Alejada de los focos otro verano más, tras no conseguir la mínima para los Mundiales de Natación de Singapur, la mejor nadadora de siempre -cuatro medallas olímpicas- ha hablado tiempo después en Torrevieja, Alicante, en una entrevista que recoge el periodista José Manuel Amorós, presente en uno de los eventos en los que ha estado presente la badalonesa. A sus 35 años y con una lesión importante en los hombros, que le ha lastrado desde los Juegos de Tokio, el asunto de la retirada no es baladí en Mireia, la más veterana en los últimos campeonatos de España ya con Jessica Vall fuera del circuito.
La nadadora badalonesa, apeada un verano más de las grandes competiciones, explica desde Torrevieja los problemas con sus hombros y aplaza su retirada
Alejada de los focos otro verano más, tras no conseguir la mínima para los Mundiales de Natación de Singapur, la mejor nadadora de siempre -cuatro medallas olímpicas- ha hablado tiempo después en Torrevieja, Alicante, en una entrevista que recoge el periodista José Manuel Amorós, presente en uno de los eventos en los que ha estado presente la badalonesa. A sus 35 años y con una lesión importante en los hombros, que le ha lastrado desde los Juegos de Tokio, el asunto de la retirada no es baladí en Mireia, la más veterana en los últimos campeonatos de España ya con Jessica Vall fuera del circuito.
Mireia, que podría afrontar su último año, no quiere de momento hablar de ello. ”¿Dejarlo? Sigo teniendo hambre y el deporte siempre me ha hecho disfrutar. Me considero una privilegiada por poder hacer lo que me gusta: estar en la piscina cada día. Tiene que ser el deportista el que decida cuándo dejarlo y no cuando lo diga la gente”, dijo de forma contundente.
La campeona olímpica ha explicado el calvario que ha pasado los últimos años a causa de las lesiones. Después de someterse a entrenamientos salvajes por conseguir su sueño del oro olímpico y el oro mundial, logrados en 2016 y 2017, casi una década después la nadadora del CN Barcelona ha ido pasando por un sinfín de problemas. ”El año pasado y el anterior, la lesión en el hombro estaba bastante mal. Fue el peor momento de mi vida. Me pasé casi año y medio sin poder mover los brazos dentro del agua… Yo me metía en el agua y solo hacía pies, con los brazos pegados al cuerpo. Me ponía el snorkel y mis entrenamientos eran solo hacer pies”, argumentó al periodista Amorós.

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“Mentalmente es muy difícil tirarte a una piscina cuando tus compañeros están entrenando con normalidad y tú estás así. Fue muy difícil. Pero me dije: es lo que puedo hacer y lo voy a hacer lo mejor posible. Esa adversidad me dio fuerzas para seguir”, afirmó la nadadora, que desde 2021 no se clasifica para una gran competición más allá del Europeo de Roma de 2022 en el que no alcanzó ninguna de las rondas finales.
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”Hay días que puedo hacer los entrenamientos perfectamente a tope y con tiempos buenos, y días en los que tengo que descansar porque el hombro no me permite tanto”, soslayó. “Ahora me voy a tomar unos días de descanso, aunque seguiré entrenando para mi hombro, y cuando esté descansada decidiré cómo organizo los objetivos de la próxima temporada… Mi objetivo ahora es seguir mejorando en el entrenamiento dentro de lo que puedo”, añadió.
Mireia Belmonte, que firmó un contrato también de representación con el CN Barcelona, sigue entrenando allí con algunos excompañeros en otros grupos de entrenamiento, como Jimena Pérez. En octubre comienza la temporada de piscina corta, donde Mireia, que se ha visto relegado a finales B y lejos del podio en el ámbito nacional, volverá al ruedo. Ello no se pone una fecha límite. La natación es ahora un segundo plano en una transición al mundo laboral a la que se han asomado todos los deportistas.
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