Al final Jeff Bezos y Lauren Sanchez tuvieron que renunciar a una entrada triunfal en Venecia con su megayate de 127 metros, como si fueran el dux de la Serenissima volviendo de saquear Constantinopla, y se conformaron con llegar en helicóptero el miércoles por la tarde al pequeño y melancólico aeropuerto Nicelli, en el Lido. El dueño de Amazon y tercer hombre más rico del mundo y su futura esposa, periodista, dejaron la nave en Croacia por seguridad, tal como está el patio con las protestas contra su boda. Para grupos y plataformas vecinales de Venecia, que según las autoridades son cuatro gatos, el enlace es una gigantesca horterada para millonarios que se toman la ciudad como un decorado de Las Vegas. Montado ya todo el lío, los fastos han empezado este jueves y durarán hasta el domingo.
El acto nupcial será el viernes, con una fiesta temática de ‘El Gran Gatsby’, y el sábado habrá un baile de máscaras del Settecento
Al final Jeff Bezos y Lauren Sanchez tuvieron que renunciar a una entrada triunfal en Venecia con su megayate de 127 metros, como si fueran el dux de la Serenissima volviendo de saquear Constantinopla, y se conformaron con llegar en helicóptero el miércoles por la tarde al pequeño y melancólico aeropuerto Nicelli, en el Lido. El dueño de Amazon y tercer hombre más rico del mundo y su futura esposa, periodista, dejaron la nave en Croacia por seguridad, tal como está el patio con las protestas contra su boda. Para grupos y plataformas vecinales de Venecia, que según las autoridades son cuatro gatos, el enlace es una gigantesca horterada para millonarios que se toman la ciudad como un decorado de Las Vegas. Montado ya todo el lío, los fastos han empezado este jueves y durarán hasta el domingo.
A Bezos y Sanchez apenas se les vio el miércoles un instante, al saltar del taxi acuático a la pasarela, cubierta por un elegante telón de rayas, del hotel que han alquilado entero en el Canal Grande. El Aman, siete estrellas, 11.000 euros la noche, vistas al puente de Rialto, frescos de Tieopolo, acabados de Sansovino (solo es uno de los cinco de la misma categoría que han reservado). Luego, cóctel con los primeros invitados que han ido llegando, con música de los Bee Gees, según se lee en la prensa italiana, y después, cena en casa de Diana von Fustenberg, el palacio Brandolini d’Adda. Había sepioline de la laguna (sepias pequeñas), ya difíciles de pescar por el cambio climático, y que están a 260 euros el kilo. Y así se pasó el día. El fiestón como tal, con un presupuesto estimado de 30 millones de euros según los medios, ha empezado este jueves.
El primer acto del programa ha sido una fiesta-desayuno, si tal cosa es posible, en el jardín con piscina de Villa Baslini, en la isla de San Giovanni Evangelista. Después, a partir de las cinco de la tarde y hasta la medianoche, primera fiesta ya en serio en el claustro privado de la iglesia de la Madonna dell’Orto, propiedad de la familia Gelmi di Caporiacco. Los huéspedes han ido llegando en las 35 lanchas alquiladas para la ocasión, con tarifas de taxi que están en 3.000 euros al día. No se sabe en qué momento preciso, si en la fiesta-desayuno o en la del crepúsculo, empiezan a contarse los 27 modelos previstos que vestirá Lauren Sanchez estos días.















En cuanto a mañana viernes, la fiesta de la jornada es en el Teatro Verde de la isla de San Giorgio, la que está frente a la plaza de San Marcos. Es de disfraces o temática: el dress code es de El gran Gatsby, dando por hecho que todos los invitados, si no lo han leído, al menos hayan visto la película, aunque sea la última. Será la fiesta nupcial propiamente dicha, con intercambio de anillos, pues parece que la firma de papeles del enlace legal ya ha tenido lugar en Estados Unidos, según ha publicado la prensa. Ahí hará su aparición el anillo con un diamante de 30 quilates, valorado en 5 millones de dólares, que Bezos ha regalado a su mujer. Habrá un concierto de Matteo Bocelli y fuegos artificiales.
