El intérprete puertorriqueño se convierte de nuevo en un criminal en ‘La trama fenicia’, filme que el director estadounidense presentó en Cannes Leer El intérprete puertorriqueño se convierte de nuevo en un criminal en ‘La trama fenicia’, filme que el director estadounidense presentó en Cannes Leer
«Es magnético», dice de él el director Wes Anderson. Benicio Del Toro regresa a los cines como el divertido protagonista de La trama fenicia, presentada en el último Festival de Cannes: un papel que el director de Los Tenenbaums le adjudicó por su rostro oscuro y su mirada capaz de pasar con facilidad de la amenaza a la ironía.
Zsa-zsa Korda, así se llama su personaje, es uno de los hombres más ricos y con menos escrúpulos del mundo. Tan culto y ávido de lectura como dispuesto a enriquecerse a costa de los demás. Despreciable pero atractivo, una maraña de contradicciones que infunde miedo y ternura a partes iguales. Tras ser golpeado varias veces por sus enemigos, y con un aspecto más extraño que nunca (traje de negocios y cabeza vendada), Zsa-zsa decide reparar su relación con su hija Liesl (Mia Threapleton).
Nunca le ha importado pero ahora le gustaría tenerla a su lado, tanto porque teme que lo maten como para llevar a cabo su última y más ambiciosa empresa, la trama fenicia del título, la explotación de una tierra poco explorada pero muy rica en recursos.
La muchacha es -incluso visualmente- su opuesto: está a punto de tomar los votos y convertirse en monja. Al lado de un hombre de dudosa moralidad, parece la encarnación de la franqueza, pero acepta el desafío de su padre. Sin quitarse nunca el velo blanco, lo sigue en una aventura en la que Zsa-zsa conoce a posibles parejas y otros personajes, como sucede en las historias corales más famosas del director (El Gran Hotel Budapest, por nombrar uno), y con un reparto que incluye a Scarlett Johansson, Tom Hanks y Bryan Cranston.
«Tuve que apelar al niño que llevo dentro, algo que sólo me pasa con Wes», afirma este actor puertorriqueño de 58 años que hace exactamente 30, en 1995, conquistó el mundo del cine con otro personaje criminal en Los sospechosos habituales, de Bryan Singery. Aquí parece hacer un guiño a otros criminales de su carrera, como el de 21 gramos de Alejandro González Iñárritu y el de Miedo y asco en Las Vegas, de Terry Gilliam. A finales de septiembre lo veremos junto a Leonardo DiCaprio en el papel de un ex revolucionario en otro título muy esperado, Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson.
Del Toro es el más importante de los actores de esta película coral, el que tiene los diálogos y las escenas más complicadas. .«A menudo, por la noche, durante el rodaje, no iba a cenar con los demás para estudiar la parte del día siguiente, así que volvía a mi habitación para hablar conmigo mismo en el espejo», rememora. «Y luego están las cosas raras que sólo pasan cuando estás rodando con Wes», continúa, refiriéndose a los momentos en que Zsa-zsa come, bebe o fuma mientras está sumergido en una bañera con las criadas yendo y viniendo para traerle lo que necesita.
«Anderson nos dijo que teníamos que actuar rápido, pero que él filmaría las acciones en cámara lenta, así que le pregunté: ‘¿No habrá el mismo resultado, como si estuviéramos filmando como siempre?». No, es diferente, me respondió. Y ahora sé que tenía razón. No sé cuántas horas estuve en esa bañera para que todo quedara como él quería».
La película se centra en la relación entre padre e hija. Poca gente recuerda que Benicio, en 2011, también tuvo una niña con la modelo Kimberly Stewart, hija del cantante, con quien no tenía una relación estable. No le gusta hablar de su paternidad. Prefiere hablar de su personaje. «Zsa-zsa busca una segunda oportunidad. Quiere reparar una relación rota y sabe que, para lograrlo, debe cambiar. Me gusta pensar que todos tenemos la posibilidad de mejorar en la vida, sé que muchos lo intentan y lo logran trabajando mucho en sus relaciones. Cada uno puede encontrar su propia manera de conseguirlo».
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