Finlandia incauta un buque por haber dañado un cable submarino en el Mar Báltico

La policía finlandesa informó el miércoles que había incautado ⁠un buque sospechoso de haber dañado un cable submarino de telecomunicaciones que va de ⁠Helsinki a la capital de Estonia, Tallin, a través del golfo de Finlandia, una zona que se ha visto afectada por presuntos sabotajes en los últimos dos años.

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 El barco procedía de San Petersburgo y la tripulación, toda ella detenida, era de nacionalidad rusa y georgiana  

La policía finlandesa informó el miércoles que había incautado ⁠un buque sospechoso de haber dañado un cable submarino de telecomunicaciones que va de ⁠Helsinki a la capital de Estonia, Tallin, a través del golfo de Finlandia, una zona que se ha visto afectada por presuntos sabotajes en los últimos dos años.

“Las autoridades finlandesas se han hecho con el control del buque ⁠en el marco de una operación conjunta”, dijo ⁠la policía, que añadió que el barco había partido de San Petersburgo y se dirigía al puerto de Haifa, en Israel. Según informó la policía, el barco llevaba bandera de San Vicente y Granadinas y los miembros de la tripulación, todos ellos arrestados, eran de nacionalidad rusa, georgiana, kazaja y azerbayana.

Ocho Estados de la OTAN bordean el mar Báltico, que también limita con Rusia. Desde que Rusia invadió Ucrania en 2022, han estado en alerta máxima después de una serie de cortes en los cables eléctricos, las conexiones de telecomunicaciones y los gasoductos que discurren por el lecho marino, relativamente poco profundo. Como consecuencia de ello, los países de la organización atlántica han reforzado su presencia en el Báltico con fragatas, aviones y drones navales.

Los países nórdicos sospechan de ‘guerra híbrida’ por parte de Rusia

El buque sospechoso de causar los últimos daños fue sorprendido por un helicóptero cuando arrastraba el ancla en el mar, y se dirigía a aguas territoriales finlandesas, indicaron la policía y la autoridad de la Guardia de Fronteras ⁠de Finlandia. El cable pertenece al grupo finlandés de telecomunicaciones Elisa, que alertó a primera hora de la mañana del miércoles de problemas de conexión. El cable está considerado una infraestructura crítica.

El presidente de Finlandia, Alexander Stubb, afirmó que estaba siguiendo de cerca la situación. “Finlandia está preparada para retos de seguridad de diversa índole, y respondemos a ellos según sea necesario”, escribió en X.

Finlandia abordó en diciembre de 2024 el petrolero Eagle S, vinculado a Rusia, que según los ⁠investigadores había dañado un cable eléctrico y varios enlaces de telecomunicaciones en el mar Báltico, también por el mismo procedimiento de arrastrar el ancla. En octubre, un tribunal finlandés desestimó una causa penal contra el capitán del Eagle S y otros miembros de la tripulación, dictaminando que los fiscales no habían podido demostrar la intencionalidad de la acción y que cualquier presunta negligencia debía ser perseguida por el Estado ⁠del pabellón del buque o por los países de origen de la tripulación.

La mayor parte de gobiernos europeos considera que los incidentes en el Mar Báltico forman parte de una “guerra híbrida” instrumentada por Rusia para socavar la estabilidad de las democracias europeas que dan su apoyo a Ucrania en el conflicto que la enfrenta con Moscú. Países como Francia o Dinamarca, además de todos los países nórdicos, sospechan que embarcaciones contratadas por los servicios secretos rusos tienen por objetivo dañar las infraestructuras occidentales.

Esta guerra híbrida no se circunscribe a la actuación de barcos en el mar. También se manifiesta a través de la presencia de drones que sobrevuelan instalaciones militares o de seguridad, especialmente en los países del norte del continente. Otro de los métodos utilizados son los globos aerostáticos, formalmente utilizados para el contrabando, si bien su presencia en zonas críticas levanta también sospechas.

Justamente el miércoles, Kaja Kallas, vicepresidente de la Comisión Europea para Asuntos Exteriores, cargó contra el Kremlin por haber difundido la noticia de que Ucrania habría intentado atacar con drones la residencia de verano de Vladimir Putin con el objetivo de torpedear los acuerdos de paz que Ucrania mantiene con Estados Unidos.

Rusia ha justificado en esta acción la voluntad de revisar su posición en las negociaciones. Sin embargo, no ha sido capaz de aportar hasta ahora pruebas de esta acción. El miércoles, el Ministerio de Defensa ruso dio detalles sobre la procedencia y dirección de la oleada de drones y mostró también un vídeo que debía acreditar la existencia del presunto ataque. Sin embargo, no se ha podido verificar ese dato. Ucrania, por su parte, rechaza que tal ataque se haya producido.

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