El fenómeno Dro, la nueva perla de la Masia

Tener 17 años y marcar un gol con el Barça en tu debut es algo tan excepcional que le cambia la vida a cualquiera. Eso es lo que le está sucediendo a Pedro Fernández, Dro (2008), exquisito centrocampista que aprovechó mejor que nadie los 17 minutos que le concedió Hansi Flick en el amistoso de pretemporada frente al Vissel Kobe. De pronto, este joven gallego de Nigrán, ayuntamiento que linda con Vigo, de madre filipina y padre gallego –y exfutbolista del Celta B–, es el centro de atención de toda la prensa deportiva española y extranjera. Así sucede cuando un nuevo producto de la Masia entra en ebullición. Pero la historia de Dro en el Barça no acaba más que comenzar.

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 El canterano Pedro Fernández está acaparando los focos de la gira de pretemporada del Barça  

Tener 17 años y marcar un gol con el Barça en tu debut es algo tan excepcional que le cambia la vida a cualquiera. Eso es lo que le está sucediendo a Pedro Fernández, Dro (2008), exquisito centrocampista que aprovechó mejor que nadie los 17 minutos que le concedió Hansi Flick en el amistoso de pretemporada frente al Vissel Kobe. De pronto, este joven gallego de Nigrán, ayuntamiento que linda con Vigo, de madre filipina y padre gallego –y exfutbolista del Celta B–, es el centro de atención de toda la prensa deportiva española y extranjera. Así sucede cuando un nuevo producto de la Masia entra en ebullición. Pero la historia de Dro en el Barça no acaba más que comenzar.

El primero en valorar a su nueva perla fue Hansi Flick. “Es un gran talento y un claro ejemplo del fantástico trabajo que se está haciendo en la Masia. Entrenó con nosotros al final de la temporada pasada. Tiene muy buen control del balón, pero aún tiene margen de mejora. Estoy contento y no solo por el gol”, explicó ayer el técnico alemán.

Es un gran talento y un claro ejemplo del fantástico trabajo que se está haciendo en La Masia”

Hansi FlickEntrenador del Barça

La historia de Dro en el fútbol comienza en el Val Miñor siendo un niño. “El primer día que vino, era pequeñito, tenían 4 o 5 años, y lloraba y lloraba, porque no quería quedarse a entrenar. Se tuvo que ir con su madre. Después tuvieron que volver a intentarlo un par de veces más. Al final le gustó y se quedó”. Quien habla es Javier Roxo, director de la escuela de fútbol Val Miñor, una de las entidades de más prestigio en lo que a fútbol base se refiere en la zona de Vigo. Allí se formaron talentos como Thiago Alcántara, Rafinha, Rodrigo Moreno o Santi Comesaña. En los últimos días, más de una decena de periodistas han roto la tranquilidad de este modesto club preguntando por el joven azulgrana. “Hasta del New York Times me han llamado. Espero que todo esto no le afecte al chico. Seguro que no porque tiene la cabeza muy bien amueblada”, asegura.

Desde el primer día quedó claro que Dro estaba tocado por la varita, que se trataba de un jugador diferente. “Los niños como Dro ya vienen con un talento especial. No es que nosotros hiciéramos nada. Son coordinados y tienen una visión de juego diferente ya desde pequeños”, reconoce Roxo. En concreto, el joven de Nigrán “tiene un primer control muy bueno, una conducción preciosa, con la cabeza levantada, elegante. Era muy superior a lo que había aquí en Galicia”. Él, que nunca lo entrenó pero sí lo conoce desde el primer día que pisó la escuela, prefiere verlo “cerca del área”, porque “ahí es donde es diferencial. Es donde tiene ese talento para ver un pase que otros no ven”.

Dro es diferencial cerca del área. Tiene ese talento para ver lo que otros no pueden”

Javier RoxoDirector de la escuela Val Miñor

El crecimiento de Dro fue imparable y el primero en llamar a la puerta fue el Celta de Vigo. “El Celta vino. Lo que no consiguió fue llevárselo. Dro quiso seguir con nosotros y luego, al final, cuando ya iban a tomar la decisión, el Celta tampoco hizo una apuesta muy decidida”. La decisión llegó cuando Dro cumplió los 15 años. “El Barça ya lo quería desde hace tiempo. También el Madrid. Pero Dro vive en un entorno familiar muy asentado, con una situación económica cómoda. Decidieron esperar un poquito para que el chico fuese más maduro”.

Para Roxo, Dro es un jugador diferente a todos los que han pasado por su escuela, pero si tiene que compararlo con alguien, sería con Thiago. “No lo voy a poner por encima de los demás, pero sí a nivel de Thiago”, reconoce. Y termina avisando que tiene algo parecido a un alma gemela. Se llama Pedro Villar (Villi). Ambos entraron juntos a los 4 años a la escuela Val Miñor y crecieron siendo el terror de los rivales de la zona. El equipo de los Pedros les llamaban. Ambos ficharon por el club azulgrana el mismo año y ahora comparten habitación en la Masia.

Esta pretemporada ha separado sus caminos. Dro se ha marchado a la gira con el Barça y hoy tiene una nueva oportunidad en el partido que enfrenta a los de Flick ante el FC Seoul (13h) de seguir mostrando ese talento que va camino de convertirle en el fenómeno futbolístico de este verano.

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