Ábalos, Koldo y Cerdán: todos guardaban algo (por si caían)

El caso de corrupción que salpica al núcleo duro del PSOE está sacando a la luz cómo los principales implicados mantenían una doble relación, de lucro ilegal por un lado y de absoluta desconfianza por el otro. La prueba es que en la medida que la unidad central operativa (UCO) de la Guardia Civil avanza en sus pesquisas está hallando pruebas de vida de cada uno de ellos. En los registros se ha descubierto cómo cada uno de ellos guardaba a buen recaudo –hasta que se lo han quitado los agentes– las pruebas para implicar a otros. Es decir, de lo que se desprende de lo incautado, los investigados estaban instaurados en el “si yo caigo, los demás también”.

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 Lo hallado en los registros de la UCO de la Guardia Civil evidencian que, pese a que la investigación les acechaba muy de cerca, no se deshicieron de todas las pruebas: ¿errores o pruebas de vida?  

El caso de corrupción que salpica al núcleo duro del PSOE está sacando a la luz cómo los principales implicados mantenían una doble relación, de lucro ilegal por un lado y de absoluta desconfianza por el otro. La prueba es que en la medida que la unidad central operativa (UCO) de la Guardia Civil avanza en sus pesquisas está hallando pruebas de vida de cada uno de ellos. En los registros se ha descubierto cómo cada uno de ellos guardaba a buen recaudo –hasta que se lo han quitado los agentes– las pruebas para implicar a otros. Es decir, de lo que se desprende de lo incautado, los investigados estaban instaurados en el “si yo caigo, los demás también”.

Koldo García hacía tiempo que había decidido grabar a sus jefes, José Luis Ábalos y Santos Cerdán, para que si venían mal dadas no tuvieran la tentación de dejarle a él todo el marrón como un tonto útil. El exministro de Transportes, cuando Pedro Sánchez le cesó de todos sus cargos en el gobierno y en el PSOE sin mediar explicación, optó por guardar en discos duros y en la nube todas sus conversaciones delicadas que afectaban a sus antiguos compañeros del ejecutivo, incluido el presidente. Antxón Alonso, titular de la sociedad Servinabar, guardaba en su casa un documento privado que demostraría que Cerdán tenía el 45% de esta empresa adjudicataria de obra pública en Navarra, de donde este fue secretario de organización del PSOE durante años. Otro de los empresarios salpicados también fue sorprendido en casa con un documento donde bajo el título Ábalos se detallaba todos los contratos obtenidos. Todos ellos lo guardaban en casa para usarlo cuando y como lo necesitaran. Lo que no contaban es con que el juez del Tribunal Supremo Leopoldo Puente sospechara que estaban ocultando información sobre mordidas y mandó a la UCO para llevárselo todo, o por lo menos lo que encontraran. Todo menos lo de Cerdán, que todavía guardaba a buen recaudo lo suyo

José Luis Ábalos

Un disco duro que ha desatado los nervios en el PSOE

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El exministro José Luis Ábalos realiza
EFE

José Luis Ábalos tenía varias opciones cuando se inició la investigación contra él: negar la mayor o tirar de la manta. Cuando fue cesado en el 2021 también tenía dos opciones: desaparecer o seguir en el candelero. El exdirigente valenciano decidió seguir vinculado al PSOE como diputado, a pesar de la incomodidad que eso generaba, y guardar todas sus conversaciones a buen recaudo. Solo ahora se sabrá con qué objetivo. Cuando la UCO irrumpió en su domicilio hace unos días, Ábalos tenía 34 evidencias digitales, entre móviles, discos duros y lápices de memoria llenos de información.

Pero de entre todos ellos, uno será el que provoque más terremoto, si no judicial al menos político. Ábalos guardó en un disco duro sus conversaciones con ministros y Pedro Sánchez, que recuerda a varios mensajes que se filtraron de conversaciones suyas con el presidente del Gobierno. Su contenido debía ser sensible para él, su seguro de vida, cuando intentó delante de los agentes que la chica que le había acompañado esa noche se lo intentara llevar escondido en los pantalones con la excusa de sacar el perro

Santos Cerdán

La incógnita sobre la gestión de posibles pruebas

El exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán junto a varios periodistas en las inmediaciones de su domicilio, este jueves en Madrid.
El exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdá
Dani Duch

Santos Cerdán es la gran incógnita. Cuando el juez del Supremo tuvo los indicios suficientes de que el asunto de Ábalos iba más allá de las corruptelas con el empresario Víctor de Aldama, el secretario de organización del PSOE estaba aforado por su también condición de diputado. La UCO se llevó todo lo que encontró de Ábalos y demás empresarios, pero Cerdán salió ileso al tener la protección parlamentaria. Cuando se descubrió que él estaba en el epicentro de la trama, tuvo que entregar su acta de diputado y perder el aforamiento.

Tanto desde el PSOE como desde su entorno estaban convencidos de que el siguiente paso de Leopoldo Puente sería mandar a la UCO a incautarle el teléfono, dispositivos móviles y todo tipo de documentos, lo que podría llegar a abrir la caja de los truenos. Sin embargo, pasada una semana, el instructor solo ha volcado sus correos electrónicos de la sede del PSOE, en la calle Ferraz.