Siguiendo con el plan de festejos, el del sábado será en el Arsenale, donde tendrá lugar el baile final, en este caso de máscaras estilo Settecento. El acto se ha trasladado allí a última hora por razones de seguridad, dadas las amenazas de manifestación, desde la Scuola Grande de la Misericordia, que está en el centro y era difícil de vigilar. Precio de alquiler, 200.000 euros, para el ayuntamiento en este caso.
En realidad era todo secretísimo, y también la ubicación de los actos, pero Venecia es como un pueblo ―ya tiene menos de 50.000 habitantes―. Además, en el caso de la fiesta de este jueves, una orden municipal no muy sagaz prohibió la navegación en los alrededores por “un evento de relevancia internacional”, y no había que ser un genio para comprender cuál. A la zona ya no se puede acceder ni a pie. El claustro ha sido cubierto con una gran carpa para evitar fotos indiscretas incluso con drones. En todo caso, por si quedaba alguna duda, también se ha establecido que toda la ciudad sea no fly zone de drones estos días.
En los canales que rodean los lugares elegidos para los actos de la boda se ven agentes patrullando con motos de agua. En Venecia hay estos días más gente con pinganillos y paparazzi que góndolas. Cientos de personas de seguridad entre exmarines reciclados en empresas privadas y las propias fuerzas de seguridad italianas. Con todo, pese al impresionante despliegue, el miércoles por la noche un borracho robó una góndola en la puerta del hotel Gritti, uno de los reservados para la boda, según reseña la prensa local.

Los cerca de 250 invitados, todos famosísimos, empezaron a llegar desde el martes. Una de las primeras fue Ivanka Trump, con su esposo, Jared Kushner, y sus tres hijos. Pasaron el miércoles de visita en la isla de Murano, célebre por su artesanía de vidrio, y luego dieron un paseo en barca, con unas breves lecciones de remo incluidas. Este jueves han ido a visitar la sinagoga española del gueto y han hecho compras en una tienda religiosa.
A lo largo del jueves la caza de fotos de celebridades ha ido dando cuenta de la presencia de Orlando Bloom, Oprah Winfrey, Bill Gates, Rania de Jordania, buena parte del clan Kardashian, el jugador de fútbol americano Tom Brady. No de todos se han visto ya imágenes pero se supone que también están en la ciudad Lady Gaga, Elton John, Mark Zuckerberg, Leonardo Di Caprio, George Clooney, Anne Wintour, Dolce y Gabanna, entre muchos otros. También un exelectricista alemán, un tal Cagdas Halicilar, de gran parecido a Jeff Bezos, que se ha paseado por el centro de la ciudad como sosias oficioso del millonario, haciéndose fotos.
Los invitados han recibido como presente de bienvenida una bolsita con dulces típicos venecianos y un cáliz-bombonera en vidrio de Murano de diseño exclusivo. Junto a ello, una notita con dibujos de góndolas y una mariposa con un mensaje de los novios, en el que ruegan a sus huéspedes no hacerles regalos y les informan de que harán una donación en su nombre a Venecia, “un lugar mágico que nos ha dado momentos inolvidables”. “Esperemos que Venecia siga inspirando maravillas a las generaciones futuras”, concluye la nota.
Por el momento, la gran boda sigue inspirando protestas a algunos venecianos. Pocos, la verdad. En torno a 40 personas, según la policía italiana, se han manifestado esta mañana del jueves en la plaza de San Marcos, disfrazados de novios, gritando consignas contra el 1% más rico del planeta, bien representado en el enlace de Bezos y Sanchez. De hecho los manifestantes clamaban: “¡Somos el 99%!”. Eran activistas del grupo ecologista Extinction Rebellion y fueron sacados a rastras por la policía, porque el acto no estaba autorizado. Uno de ellos, sin embargo, logró encaramarse a uno de los mástiles de la plaza y allí estuvo tres horas, bajo un sol abrasador, y desplegó una pancarta. “Bezos y Sanchez representan el 1% de los ricos que explota el planeta. No pedimos donaciones a la ciudad, sino un régimen fiscal que pongan impuestos a los ricos”, explicaron sus compañeros. Cuando el escalador por fin bajó recibió algunos aplausos, pero también le insultó un comerciante de un puesto ambulante de la plaza.
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