El fútbol de Ted Lasso, ese me gusta

Todo es excesivo en el fútbol, y por eso nos fascina y nos enerva a la vez. Ovacionamos y denigramos a los futbolistas profesionales, que marcan goles o los salvan y luego abren la boca y meten la pata y así echan más carbón a la máquina de vapor: si son bocazas nos ofenden, pero nos dan de qué hablar.

Seguir leyendo…

 Todo es excesivo en el fútbol, y por eso nos fascina y nos enerva a la vez. Ovacionamos y denigramos a los futbolistas profesionales, que marcan goles o los salvan y luego abren la boca y meten la pata y así echan más carbón a la máquina de vapor: si son bocazas nos ofenden, pero nos dan de qué hablar.Seguir leyendo…  

Todo es excesivo en el fútbol, y por eso nos fascina y nos enerva a la vez. Ovacionamos y denigramos a los futbolistas profesionales, que marcan goles o los salvan y luego abren la boca y meten la pata y así echan más carbón a la máquina de vapor: si son bocazas nos ofenden, pero nos dan de qué hablar.

A cuenta de esos futbolistas que son bocazas o marcan goles o los salvan, el clásico del otro domingo en el Bernabéu sigue siendo trending topic en estos tiempos en los que la música de Rosalía se sumerge en la espiritualidad, Puigdemont atosiga a Pedro Sánchez y Mazón se postula como la gran víctima de la dana.

Tantos días más tarde, en las tertulias aún se habla de la deriva de Lamine Yamal y la sinrazón de Vinícius: ambos casos son un desmadre y necesitan mano izquierda y ahí es cuando Ted Lasso entra en escena.

Jason Sudeikis (gafas de sol) y Brendan Hunt (cabeza alzada), protagonistas de 'Ted Lasso', días atrás en el Arsenal Stadium de Londres
Jason Sudeikis (gafas de sol) y Brendan Hunt (cabeza alzada), protagonistas de ‘Ted Lasso’, días atrás en el Arsenal Stadium de Londres 
Alex Pantling / GETTY IMAGES

El otro fin de semana rematamos la serie, Ted Lasso, y el remate nos dejó buen sabor de boca, ganas de más (de hecho, estamos de celebración: nos consta que la cuarta temporada ya se está produciendo). Me gustó tanto que se la recomiendo a presidentes, directivos, cuerpos técnicos y futbolistas. De hecho, con el paso de los días, aún la estoy metabolizando, y pensando en ella me pregunto cómo hubieran actuado Ted Lasso y su equipo de asistentes (los Diamond Dogs), en la vida real, cuando el vestuario entrase en crisis o cuando una estrella se desmelenase, rompiendo la armonía del bloque.

Lee tambiénSergio Heredia

Artem Dolgopyat, con su oro mundial, el 7 de octubre del 2023, en Amberes

Ted Lasso es una serie de humor muy seria y eso, que parece un contrasentido, es también una buena definición del fútbol contemporáneo: este fútbol es un entretenimiento que muchos viven a la tremenda, y esa idea se la robo a Daniel Verdú, columnista en El País, que ayer escribía: “Me desconcierta cómo se toma tan en serio a sí mismo el fútbol, con las tomaduras de pelo a las que nos ha sometido en los últimos años”.

Pues eso mismo, en realidad, es Ted Lasso.

Es una acertada tomadura de pelo.

Esta es una serie de humor muy seria: parece un contrasentido, pero define el fútbol contemporáneo

Es la historia de un entrenador de fútbol americano que aterriza en un club ficticio de la Premier League, el AFC Richmond, sin tener ni idea de fútbol, ni del fuera de juego, ni de los sistemas defensivos, pero que decide aplicar el sentido común para ir creciendo como técnico y ganarse el aprecio de la presidenta, los jugadores y los aficionados, y también el de los televidentes.

Recorriendo Richmond Green de la mano de Ted Lasso –pensamos hacerlo la próxima vez que visitemos Londres–, me permitiré reinterpretar las idas y venidas de estos futbolistas que tanto nos fascinan como nos enervan y que, perdidos como están en el mundo, solo encuentran refugio en el césped.

 Deportes

Noticias Similares