Cerdán es el único que sabe todo lo que tiene y si eso puede ser una prueba de que él es inocente, tal y como proclama, o puede ser el siguiente movimiento para derribar el próximo escalón del castillo de naipes.

Koldo García

Un gran archivo de grabaciones a escondidas

Koldo García, que fuera asesor del exministro José Luis Ábalos, comparece ante la comisión del Senado por su imputación en la presunta trama de corrupción por la compraventa de mascarillas durante la pandemia, este lunes, en la Cámara Alta.
Koldo García, ante la comisión del Senado
Dani Duch

Y de repente todo el mundo se entera de que el chófer, el hombre de los maletines, el asesor de Ábalos, que más bien parecía su guardaespaldas que le acompañaba a todos lados, se había hecho una fonoteca con sus jefes y otros políticos hablando de dinero y mordidas. Koldo García sabía que era su seguro de vida, aunque para ello también se ha llevado por delante a su propia persona.

Desde que se ha conocido que guardaba en su casa ocho audios, aunque su entorno dice que tiene más escondidos, la desconfianza en su entorno se ha extendido. Hasta su abogado desconocía cuál era su plan y los documentos que contaba. García ya tiene nueva abogada para cambiar de estrategia.

Parece que el plan que pretende seguir es el de caiga quien caiga, como hizo en su día Luis Bárcenas con la contabilidad b del PP. Aquello le costó la presidencia a Mariano Rajoy, y la cárcel al tesorero. Frases como la de Cerdán diciendo “Koldo, que no quiero que hables de esto” o las quejas de Ábalos y de él mismo porque no están recibiendo el dinero pactado han aparecido en los audios que han hecho tambalear al PSOE.

José Ruz Martínez

Un ‘pendrive’ de la Consejería de Obras de Cantabria

El constructor valenciano José Ruz, a quien también ha citado como investigado el instructor del Tribunal Supremo a principios de julio, guardaba en su domicilio un pendrive serigrafiado con el rótulo de Gobierno de Cantabria Consejería de Obras Públicas y Vivienda.

Una intervención a la que la UCO, según fuentes policiales, da una especial relevancia. La Guardia Civil sospecha que este empresario puso en nómina al hombre de confianza de los dos últimos secretarios de organización del PSOE, Koldo García, para pagar una “pensión” a José Luis Ábalos.

El demoledor informe de la UCO sitúa a Ruz como un “elemento común” entre el presunto triángulo de la corrupción Cerdán-Ábalos-García, además del corruptor de la trama, Víctor de Aldama. Mantuvo reuniones con todos ellos y daba “el resultado” de las mismas al exchófer del ministro. Este le habría proporcionado al constructor una línea telefónica “segura” para hablar de las adjudicaciones públicas que presuntamente serían amañadas a cambio de mordidas

Joseba Antxón Alonso

Un contrato que documenta el vínculo con Cerdán

La Guardia Civil pasó más de medio día registrando la vivienda en Elorrio del empresario Joseba Antxón Alonso y la oficina de Servinabar, la compañía que los investigadores sitúan en el epicentro de la trama. La UCO tenía claro que este registro era clave: hasta allí se desplazó el jefe de la unidad contra la corrupción, el teniente coronel Antonio Balas, contra quien maniobró la ya exmilitante del PSOE Leire Díez.

Además de numerosa documentación digital y 16.000 euros en efectivo guardados en mochilas, los agentes hallaron el premio gordo de todos los registros realizados en un maletín marrón ubicado en un trastero: un papel que documentaría que Santos Cerdán tenía un 45% de Servinabar. Alonso, tras conocerse el acta policial, ha negado que la evidencia TS-VI-1-1 se elevara jamás a escritura pública, por lo que descarta que el ex número tres del PSOE fuese su socio empresarial. La defensa de Cerdán ha solicitado al instructor acceder a este documento para cotejarlo, pero el magistrado Leopoldo Puente ha denegado su petición

Manuel Fernández

Un esquema manuscrito con el nombre de Ábalos

Manuel Fernández Menéndez fue apoderado de OPR (Obras Públicas y Regadíos), mientras que su hermano Daniel era administrador mancomunado de la constructora. Son cuñados de Fernando Merino, excargo de Acciona Construcción en Navarra, que les habría puesto en contacto con Koldo García. El Supremo ordenó el registro de su vivienda de Baza (Granada) ante indicios de que “en connivencia” con el exministro Ábalos pudieron obtener adjudicaciones de Transportes a cambio de “beneficios económicos”.

Los agentes de la Guardia Civil, pese a los meses que Ábalos lleva en el ojo del huracán, hallaron documentos reveladores con información sobre “adjudicaciones históricas del Ministerio de Fomento y OPR” o el “borrador de la programación del año 2023 de la subdirección general de Infraestructuras”, pero lo que realmente llamó la atención es un “esquema manuscrito temporal donde figura el nombre de Ábalos”.

También en Granada, en casa de Merino, los agentes encontraron un contrato para la construcción y reforma de una vivienda donde figuraba como “intervinientes” el hermano de Koldo García

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