha funcionado. La solidaridad de las comunidades autónomas del Partido Popular ha sido ejemplar”, ha explicado Feijóo a los presidentes autonómicos de su partido. “Nadie la ha tenido que solicitar y a nadie hemos tenido que llamar”, ha añadido en una pulla al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que el jefe de la oposición ha criticado desde el primer momento por haber planteado que “quien necesite ayuda que la pida”, términos que la Moncloa niega rotundamente.
“Esta es la política que sirve, desde el punto de vista práctico, ético y moral. Y esta es la política que necesita nuestro país. Por tanto, estamos a disposición de los valencianos, que no nos tienen que pedir nada”, ha reiterado Feijóo, que ha estado acompañado por la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, en su intervención ante los presidentes autonómicos de su partido, entre los que también estaba Mazón, quien poco después ha visto como se revelaba que el día de las inundaciones había estado en un restaurante hasta las seis de la tarde.
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En una nota difundida a los medios, el PP ha destacado que la Generalitat Valenciana “se está volcando en la mayor catástrofe nacional” que se recuerda en España y ha asegurado que ante una situación tan dramática son las comunidades autónomas las que “están supliendo las actuaciones que debería hacer el Gobierno central, con la incorporación de más de 4.000 efectivos autonómicos”.
“Han dimitido de sus responsabilidades”, ha criticado Feijóo al Gobierno central y a los organismos de su dependencia, como la Agencia Española de Meteorología (Aemet) y la Confederación Hidrográfica del Júcar, a cuya falta de diligencia atribuye la tardanza en tomar medidas por parte del Govern valenciano.
“En la reunión de hoy de lo que se ha tratado es de mostrar el apoyo institucional y material de todo el PP ante una situación muy compleja”, han explicado fuentes de Génova tras el encuentro. “Mazón es uno de los nuestros”, han subrayado para negar cualquier tipo de enfrentamiento entre él y Feijóo.
“¿Dónde estaban Pedro Sánchez o la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ese día?”, se han preguntado estas fuentes saliendo en defensa del president valenciano, y han insistido en que el mediodía del día 29 de octubre, cuando Mazón estaba en la comida con una periodista que demoró su llegada al centro de coordinación de emergencias, no llovía y las tormentas no habían desbordado río alguno.
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