El fresco de la Airef

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A partir del estudio de millones de datos, la Autoridad Fiscal Independiente (Airef) ha dibujado un fresco de la España que será durante los próximos 35 años. Superaremos los 50 millones de habitantes en 2050 y seremos casi 53 en 2070. Las mujeres pasarán de vivir 86,6 años a 91,1 y los hombres, de 81,3 a 87. Si no sucede nada, las españolas tendrán más hijos -1,39 por mujer en lugar de los 1,12 actuales-, pero no los suficientes para que reemplacen a los ancianos que vayan falleciendo. Todo ello desembocará en que la proporción de los españoles en edad de trabajar será cada vez menor respecto a los niños y a los jubilados. La tasa de dependencia, que así se llama, se duplicará y serán más estos últimos que los primeros. Ello lo condicionará todo.

Por ejemplo, que no será bastante la inmigración prevista para sostener el sistema de pensiones ni, en general, el equilibrio en las administraciones públicas. La Airef considera que llegarán más de 300.000 personas en cada ejercicio, pero ni por esas. La pérdida de fuerza laboral exigirá un aumento muy poderoso de la productividad. Con el que hay previsto -un 1,1% de media, con suerte- no se podrán mantener los ingresos públicos. Pagaremos menos por educación, porque habrá menos niños, pero mucho más por sanidad y, sobre todo, por pensiones. El paro bajará, aunque trabajadores y empresas dedicarán una parte mayor de la remuneración a las cotizaciones y a los impuestos, especialmente los directos, ya que los indirectos caerán. Al ser más los viejos, consumiremos menos.

Como habrá muchos más jubilados (unos 17 millones) pagaremos más pensiones y éstas llegarán a consumir el 16% de toda la riqueza del país en 2050. Las aportaciones de los trabajadores no podrán cubrirlas, por lo que incrementarán las transferencias del Estado. Con ese fin, se tendrán que detraer de otras partidas, incluidas las que se dedican a los jóvenes. Aún así la deuda podría llegar a alcanzar un 180% del PIB, sobre todo si hay que incrementar el gasto en Defensa.

La parte mala es que será una España insostenible y la parte buena es que nada de esto está determinado. Algún gobierno tendrá que hacer reformas y migrar a sistemas que algunos países avanzados ya han acometido. Serán más dolorosas cuanto más tarden. El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, ha dicho esta semana que la política de Trump ha supuesto «un cambio de paradigma». Uno más. Porque el paradigma demográfico ya había cambiado cuando él diseñó una reforma de las pensiones que no soluciona nada. Y se quedó tan fresco.

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