Balón de Oro, ¿sí o no?

El lunes, el Theatre du Chatelet de París desplegará la alfombra roja para entregar el preciado Balón de Oro. A tres días de la cita, la parroquia blaugrana ya se frota las manos esperando el nuevo capítulo de una serie llamada “pequeños momentos extradeportivos de felicidad culé”. En el del año pasado, el Madrid se quedaba con un palmo de narices y protagonizaba una rabieta infantil y patética a ojos del fútbol europeo a pocas horas de la ceremonia. Aquel Balón de Oro lo ganó Rodri, que ya en su discurso de agradecimiento vaticinó lo que muchos aficionados del Barça esperan que pase el lunes, que Lamine Yamal gane el Balón de Oro.

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 El lunes, el Theatre du Chatelet de París desplegará la alfombra roja para entregar el preciado Balón de Oro. A tres días de la cita, la parroquia blaugrana ya se frota las manos esperando el nuevo capítulo de una serie llamada “pequeños momentos extradeportivos de felicidad culé”. En el del año pasado, el Madrid se quedaba con un palmo de narices y protagonizaba una rabieta infantil y patética a ojos del fútbol europeo a pocas horas de la ceremonia. Aquel Balón de Oro lo ganó Rodri, que ya en su discurso de agradecimiento vaticinó lo que muchos aficionados del Barça esperan que pase el lunes, que Lamine Yamal gane el Balón de Oro.Seguir leyendo…  

El lunes, el Theatre du Chatelet de París desplegará la alfombra roja para entregar el preciado Balón de Oro. A tres días de la cita, la parroquia blaugrana ya se frota las manos esperando el nuevo capítulo de una serie llamada “pequeños momentos extradeportivos de felicidad culé”. En el del año pasado, el Madrid se quedaba con un palmo de narices y protagonizaba una rabieta infantil y patética a ojos del fútbol europeo a pocas horas de la ceremonia. Aquel Balón de Oro lo ganó Rodri, que ya en su discurso de agradecimiento vaticinó lo que muchos aficionados del Barça esperan que pase el lunes, que Lamine Yamal gane el Balón de Oro.

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 Lamine Yamal celebraun gol 
Isabel Infantes / Reuters

Sería la cristalización del largo y tedioso proceso de resurrección del Barça post Messi. Un proceso que colectivamente, con la consecución de los últimos títulos y la manera de jugar bajo la batuta de Flick, ya ha permitido ver un equipo reconocible sobre el césped, con ambición y amor propio. Pero, en el aspecto de los liderazgos individuales, todavía continúa un poco huérfano. Y aquí es donde caería como un regalo del cielo el Balón de Oro a Lamine Yamal. Obviamente, el premio supondría una dosis brutal de autoestima y confianza para un joven futbolista que desde pequeño ha perseguido un sueño. Sería una inyección de moral para un equipo y una afición que, de nuevo, tendrían un líder a quien seguir. Sería una bocanada de orgullo para un club que presume de su Masia. Sería un anuncio a escala mundial del retorno del Barça a la primera línea en cuanto a su estatus y prestigio. Y un reclamo sensacional para inaugurar el nuevo Spotify Camp Nou. Un premio de rendimiento inmediato con expectativas de futuro porque el delantero de Mataró tiene toda una vida de fútbol por delante, con solo 18 años.

¿Lamine Yamal? La gestión de un premio con tanta carga de ego como el Balón de Oro no es fácil

¿Demasiado temprano? Pues quizás. Lamine Yamal ha demostrado mucho sobre el césped, pero en la medida en que sus 18 años se lo han permitido. Todavía tiene mucho recorrido y este tipo de reconocimientos individuales en edades tan tiernas puede leerse como premonitorios del éxito que vendrá o evidenciar cuánto se esperaba de aquel jugador en contraste con lo que ha acabado siendo. 

La gestión personal y grupal de un premio con tanta carga de ego no es fácil. Y una mala digestión puede resquebrajar el frágil equilibrio de un vestuario. La combinación de juventud y talento de Lamine Yamal hace pensar que no le faltarán oportunidades para ganar el Balón de Oro en otros momentos más sosegados de su vida. 

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Maria Fernández Vidal

Y, si este año no se lo dan a él, el premio será probablemente para Dembélé o Vitinha. No hay ningún favorito claro del Madrid, que eso ayudaría al culé a pasar la pena. Dicho esto, si les interesa, tomen nota y, el lunes por la noche, escojan y descarten partes de este argumentario en función de lo que haya pasado en París y, en cualquiera de los dos casos, podrán dar la velada por exitosa.

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