Enel, el grupo italiano dueño de la eléctrica, lanza la hoja de ruta más ambiciosa de la compañía, pero retrasa los objetivos futuros de beneficio y dividendo Leer Enel, el grupo italiano dueño de la eléctrica, lanza la hoja de ruta más ambiciosa de la compañía, pero retrasa los objetivos futuros de beneficio y dividendo Leer
Endesa, la segunda eléctrica española, está decidida a seguir siendo un peso pesado del negocio energético en España y este martes ha demostrado al mercado que cuenta para ello con el respaldo de su principal accionista. Enel, el gigante italiano que se hizo con el pleno control de la compañía española tras una cruenta guerra de opas en 2009, ha lanzado el plan estratégico más ambicioso en la historia de la firma española, con un objetivo inversor de 9.600 millones de euros para el trienio 2025-2027, su récord absoluto.
La nueva hoja de ruta de Endesa confirma un giro estratégico que ya se dejó sentir en la actualización anterior, el pasado noviembre, cuando superó su habitual barrera inversora de 6.000 millones. El nuevo plan da un paso más y lo hace bajo el paraguas de los objetivos verdes fijados en el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) diseñado por el ministerio de Transición Ecológica que pilota Teresa Ribera, y del maná de los centros de datos, cuyo despliegue en España promete multiplicar la demanda de electricidad.
El grueso de las inversiones de Endesa (42%) irán destinadas al negocio de las redes eléctricas, las autopistas que conectan los puntos de generación con los consumidores. En total, dedicará 4.000 millones de euros a este negocio hasta 2027, un aumento del 45% frente a las anteriores estimaciones. Las redes se han convertido en un punto crítico para el despliegue de renovables y el desembarco a nivel nacional de grandes consumidores, como los data center o la industria intensiva en energía. Se trata de un negocio regulado cuya retribución se fija desde la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
Actualmente, la propia Endesa, Iberdrola, Naturgy y EDP mantienen un pulso decisivo con la CNMC para elevar la tasa de retribución financiera con la que se las compensa por sus inversiones en las redes de distribución de electricidad. De hecho, la compañía que dirige José Bogas ha marcado como condición indispensable para desplegar el volumen de inversión previsto un aumento de la tasa de remuneración al 7,5%, frente al 5,58% actual, así como a otros cambios regulatorios, como un aumento del máximo de inversión anual vigente, del 0,13% del PIB español.
Endesa también disparará la inversión en renovables, un 45%, hasta los 3.700 millones de euros, manteniendo el modelo de alianzas que ya venía aplicando. Eso sí, el grupo ha indicado que reducirá su exposición a la energía solar, la más perjudicada por el desplome de los precios de eléctricos, y ha advertido de una ralentización del los proyectos eólicos por cuestiones burocráticas.
Así, la compañía reforzará su apuesta por la energía hidráulica. Aquí, Endesa ya ha pasado de las palabras a los hechos. El pasado viernes, la eléctrica anunció la compra por 1.000 millones de euros del negocio hidráulico de Acciona. La cartera de activos incluye más de 600 megavatios (MW) de centrales de embalse (56% de la capacidad), fluyentes (30% de la capacidad) y de bombeo (14%), distribuidas por Aragón, Soria, Valencia y Navarra.
De esta forma, Endesa resuelve parcialmente el problema que le supondrá el cierre nuclear en España, un proceso que amenaza con diezmar su capacidad de producción y disparar su dependencia energética.
A nivel financiero, Endesa ha aprovechado para anunciar una mejora del dividendo para este año, hasta los 1,2 euros por acción, un 20% más que el de 2023 y un 9% por encima del objetivo previo. Si bien, el grupo mantendrá sin cambios su política de retribución al accionista para el periodo 2025-2027, con un 70% de payout (parte del beneficio que se destina a dividendo) y un pago mínimo garantizado de un euro por título.
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