El Partido Liberal de Japón escoge al exministro de Defensa para liderar el país hasta los comicios

Japón raramente pierde una oportunidad de dar un nuevo giro conservador. Este viernes, el primer ministro Fumio Kishida ha cedido el testigo como líder del Partido Liberal Democrático (PLD) a un exministro de Defensa, Shigeru Ishiba. Dada la mayoría de que goza la coalición gubernamental en el parlamento, se da prácticamente por seguro que Ishiba será investido en breve como nuevo jefe de gobierno de Japón. 

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 Shigeru Ishiba deberá ser ratificado por el parlamento donde la coalición gobernante tiene mayoría  

Japón raramente pierde una oportunidad de dar un nuevo giro conservador. Este viernes, el primer ministro Fumio Kishida ha cedido el testigo como líder del Partido Liberal Democrático (PLD) a un exministro de Defensa, Shigeru Ishiba. Dada la mayoría de que goza la coalición gubernamental en el parlamento, se da prácticamente por seguro que Ishiba será investido en breve como nuevo jefe de gobierno de Japón. 

No le va a sobrar tiempo para elevar su perfil, puesto que las elecciones están casi a la vuelta de la esquina, a mediados del año que viene  a más tardar. Shigeru Ishiba había intentado hacerse con el control del partido en cuatro ocasiones. A la quinta va la vencida – tras imponerse, por 215 votos a 194, en segunda vuelta, a Sanae Takaichi -una de las escasas mujeres en la cúpula liberal, en su ala más conservadora- ha tenido que secarse las lágrimas. 

Kishida, con un índice de popularidad por los suelos, presentó su renuncia el mes pasado. Antes de hacerla efectiva ha podido despedirse de dos de sus más estrechos aliados, Joe Biden y el indio Narendra Modi, en la reciente reunión del grupo Quad en Estados Unidos. Antes, hizo una última visita oficial a su homólogo derechista en Corea del Sur, una vez más, sin pedir perdón por las décadas de ocupación japonesa. 

El nuevo líder ha pedido “actuar como un solo hombre” para que el partido “pueda renacer”.  Para ello promete “decir la verdad con coraje y sinceridad para hacer de este país un lugar seguro donde se pueda volver a vivir con una sonrisa”. 

Ishiba deberá ocupar el cargo formalmente a partir del 1 de octubre. No se espera ningún giro brusco. en todo caso, reforzar todavía más la alianza con Estados Unidos -que cuenta con 40.000 soldados sobre su territorio. A medida que un Japón prácticamente estancado desde hace décadas pierde peso relativo frente a la China -tanto en el orden económico, como político y militar- dicha alianza -que no es una alianza entre iguales- gana nuevos defensores en Japón. 

Si la relación con Corea del Sur solo ha mejorado de cara a la galería, la relación con Rusia y Corea del Norte no ha hecho más que empeorar. El apoyo discreto pero activo de Japón a la causa soberanista en Taiwán -su antigua colonia de Formosa- o en Hong Kong -antigua colonia británica- ha envenenado todavía más las relaciones con la República Popular de China. 

Shigeru Ishiba ha tomado la palabra este viernes, justo antes de la segunda vuelta que le ha dado la victoria frente a la única candidata finalista, igualmente perteneciente al ala más conservadora del Partido Liberal Democrático. 
Hiro Komae / Ap-LaPresse

Este mismo mes, un portaaviones chino ha surcado las aguas entre Taiwán y el archipiélago japonés de Okinawa, en una aparente respuesta al pasaje de buques de guerra occidentales entre la China continental y Taiwán, pocos días antes. Japón ha replicado a su vez  surcando las mismas aguas con uno de sus navíos de guerra, siguiendo la estela de los primeros. 

Pekín, por su parte, tampoco pierde la oportunidad de recordar los desmanes de la ocupación militar japonesa. El reciente apuñalamiento mortal de un niño japonés, frente a una escuela nipona en China, ha sido visto en Japón como un crimen de odio, producto de esa retórica victimista, cuando no revanchista. 

La elección de Ishiba, de 67 años, ha sorprendido, dada su impopularidad entre sus compañeros de bancada. Esta deberá satisfacer a Washington, por su familiaridad con asuntos de Defensa, en tanto que exministro del ramo (y también de Agricultura). 

Su visión política ha sido definida como “anclada en la tradición”, con un papel primordial para las cuestiones de seguridad nacional. Un perfil con características japonesas pero que puede recordar al de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, exministra de Defensa de Alemania y que este mismo mes declaraba que “Europea es en primer lugar un asunto de seguridad”.  

La generación del tercero en liza, el joven Shinjiro Koizumi, exministro de Medio Ambiente -hijo del exprimer ministro derechista Junichiro Koizumui- deberá esperar. Las mujeres japonesas, también, como llevan haciendo desde tiempo inmemorial. 

El primer ministro saliente, Fumio Kishida, de 67 años, llevaba en el puesto desde octubre de 2021. A los pocos meses de su mandato se produjo el asesinato en un mitin de su predecesor,  Shinzo Abe, a manos de un damnificado por la ultraconservadora secta Moon, a cuya implantación en Japón tanto contribuyó la familia Abe. 

Su sucesor no lo tendrá fácil para volver a ganar las elecciones para el PLD, aunque esta ha sido la tónica, salvo raras excepciones, desde el final de la ocupación estadounidense y el establecimiento de la democracia en Japón. Muy posiblemente todavía será él quien inaugura, el próximo mes de abril, la Exposición Universal de Osaka. 

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