Budapest se prepara para ser escenario el sábado de un pulso a varias bandas por la marcha del Orgullo y a propósito de los derechos de las personas LGTBIQ+, derechos cada vez más erosionados en la Hungría del primer ministro ultranacionalista Viktor Orbán. El desfile festivo y reivindicativo del sábado en la capital húngara, uno de los varios desfiles del Orgullo que se celebran en ciudades de todo el mundo en estas fechas, fue prohibida oficialmente por la policía el 19 de junio en aplicación de una reciente enmienda parlamentaria a la ley sobre derecho de reunión, enmienda que en la práctica veta la marcha del Orgullo LGTBIQ+ con el argumento de proteger a los menores de edad.
La alcaldía de la capital húngara desafía el veto del primer ministro ultraconservador al desfile LGTBIQ+, que se celebrará el sábado pese a la prohibición policial
Budapest se prepara para ser escenario el sábado de un pulso a varias bandas por la marcha del Orgullo y a propósito de los derechos de las personas LGTBIQ+, derechos cada vez más erosionados en la Hungría del primer ministro ultranacionalista Viktor Orbán. El desfile festivo y reivindicativo del sábado en la capital húngara, uno de los varios desfiles del Orgullo que se celebran en ciudades de todo el mundo en estas fechas, fue prohibida oficialmente por la policía el 19 de junio en aplicación de una reciente enmienda parlamentaria a la ley sobre derecho de reunión, enmienda que en la práctica veta la marcha del Orgullo LGTBIQ+ con el argumento de proteger a los menores de edad.
El alcalde ecologista, Gergely Karácsony, replica que el Orgullo de Budapest no precisa autorización por tratarse de “un evento municipal”. La marcha es organizada anualmente por un colectivo civil, y fue la escalada del Gobierno contra el desfile lo que impulsó al edil a asumirlo para proporcionarle cobertura municipal y sortear así el veto de Orbán. El Orgullo se celebra esta vez pues en el marco de la fiesta de la Libertad, una fiesta del 28 de junio en la que durante años se celebró la salida de las tropas soviéticas de Hungría en 1989, y que Karácsony ha decidido recuperar.
Se espera en el Orgullo a unos 35.000 participantes y la organización civil que lo gestiona, Budapest Pride, considera esta ocasión especialmente simbólica por tratarse de la trigésima edición. De confirmarse esa cifra, sería un récord, aseguran. A la cita tienen previsto acudir también para dar su apoyo políticos de varios países europeos, entre ellos ministros españoles, y unos setenta eurodiputados, la mayoría verdes, izquierdistas y socialistas.
Lee tambiénMARÍA-PAZ LÓPEZ | BERLÍN. CORRESPONSAL

El enfrentamiento cogió aún más vuelo europeo cuando la presidenta de la Comisión, la democristiana Ursula von der Leyen, colgó un vídeo en la red social X el miércoles por la noche, víspera de la cumbre del Consejo Europeo que empezó el jueves y termina este viernes, y para la que Orbán acudió a Bruselas como los otros jefes de Estado o de Gobierno del club comunitario.
“Pido a las autoridades húngaras que permitan que el Orgullo de Budapest siga adelante sin temor a sanciones penales o administrativas contra los organizadores o los participantes”, dijo la alemana Von der Leyen. “En Europa, marchar por tus derechos es una libertad fundamental –afirmó la presidenta de la Comisión–. Para la comunidad LGTBIQ+ de Hungría y del resto del mundo, siempre seré su aliada”. Viktor Orbán le respondió también vía X, diciendo que la Comisión Europea debía abstenerse de interferir en los asuntos policiales de los Estados miembros, “donde no tiene ningún papel que desempeñar”.
La capital de Hungría espera el sábado a miles de participantes en el desfile del Orgullo, incluidos políticos extranjeros
Los asistentes al Orgullo afrontan multas de hasta 500 euros, pero además organizar o incitar a la participación “en una reunión prohibida legalmente” podría penarse con hasta un año de prisión, según recalcó el ministro de Justicia, Bence Tuzson, en una carta a varias embajadas. Para identificar a los supuestos infractores, la policía puede utilizar sistemas de reconocimiento facial.
El jueves en Bruselas, Orbán dio a entender que la policía no intentaría disolver la marcha por la fuerza, y que se priorizarían las medidas administrativas. “Hungría es un país civilizado, no nos hacemos daño unos a otros”, dijo a los periodistas.

ATTILA KISBENEDEK / AFP
La enmienda a la ley de reunión invocada por la policía de Budapest para prohibir la marcha del Orgullo fue aprobada el 18 de marzo en el Parlamento a instancias de Fidesz, el partido de Orbán, y con apoyo de diputados de la extrema derecha. El texto dice que se prohíben “las reuniones que promuevan o exhiban el cambio de sexo de nacimiento o la homosexualidad”. Esta formulación se basa a su vez en un paquete legislativo aprobado por el Parlamento en junio del 2021, también a iniciativa de Fidesz, que prohíbe “la promoción” de la homosexualidad y de la reasignación de género ante menores de 18 años.
En el estira y afloja por la marcha del sábado, el Gobierno intentó convencer a Karácsony y a Budapest Pride de celebrarla en un espacio cerrado, como un estadio o un hipódromo, con el argumento de que así estaría lejos de la mirada de menores. El Ayuntamiento y los organizadores lo rechazaron por considerar que desvirtuaría el Orgullo y que, en definitiva, lo que se dirime es otra cosa: los derechos de las personas LGTBIQ+.
“Una de las marchas del Orgullo más importantes del continente se celebra en Budapest, Hungría, a pesar de los continuos intentos de prohibición por parte de las autoridades. ¡Invitamos a todos a defender la libertad, la democracia y la igualdad con nosotros el 28 de junio! ¡Hagamos historia!””, emplazó la organización Budapest Pride. El portavoz del Gobierno, Zoltán Kovacs, les acusó en la red X de “preferir la confrontación y la ilegalidad”.
“En Europa, marchar por tus derechos es una libertad fundamental”, avisa Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, al primer ministro de Hungría
Entre quienes acuden a Budapest para apoyar al Orgullo está la comisaria europea de Igualdad, la belga Hadja Lahbib, que hablará este jueves en una conferencia en el Ayuntamiento junto al alcalde. Desde España vienen la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; la ministra de Igualdad, Ana Redondo; y el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, además del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni. También estarán la exalcaldesa Ada Colau y el eurodiputado Jaume Asens, entre otros políticos.
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