Un baño de realismo sumergió ayer al público que asistió al auditorio RBA de Barcelona para escuchar a Robert D. Kaplan, periodista y uno de los analistas de referencia internacional de los últimos años. Después de décadas en las que la economía ha sido la única norma en las relaciones internacionales, el regreso de la historia en forma de una sucesión de conflictos parece el escenario adecuado para este periodista de aire profesoral que asegura que para entender el mundo lee cada vez más literatura y menos política.
“Europa ha vuelto a la historia, por primera vez desde 1945 y su pacifismo ha sido un lujo pagado por los contribuyentes estadounidenses durante 80 años”
Un baño de realismo sumergió ayer al público que asistió al auditorio RBA de Barcelona para escuchar a Robert D. Kaplan, periodista y uno de los analistas de referencia internacional de los últimos años. Después de décadas en las que la economía ha sido la única norma en las relaciones internacionales, el regreso de la historia en forma de una sucesión de conflictos parece el escenario adecuado para este periodista de aire profesoral que asegura que para entender el mundo lee cada vez más literatura y menos política.
Kaplan se dio a conocer en 1993 con títulos como Fantasmas Balcánicos , que anticipaba el estallido sangriento que se iba a producir en este rincón de Europa. Pero fue un artículo publicado en The Atlantic en 1994, La Anarquía que viene , el que suscitó el interés de los cenáculos del poder en Washington. El periodista descubría en un viaje al África occidental una región al borde del colapso por razones demográficas y de falta de recursos que anticipaba el caos que -decía– amenazaba al mundo.
En su último libro, Tierra Baldía , Kaplan alerta del peligro de autodestrucción de las democracias, a las que ve en crisis permanente. Compara el sistema mundial con la República de Weimar (1918-1933) un período de inestabilidad que acabó con el ascenso de Hitler al poder. “La tecnología ha derrotado a la geografía, ha encogido nuestro mundo. Estamos todos atrapados, juntos como nunca antes”.
“La globalización divide a los países por la mitad. Una vive bien y la otra se queda atrás”
Según este autor, la tecnología y la conectividad pueden ser maravillosas, pero desde el punto de vista geopolítico “siempre hay una guerra o una crisis en algún lugar que afecta a otra región”. Del mismo modo, argumenta, la globalización fue malinterpretada en los años 90. “Se la vio como algo positivo, pero en realidad divide a las sociedades por la mitad”. Una global, que viaja y vive bien. La otra mitad, se queda atrás y “fue la que eligió a Donald Trump”.
Kaplan tuvo palabras ácidas para Trump, de quien dijo que “no tiene capacidad de concentración. Puede leer el móvil, pero no conoce la historia. No lee libros”. Por ello razonó su posición hacia Europa señalando que “Europa no significa nada para él, emocional o históricamente”.

REDACCIÓN / Terceros
El ensayista dijo no haberse sentido sorprendido por la rapidez de los cambios emprendidos por Trump en su llegada a la Casa Blanca. “En sus años fuera del poder, nombró a gente para desarrollar planes. Muchos de los ataques que vemos [a las universidades, a las agencias federales] no son idea de Trump, sino de su equipo. Pero me guste o no (y no me gusta) esta es una presidencia histórica”.
Kaplan fue muy crítico con el recorte de la burocracia que ha sustentado la política exterior americana. “Sin diplomáticos, sin especialistas, no puedes hacer muchas cosas. Trump está tratando de destruir esa burocracia, lo que, en última instancia, debilita el poder estadounidense”.
Durante la primera mitad de los 90 los artículos de Kaplan fueron a contracorriente de los pensadores y los think tank liberales entonces hegemónicos. Pero su realismo (ese pesimismo que bebe de autores como Roger Scruton, una cita del cual encabeza su último libro) encaja hoy con el pesimismo que se ha apoderado de las elites y las cancillerías occidentales. Por ello la crítica del periodista fue especialmente lacerante hacia Europa. Interrogado sobre el pacifismo como un logro de las sociedades europeas, respondió que “ha sido un lujo pagado por los contribuyentes estadounidenses durante 80 años, pero esto se acabó en febrero de 2022, con la invasión rusa de Ucrania”. Ha sido la financiación americana de su seguridad, la que ha permitido a Europa “hablar sobre derecho internacional mientras el resto del mundo vivía bajo el poder y los intereses” apostilló.
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El autor de Tierra Baldía explicó que la matanza del 7 de octubre de 2023 perpetrada por Hamas le ha dado una oportunidad única a Israel para rediseñar todo Oriente Medio. “Puede que Beniamin Netanyahu no guste, pero es una figura histórica mundial. Se escribirán biografías sobre él dentro de 50 años, cuando nadie recuerde a muchos primeros ministros europeos” enfatizó.
“Puede que Netanyahu no guste, pero se escribirán biografías sobre él dentro de 50 años”
Para Kaplan, Israel no quiere dominar la región, solo destruir el régimen actual iraní, al que considera un factor desestabilizador para la zona. Y vaticinó: “La guerra con Irán permitirá a Netanyahu terminar la guerra en Gaza. Irá pronto a Washington y creo que le ofrecerá a Trump mayor flexibilidad sobre Gaza”.
El periodista dijo que le cuesta ver un espacio para las Naciones Unidas en un mundo en el que el poder blando va a menos -“nadie se acuerda del nombre de su secretario general”- y de Vladimir Putin aseguró que es el dirigente ruso que ha tenido más poder desde los años soviéticos posteriores a Stalin. “Él piensa que cuanto más dure la guerra, más tiempo estará en el poder”, pero sentenció que Rusia se está debilitando cada día. Más sorprendente fue su caracterización sobre China, protagonista hoy de estrecha pugna con Estados Unidos . “China está hoy gobernada por Xi Jinping de manera extremadamente autocrática y leninista”.
En el encuentro ejerció como anfitrión el presidente del grupo RBA, Ricardo Rodrigo, que estuvo acompañado por Javier Godó, Conde de Godó y editor de La Vanguardia.
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