Andrew Garfield en el Festival de San Sebastián: «Sólo hay una manera de llegar a la luz y es a través de la oscuridad»

El que fuera en varias ocasiones ‘Spiderman’ ha presentado ‘We live in time’, la película de John Crowley que clausura hoy el encuentro Leer El que fuera en varias ocasiones ‘Spiderman’ ha presentado ‘We live in time’, la película de John Crowley que clausura hoy el encuentro Leer  

Volcado con la causa cinematográfica, el actor estadounidense Andrew Garfield, conocido por la saga de Spiderman, ha clausurado este sábado el Festival Internacional de San Sebastián con la presentación de We live in time, una historia de amor y muerte que, según ha relatado, ha provocado en él profundos pensamientos sobre el sentido de la vida.

«He aprendido una lección que no dejo de recordarme una y otra vez y que no he llegado a absorber por completo», ha dicho en rueda de prensa. «Solo hay una manera de llegar a la luz y es a través de la oscuridad». El actor, dos veces nominado al Oscar, por Hacksaw ridge (2017) y Tick, tick…boom (2022), ha recordado que vivir una vida completa tiene un alto coste y que se hace necesario salir de la zona de confort y seguridad. «Tiene que haber pérdida, sufrimiento, valentía, rechazo y muerte, solamente podemos ir a lo más alto yendo a lo más profundo», informa Efe.

La película, de John Crowley, el director de Brooklyn (2015), narra la historia de una pareja, interpretada por Garfield y Florence Pugh, desde que se conocen hasta que un fatídico diagnóstico les rompe todos los esquemas.

We live in time forma parte de la Sección Oficial fuera de concurso de la 72 edición del festival, y Crowley, en la rueda de prensa dada al unísono por él y Garfield, ha destacado que las interpretaciones de éste y la actriz Florence Pugh marcaron «el compás» para poder estructurar la «lógica emocional» del filme.

El cineasta ha señalado que se trata de «una historia realmente sencilla, chico conoce a chica, se enamoran, intentan hacer una vida juntos, hay un bebé y llegan al final», informa Europa Press.

Además, ha explicado que el guion, de Nick Payne, estaba dividido en tres partes, lo cual permitía «ver múltiples facetas de esa relación, como una pintura cubista o un diamante facetado». De este modo, el espectador puede «entrar en las diferentes partes de la relación de los personajes» y ver «lo emocional, lo físico, cómo manejan sus tristezas y temores», de forma que contempla «el relato completo de una relación adulta complicada».

Según ha indicado, en la sala de montaje ese guion se desmontó «en muchos trozos» y «con el desorden de las escenas y las magníficas interpretaciones» empezó «a bullir» la película. «Las dos interpretaciones fueron el compás para poder reunir la película con lógica emocional», ha incidido.

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