Cruce de acusaciones y de denuncias, sospecha de irregularidades financieras y desvelación de secretos. El embrollo judicial entre Alberto de Mónaco y Claude Palmero, el que fue su contable durante 20 años antes ser despedido de manera fulminante en junio de 2023, continúa y torna en culebrón, bautizado ya en Francia como el Monacogate. Las declaraciones a la policía del antiguo asesor conocidas esta semana, quien ya reveló el excesivo tren de vida de la familia Grimaldi, ponen en aprietos al soberano, que a su vez le acusa de haber gestionado su patrimonio de forma opaca. Y todo ello en un momento en el que la UE acaba de incluir al Principado en su lista de países de alto riesgo por blanqueo de capitales.
El soberano del pequeño Principado acusa a su antiguo asesor de abuso de confianza tras publicarse los cuadernos en los que detallaba el excesivo tren de vida de los Grimaldi. Él por ahora ya ha declarado 10 veces ante la policía
Cruce de acusaciones y de denuncias, sospecha de irregularidades financieras y desvelación de secretos. El embrollo judicial entre Alberto de Mónaco y Claude Palmero, el que fue su contable durante 20 años antes ser despedido de manera fulminante en junio de 2023, continúa y torna en culebrón, bautizado ya en Francia como el Monacogate. Las declaraciones a la policía del antiguo asesor conocidas esta semana, quien ya reveló el excesivo tren de vida de la familia Grimaldi, ponen en aprietos al soberano, que a su vez le acusa de haber gestionado su patrimonio de forma opaca. Y todo ello en un momento en el que la UE acaba de incluir al Principado en su lista de países de alto riesgo por blanqueo de capitales.
El origen de todo está en las revelaciones del periódico francés Le Monde, que en enero de 2024 publicó los cuadernos en los que, durante dos décadas, Palmero fue anotando los gastos de la casa monegasca y también todos sus encuentros con Alberto II. Este entonces le denunció por abuso de confianza, robo de documentos, violación de secreto profesional y atentado a la vida privada y familiar, al considerarle responsable de la filtración como represalia por su despido. Fue a instancias del propio soberano y de sus denuncias por lo que la policía monegasca ha interrogado a Palmero en múltiples ocasiones en los últimos meses, y eso parece estar abriendo la caja de Pandora.
Alberto II Justificó el cese al haber detectado irregularidades financieras en su labor. Le acusa de haber gestionado de manera opaca sus bienes, y también los de sus hermanas, Carolina y Estefanía. Palmero, de 68 años, fue detenido el pasado mes de septiembre, interrogado y puesto en libertad, y ahora son los extractos de sus declaraciones a la policía, publicados también por Le Monde, los que alimentan de nuevo la polémica en este Principado de menos de 40.000 habitantes.
En los últimos meses, el excontable ha prestado declaración una decena de veces. Fue nombrado por Raniero III, fallecido a los 81 años en abril de 2005, a quien su padre ya había gestionado las cuentas entre 1980 y 2000. Así que Palmero es de las personas que mejor conoce los secretos y movimientos financieros de los Grimaldi. Él alega que el deseo de que estos quedasen ocultos venía del propio Alberto de Mónaco: “Su alteza quería que no hubiese el mínimo rastro escrito posible y que su patrimonio fuera opaco”, dijo a los investigadores en su declaración del pasado mes de febrero. “El contable proporcionó entonces a los investigadores documentos que respaldaban sus acusaciones”, asegura Le Monde.
Casi a modo de diario, detalló todos sus encuentros con el príncipe en cuatro cuadernos, aunque niega estar en el origen de su difusión y alega que, aunque tenía una obligación de confidencialidad, no así de secreto profesional. El actual contable del soberano, Salim Zeghdar, también ha sido interrogado en el marco de la investigación y declaró que su predecesor en el puesto “se colocó como beneficiario económico de todas las gestiones sin el consentimiento del príncipe y cuando este se enteró quiso poner fin a la situación”. El abogado de Alberto II, Jean-Michel Darrois, le acusa también de haber puesto “bienes inmuebles pertenecientes a la familia Grimaldi a su nombre, sin informarles”.

Tras el despido del contable, Alberto II encargó una auditoría a la consultora Alvarez & Marsal para tratar de demostrar que Palmero se había excedido en sus funciones. Una de las asesoras anota que “en caso de muerte repentina del soberano, por ejemplo, no había medios para rastrear exhaustivamente sus bienes”. A finales de 2023, la justicia monegasca le abrió una investigación por corrupción y tráfico de influencias, aunque Palmero dice ser víctima de una serie de “demandas calumniosas”. “Buscan hacerme daño y acosarme”, denunció a la policía.
En medio de las acusaciones cruzadas, las revelaciones de Palmero, tanto lo escrito en sus cuadernos como en las declaraciones policiales reveladas ahora, ponen en dificultades al soberano. Asegura, por ejemplo, que tenía que gestionarle su “apartamento de soltero”, que estaba a nombre del contable para no levantar sospechas. “Esto ya da una idea del carácter particular de las labores que me encargaba, así que no me parece apropiado que diga ahora que me excedí en mis funciones”, se ha defendido. Según declaró a la policía, Alberto II le pedía que gestionara aspectos de su vida privada, como que se hiciese cargo también de los salarios de los empleados de Nicole Coste, la exazafata con la que tuvo un hijo secreto hasta que la revista francesa Paris Match dio a conocer su existencia, y a la que, según el contable, compró un apartamento en Londres que costó 6,5 millones de libras (unos 8,5 millones de euros). Para que su mujer, Charlène, no supiera de esa compra, Palmero creó un fidecomiso del que asegura que fue administrador hasta enero de 2025. “Lo que revela que tenía confianza en mí, incluso después de despedirme. Esto desmonta todo su argumento”, señaló a la policía quien también era el gestor de varios apartamentos en Francia, comprados a través de este tipo de sociedades.

Basándose en la auditoría de Alvarez & Marsal, a él le acusan de “haber creado un sistema de facturación de servicios ficticios que permitieron desvío de fondos en perjuicio de la familia monegasca”. El actual responsable de las cuentas, Salim Zeghdar, denuncia por su parte que creó una caja B para pagar a informantes. En los citados cuadernos había una lista de “personas a vigilar”, entre ellos ministros y periodistas. El contable lo justifica en que “había que hacer verificaciones” sobre las personas con las que Alberto de Mónaco tenía relación.
La investigación de los periodistas Gérard Davet y Fabrice Lhomme revelaba el tren de vida de su esposa, la princesa Charlène, con quien se casó en julio de 2011 y con quien tiene dos mellizos. Según las anotaciones, gastó 15 millones de euros en ocho años, aunque su dotación oficial era de 1,5 millones. Pero los abultados gastos implicaban a toda la familia, pues en 2007 Estefanía de Mónaco quiso comprar un piso de 30 millones de euros, aunque el contable advirtió que era un precio “muy por encima del mercado”. Según Le Monde, que publicó los cuadernos en cuatro fases, estos también dan fe de las cuantiosas asignaciones a sus dos hijos extramatrimoniales reconocidos, Alexandre Costa y Jazmin Grace, fruto de su relación con Tamara Rotolo.
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