El escritor y periodista Jesús Bastante envuelve en ‘El aprendiz de Gaudí’ una historia de amor en la Barcelona más sangrienta del siglo XIX Leer El escritor y periodista Jesús Bastante envuelve en ‘El aprendiz de Gaudí’ una historia de amor en la Barcelona más sangrienta del siglo XIX Leer
A un año del centenario del nacimiento del genio Antoni Gaudí, el proceso de beatificación para el artista parece estar en marcha. El papa Francisco, poco antes de fallecer, reconoció las «virtudes heroicas» del «arquitecto de Dios» por su trabajo en la Sagrada Familia. De momento, como comenta Jesús Bastante (Madrid, 1976), autor de El aprendiz de Gaudí (La esfera de los libros), «el 14 de abril fue declarado venerable, eso significa que se le puede rezar en privado». «Gaudí fue un hombre con una vida mística y religiosa muy profunda que plasmó en el templo», añade.
Bastante, que se autodefine como «historiador del arte muy frustrado» es escritor y periodista y fue responsable de Información Religiosa en ABC y Público. También es cofundador y actual redactor jefe de Religión Digital, portal de información sociorreligiosa y coordinador de esta sección en elDiario.es.
El madrileño se inspira para su libro en la Barcelona del siglo XIX, una ciudad que se expande más allá de sus muros medievales y que ve cómo la Sagrada Familia se alza en el Ensanche del Plan Cerdá. En ese entorno surgen las revueltas sociales ocasionadas por el movimiento obrero en la ciudad en la época de la Semana Trágica, el atentado en el Liceu o el ataque fallido al General Arsenio Martínez Campos.
Bastante crea una historia que mezcla personajes ficticios, como el propio protagonista de la historia (Pau, el expòsit); con personajes reales, ya sean el propio Gaudí, su sobrina Rosa, Eusebio Güell o el anarquista Paulino Pallás, que intentó asesinar a Martínez Campos.
«Es una trama que me venía rondando desde el año 90, el día de la final del Mundial de Italia», explica. El periodista recuerda que en los 70 y los 80 las obras de la Sagrada Familia y del Parque Güell estaban abandonadísimas: «Había chavales que convirtieron la torre de San Bernabé de la Basílica en su casa del árbol. Iban a fumar, a beber y a ver el atardecer», comenta. Un día recordó esa historia, «aunque ahora no se podría ver el mar desde el balcón de San Bernabé», y pensó en quién podría enamorarse en un sitio como ese. Sus memorias se unieron con la investigación sobre la vida de Gaudí y las obras de la Sagrada Familia. El autor se encontró con su sobrina Rosetta y se imaginó la figura de Pau.
El aprendiz de Gaudí es una historia de amor ambientada en un época histórica, pero el periodista detalla que «no sólo se habla de la Barcelona de ese momento». En su obra aborda también la arquitectura de Gaudí, «que tiene un componente místico y bíblico». «Gaudí no hace una puñetera línea recta en la Sagrada Familia«, bromea el autor. Y matiza: «A mí me parece el último gran genio, el último gran arquitecto». No podemos olvidar la corriente del modernismo, en la que se incluye al catalán, «pero es muy distinto a los modernistas e hizo cosas que no se han hecho jamás».
Para Bastante hay una Barcelona antes y después de La Sagrada Familia y del Eixample del Plan Cerdá. «La reconstrucción de la ciudad implica también la de los grupos sociales que avanzan en esa época», expone el periodista. «La burguesía quiere trasladarse al Eixample para abandonar la zona antigua, que la dejan abandonada, y la migración también va hacia allá. Se convierte en una ciudad moderna y como en todos los cambios de las grandes ciudades, las artes son fundamentales».
«Gaudí sin Güell no hubiera tenido la libertad y la tranquilidad para poder ser él mismo»
El proyecto inicial de Francisco de Paula, primer arquitecto en recibir el encargo de la construcción de La Sagrada Familia, consistía en un templo neogótico, mucho más pequeño, «pero Gaudí inventa la Sagrada Familia dada la vuelta», subraya Bastante. «Hay maquetas en Reus y en la propia Basílica de cómo ideó contrapesos con saquitos de perdigones para entender cómo podía hacer algo mucho más curvo, más nuevo, alargado; algo que no se hubiera hecho antes», continúa.
