El ascensor social sigue funcionando con una cierta dificultad en Catalunya, según expresan la mitad de los encuestados en el estudio sobre desigualdad y meritocracia del Centre d’Estudis d’Opinió, publicado este viernes. Un 51% valora que en Catalunya no todo el mundo tiene las mismas oportunidades para prosperar en la vida, y ocho de cada diez encuestados están convencidos de que factores como una buena formación educativa (37%), tener contactos (23%) o la posición social de la familia (20%) cuentan más a la hora de prosperar en la vida en Catalunya que el trabajo duro (12%) o el talento (7%).
Un 56% cree que la distribución de la riqueza es muy injusta en Catalunya y un 59% percibe que los ricos pagan menos de lo que deberían
El ascensor social sigue funcionando con una cierta dificultad en Catalunya, según expresan la mitad de los encuestados en el estudio sobre desigualdad y meritocracia del Centre d’Estudis d’Opinió, publicado este viernes. Un 51% valora que en Catalunya no todo el mundo tiene las mismas oportunidades para prosperar en la vida, y ocho de cada diez encuestados están convencidos de que factores como una buena formación educativa (37%), tener contactos (23%) o la posición social de la familia (20%) cuentan más a la hora de prosperar en la vida en Catalunya que el trabajo duro (12%) o el talento (7%).
La encuesta, con un trabajo de campo de 3.153 entrevistas realizadas entre el 13 de febrero y el 14 de abril, indaga sobre la situación de la meritocracia en Catalunya, entendida como reconocimiento y recompensa de las personas por su talento, esfuerzo y habilidades, en lugar de factores como las relaciones sociales o el origen familiar. En una escala del 0 (Catalunya no se acerca nada al ideal de meritocracia) al 10 (se acerca mucho), la media se sitúa en el 4,4. Un 44% ve a Catalunya muy lejos del ideal de meritocracia, en la franja 0-4; un 26% lo puntúa con un 5 y un 27% lo sitúa en 6-10.
La mayoría de los encuestados percibe una elevada desigualdad socioeconómica y una distribución injusta de la riqueza. En una escala del 0 al 10 para puntuar la desigualdad, el 64% de los catalanes considera que es muy alta (6-10). La media es 6,2 y un 67% piensa que ha aumentado en la última década. La percepción media de la desigualdad en Catalunya (6,2) es superior a la de Dinamarca (4,8) o Suecia (4,9) y algo inferior a la de Estados Unidos (6,8) o Brasil (7), ejemplos que incluye la encuesta.
Un 87% defiende que las instituciones ayuden a los desfavorecidos, pero un 56% dice que hay que poner condiciones
Además, un 56% asegura que la distribución de la riqueza es injusta en Catalunya. La media es del 4,1 en una escala del 0 (muy injusta) al 10 (muy justa). En la disyuntiva entre el igualitarismo y los incentivos al esfuerzo personal, un 54% opina que debería haber más incentivos al esfuerzo individual, frente a un 26% que defiende que los ingresos deberían ser más igualitarios.
Estas diferencias se perciben en las relaciones cotidianas. Un 30% de los encuestados asegura que se relaciona con personas de diferentes niveles de renta cada día, un 39% lo hace varias veces por semana y un 24% una vez por semana. Uno de cada tres catalanes afirma conocer niños sin una alimentación básica garantizada.
Uno de cada tres catalanes afirma conocer niños sin una alimentación básica garantizada
Es mayoritaria (87%) la opinión de que deben ser las instituciones las que tienen la obligación de ayudar a los desfavorecidos, una consideración que se reduce en 20 puntos, al 67%, cuando se plantea a los encuestados si tienen ellos el deber de ayudar a los desfavorecidos.
La mayoría, un 60%, es partidaria de priorizar la igualdad económica entre las personas, incluso si implica restringir la libertad económica. Pero un 56% piensa que las ayudas a quienes lo necesiten deben tener ciertas condiciones y un 76% defiende que las personas tienen derecho a conservar lo que han ganado con su esfuerzo.
También se percibe un considerable nivel de injusticia en el sistema tributario (54%). Los impuestos que se pagan en Catalunya son puntuados con una media del 3,9, en una escala del 0 (muy injustos) al 10 (muy justos). Un 59% piensa que las personas con ingresos más altos pagan menos de lo que deberían. Además, un 72% expresa la convicción de que muchas empresas evitan pagar sus impuestos.
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