El secretario del Tesoro insinúa que EE.UU. estuvo detrás del sabotaje del Nord Stream

El 26 de septiembre del 2022, seis meses después del inicio de la guerra en Ucrania, los gasoductos Nord Steam-1 y Nord-Stream-2 fueron inutilizados con explosivos. Alemania se quedó así sin la única vía de suministro de gas natural procedente de Rusia que no pasaba por territorio ucraniano.

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 Scott Bessent da a entender en una entrevista que la Casa Blanca tuvo un papel en la destrucción de la vía de suministro de gas ruso a Europa  

El 26 de septiembre del 2022, seis meses después del inicio de la guerra en Ucrania, los gasoductos Nord Steam-1 y Nord-Stream-2 fueron inutilizados con explosivos. Alemania se quedó así sin la única vía de suministro de gas natural procedente de Rusia que no pasaba por territorio ucraniano.

La autoría de aquel sabotaje ha sido objeto de múltiples especulaciones e investigaciones. Según el semanario alemán Der Spiegel, el atentado fue llevado a cabo por un comando ucraniano a espaldas del presidente Volodímir Zelenski, mientras que medios como The Wall Street Journal han señalado que Zelenski sí estuvo al corriente del plan, aunque intentó frenarlo sin éxito.

Ahora, en una entrevista con el comentarista político ultraconservador Tucker Carlson, el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, ha insinuado que detrás del operativo estaba el Gobierno estadounidense.

En esta conversación, emitida el pasado viernes, Bessent recuerda que, en su primer mandato, Trump mostró abiertamente su rechazo a la construcción del Nord Stream-2. “Y lo hicieron”, dice refiriéndose a los países europeos, “y mira lo que pasó”. Tucker entonces replica: “Lo destruimos”. “Alguien lo hizo”, responde Bessent entre risas. “Leí que unos pescadores noruegos”.

El periodista de investigación Seymour Hersh ya apuntó en el 2023 a la responsabilidad de EE.UU. en el sabotaje. Según este reportero, un grupo de buzos de la Marina estadounidense aprovechó unas maniobras de la OTAN en el Báltico para colocar los explosivos, los cuales supuestamente fueron detonados por la Armada noruega tres meses después. Esta teoría fue desmentida tanto por la Casa Blanca como la CIA, que siempre han negado su implicación en los hechos.

Inaugurado en el 2012, el Nord Stream-1 era el principal sistema de suministro entre las principales empresas de hidrocarburos rusas y Alemania, mientras que el Nord Stream-2, que se terminó de construir en el 2021 y discurriría prácticamente paralelo al primero, no llegó a entrar en funcionamiento porque el Gobierno alemán suspendió su certificación tras la invasión rusa de Ucrania. Conjuntamente, estos dos gasoductos tenían capacidad para transportar 110.000 millones de metros cúbicos de gas a Europa cada año. Una cifra que equivale a más de un cuarto del gas que la Unión Europea consume anualmente.

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