La figura de Eusebio Güell fue fundamental en la carrera de Gaudí: «Hay una burguesía y unos mecenas como Güell que proveen dinero porque quieren hacer crecer la ciudad y que sea algo absolutamente novedoso y yo creo que lo consiguen», apunta Bastante. Para el escritor, Gaudí sin Güell no hubiera tenido la libertad y la tranquilidad para poder ser él mismo: «Güell es el Médici de Gaudí. Lo comprende cuando la burguesía catalana veía La Pedrera y pensaba que era un queso gruyer». «Gaudí sin Güell hubiera sido otra cosa», sentencia.
Bastante considera que la ciudad experimenta un nuevo comienzo a finales del XIX: «La ciudad avanza con el Eixample hacia la montaña, llega inmigración a Barcelona de distintas partes de España, así como los hijos de los que regresaron de las colonias de América, cuya posibilidad de recuperarlas ya se había perdido en esa época». Además, destaca que hacía siglos que no se construía una iglesia nueva «y eso era fascinante».
«Hay un momento de ruptura con el anarquismo y el socialismo», menciona el escritor. «Barcelona se convierte en la ciudad de las bombas, hecho que va unido a un país que está cambiando de siglo y de forma de entender de entenderse a sí mismo».
En la obra de Gaudí está plasmada la complicada situación consecuencia del movimiento obrero en Barcelona. Cuando ocurre el atentado del Liceo, a manos de Santiago Salvador Franch, el arquitecto incluye un complejo escultórico en la Fachada del Nacimiento: La tentación del hombre. Esta obra muestra a un demonio entregando una bomba Orsini a un obrero. «Para lo que sucede en la novela es un bombón», revela Bastante. «Es una de las imágenes que tenía claro que debía plasmar en la novela antes de comenzar a escribir. El desarrollo de la historia me permite colocarlo en un lugar que creo que es interesante».
«Con la Sagrada Familia llena de turistas, supongo que Gaudí imaginaría el episodio de Jesús expulsando a los mercaderes del templo»
La Sagrada Familia empieza a construirse en tiempos del papa León XIII, conocido, sobre todo, porque hizo la primera encíclica social, denominada Rerum Novarum, «en la que defendía las condiciones laborales de los obreros». «Es bastante probable que Gaudí la hubiera leído, intenta trasladar las casas de sus obreros a un parque que está en el lado de la Fachada de la Pasión para dar mejores condiciones de vida a sus trabajadores», recalca Bastante.
Después de la Semana Trágica, siete días en los que la Ciudad Condal ardió en llamas debido a las protestas por el reclutamiento forzoso de reservistas, Gaudí construyó las escuelas de la Sagrada Familia. «Esto se debió a que el arquitecto quiso intentar que los hijos de los pobres tuvieran una educación que les evitara caer en la violencia y en esa sensación de desigualdad entre ricos y pobres» relata el escritor.
Joaquim Mir pintó La catedral de los pobres en 1898 y como tal la muestra Bastante en su novela: «Gaudí no la entendía como un lugar donde no se puede pasar si no tienes una entrada. Los pobres podían tener un lugar donde refugiarse, como sucede ahora en la columnata Bernini en San Pedro del Vaticano» comenta el escritor. La Sagrada Familia es un templo expiatorio donde las piedras y el trabajo de los obreros «sirven para expiar los pecados de una sociedad». Para Bastante, «Gaudí, de alguna manera, quería asumir el sufrimiento de los que no tenían más culpa que haber nacido en la situación en la que habían nacido».
Ahora, la Sagrada Familia es la catedral del turismo. «También es verdad que se financia gracias a eso», aclara el autor. «El patronato de la Sagrada Familia dedica muchísimo dinero a obras sociales, culturales y caritativas», matiza, «pero la imagen más real es la de un pobre que no puede entrar a la Sagrada Familia».
¿Qué opinaría Gaudí del movimiento Tourists Go Home? «Entendería que habría que sacar dinero de debajo de las piedras para terminar la obra», opina Bastante. «Él mismo fue casa por casa para pedir dinero. Financió de su propio bolsillo parte de las obras porque lo fundamental era ir construyendo el templo». Aunque el escritor tiene una curiosa reflexión: «Él era un lector de la Biblia brutal, así que supongo que imaginaría el episodio de Jesús expulsando a los mercaderes del templo«.
La esfera de los libros. 344 páginas. 21,75€. Puede obtenerlo aquí
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