Tras varios días de ejercicios militares del Ejército chino —los más extensos hasta la fecha por su área de cobertura—, los destructores, fragatas y otros barcos de guerra finalizaron el miércoles su retirada de los alrededores de la isla de Taiwán, pero persisten tanto la tensión como el discurso cada vez más contundente del Partido Comunista Chino hacia las autoridades taiwanesas.
El Gobierno de Xi Jinping busca enviar un mensaje contra la “injerencia externa” respecto a la cuestión territorial
Tras varios días de ejercicios militares del Ejército chino —los más extensos hasta la fecha por su área de cobertura—, los destructores, fragatas y otros barcos de guerra finalizaron el miércoles su retirada de los alrededores de la isla de Taiwán, pero persisten tanto la tensión como el discurso cada vez más contundente del Partido Comunista Chino hacia las autoridades taiwanesas.
“La tendencia histórica hacia la ‘reunificación’ nacional es imparable, y nadie debería subestimar la firme determinación, la voluntad inquebrantable ni la sólida capacidad de China para salvaguardar su soberanía nacional y su integridad territorial”, declaró la portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán del Ejecutivo chino, Zhang Han, al concluir las operaciones.
Pekín amenaza con responder de manera firme “cualquier acto provocador que cruce los límites”
Según la funcionaria, los ejercicios sirvieron como “severa advertencia” a las “fuerzas separatistas que promueven la independencia de Taiwán” y a la “injerencia externa”, en referencia a aquellas potencias que han mostrado su apoyo a la isla frente a la amenaza de la armada china.
Pekín señala especialmente a Japón y Estados Unidos, tanto por las palabras de la primera ministra Sanae Takaichi respecto al papel de Tokio bajo una intervención militar china en Taiwán, como por la enorme venta de armas que Washington cerró con Taipéi a mediados de este mes. Ante estos actores y otros países que han criticado los movimientos de China en su mar oriental, el Ministerio de Exteriores chino ha amenazado con responder de manera firme “cualquier acto provocador atroz que cruce los límites en la cuestión de Taiwán”.
Si la simulación de un bloqueo total de la isla —con casi un centenar de aeronaves, cerca de treinta barcos y fuego real que obligó a modificar rutas comerciales marítimas y aéreas— no fuera suficiente, las declaraciones posteriores a los ejercicios militares reflejan un cambio en la postura de Pekín respecto a una posible invasión de Taiwán.
“Si bien parece improbable que Pekín inicie un conflicto importante [en el marco del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca], el nacionalismo bajo el gobierno de Xi Jinping y sus consecuencias aún tienen implicaciones negativas para la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán”, según investigadores del Instituto de Investigación de Defensa y Seguridad Nacional., un think tank taiwanés. Los ejercicios son cada vez más frecuentes y realistas, pero los expertos señalan que los costes para su reputación internacional descartarían una guerra a corto plazo.
Una vez se dieron por finalizados los simulacros, la agencia estatal Xinhua dio a conocer las “tres conclusiones clave” de las maniobras. El medio destacó la simulación del “cerco” creado por el despliegue militar y la capacidad del Ejército chino para “presionar y contener a las fuerzas separatistas mientras niega el acceso a la interferencia externa”, un enfoque resumido como “sellar internamente y bloquear externamente” el acceso a la isla.
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La segunda característica fue que “la acción comenzó de inmediato”, lo que según la agencia china demuestra “la capacidad del Ejército para integrar el adiestramiento en tiempos de paz con las operaciones en tiempos de guerra”. Además, recordó que “Todas las instalaciones energéticas, los principales puertos y las bases militares de las que dependen las fuerzas separatistas de la ‘independencia de Taiwán’ se encuentran dentro del alcance de la potencia de fuego de China”, según las declaraciones de Zhang Chi, profesor de la Universidad Nacional de Defensa de China, recogidas por Reuters.
El analista recalcó que las maniobras, en las que se delimitaron siete zonas aéreas y marítimas en torno a Taiwán, —un número sin precedentes hasta ahora— evidencian que el “cerco alrededor de la isla se está estrechando aún más”, y que el Ejército de China ha demostrado sus capacidades para “llevar a cabo ataques de largo alcance y alta precisión contra objetivos importantes”.
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