Donald Trump ha informado la madrugada de este domingo que bombarderos estadounidenses han atacado las tres principales instalaciones nucleares de Irán, involucrando directamente al país en el conflicto abierto por Israel.
Destacados miembros del Partido Demócrata y Republicano critican que la operación debería haber contado con el aval del Congreso
Donald Trump ha informado la madrugada de este domingo que bombarderos estadounidenses han atacado las tres principales instalaciones nucleares de Irán, involucrando directamente al país en el conflicto abierto por Israel.
Trump ha detallado que Fordow, Natanz e Isfahán han sido los tres objetivos atacados en la operación, señalando específicamente un “gran bombardeo” sobre Fordow, un lugar clave para el enriquecimiento de uranio que ha suscitado preocupación internacional sobre la posibilidad de que Irán se estuviera preparando para crear un arma nuclear.
El presidente ha considerado que el ataque ha sido “todo un éxito” y ha añadido que los bombarderos participantes han abandonado el espacio aéreo iraní y se encuentran “a salvo y de regreso a casa”.
Trump también ha anunciado que dirigirá un mensaje a la nación para explicar una operación militar que había mantenido en secreto para asegurar su éxito.
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Irán, por su parte, ha confirmado los ataques, “Parte del área que rodea la planta nuclear de Fordow ha sido atacada aéreamente por fuerzas enemigas la madrugada del domingo, tras la activación de las defensas aéreas en la ciudad de Qom”, ha informado la agencia de noticias iraní Tasnim citando a un portavoz de la sede de gestión de crisis de la ciudad. La instalación se encuentra a unos 30 kilómetros al sur de Qom y a 100 kilómetros al sur de la capital, Teherán.
La decisión de Trump de lanzar los ataques ha sido una sorpresa relativa, dado que a finales de la semana pasada había declarado que tomaría una decisión en dos semanas, sugiriendo que estaba dispuesto a dar más tiempo para las negociaciones. El viernes, los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Alemania y el Reino Unido se reunieron con funcionarios iraníes en un intento por evitar un ataque estadounidense.
Esto podría exponer inmediatamente a Estados Unidos a ataques, ya que Irán había advertido que tomaría represalias si Trump ordenaba ataques. El lenguaje combativo de Trump en los últimos días también desencadenó nuevas amenazas de los rebeldes hutíes en Yemen, respaldados por Irán, y llevó a los funcionarios iraníes a calificar a Estados Unidos de “cómplice” de Israel.
Washington comenzó a evacua a ciudadanos estadounidenses de Israel el sábado
“Espero que los iraníes sean mesurados en su respuesta, pero habrá una respuesta: este es un acto de guerra de Estados Unidos contra un país extranjero que no nos ha atacado últimamente”, ha declarado Barbara Slavin, miembro del Centro Stimson. “Los estadounidenses están en riesgo en todo Oriente Medio y en todo el mundo”.
El sábado por la mañana, el Departamento de Estado anunció que Estados Unidos había comenzado a evacuar a ciudadanos estadounidenses de Israel. La agencia organizó dos vuelos a Atenas desde Tel Aviv con unos 70 ciudadanos estadounidenses, familiares y residentes permanentes, añadió.
Los continuos combates han suscitado temores de un conflicto regional que provoque un gran número de víctimas civiles e interrumpa el flujo energético y comercial en la región. Alrededor de una quinta parte del suministro diario de petróleo del mundo pasa por el Estrecho de Ormuz, que se encuentra entre Irán y sus vecinos del Golfo Pérsico.
Durante días, Trump se enfrentó a consejos contradictorios de sus partidarios, tras su campaña presidencial con promesas de mantener a Estados Unidos fuera de las guerras extranjeras, señalando la participación estadounidense en Afganistán e Irak. Tras conocerse el ataque, miembros tanto del Partido Demócrata como del Republicano han considerado que la acción debía haber contado con el apoyo del Congreso.
“No habrá tropas estadounidenses sobre el terreno en Irán”, declaró el senador republicano Jim Risch
Sus aliados, incluido Steve Bannon, partidario de Trump desde hace mucho tiempo, han advertido contra cualquier intervención estadounidense, insistiendo en que éste es un conflicto que sólo Israel debe resolver.
Sin embargo, otros republicanos habían instado a Trump a unirse a la lucha contra Irán, argumentando que Teherán era más vulnerable tras días de ataques aéreos por parte de Israel, y que existía una gran oportunidad para cumplir con la insistencia del presidente de que no se podía permitir que el régimen tuviera un arma nuclear.
Trump y sus asesores habían sugerido en los últimos días que cualquier ataque sería limitado. “Éste no es el comienzo de una guerra eterna”, declaró el senador Jim Risch, republicano por Idaho y presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, en X. “No habrá tropas estadounidenses sobre el terreno en Irán. Este fue un ataque preciso y limitado, necesario y, según todos los indicios, muy exitoso”.
Los expertos en energía han expresado su preocupación por la posibilidad de que los flujos de crudo en la región se vean amenazados si Irán y sus aliados toman represalias en respuesta a un ataque estadounidense.
Los temores se han centrado en el Estrecho de Ormuz, una estrecha vía fluvial en la desembocadura del Golfo Pérsico, un punto de tránsito clave para el 26% del comercio mundial de petróleo. Los hutíes ya han interrumpido la navegación en el Mar Rojo, con ataques a buques en el estrecho de Bab el Mandeb, que obligaron a los buques a desviarse alrededor de África.
Un ataque más amplio, que podría incluir la colocación de minas navales, en el Estrecho de Ormuz podría tener consecuencias aún mayores, dado que es una arteria vital para la producción de petróleo y gas de la región.
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