Miguel Bernardeau: «La fama demasiado temprana, como la mía, es casi deprimente»

Ha sobrevivido a la atención extrema tras ‘Èlite’ y al acoso de la prensa rosa. Ahora sabe que con ‘Querer’ llega su momento para dejar atrás todo aquello. Leer Ha sobrevivido a la atención extrema tras ‘Èlite’ y al acoso de la prensa rosa. Ahora sabe que con ‘Querer’ llega su momento para dejar atrás todo aquello. Leer  

Miguel Bernardeau (Valencia, 1996) acaba de disfrutar del aplauso infinito recibido en el festival de San Sebastián por ‘Querer’ [estreno en Movistar+ el 17 de octubre], la serie de Alauda Ruiz de Azúa sobre la violencia machista que le ha dado su primera gran oportunidad para escapar de la inmensa y envenenada sombra de ‘Élite’. Toda esa fama y ese escrutinio subyacen en su manera de afrontar la entrevista, con una educación impecable y un aparente relax que apenas disimulan una cautela infinita a la hora de responder. Visto el permanente revuelo a su alrededor, es comprensible.

Es un papel duro, alejado de tu imagen hasta ahora.Sí. Es un papel que desde que me llegó supe que era un caramelo, pero me obligaba a la vez a ponerme las pilas. Trabajar con una directora como Alauda es una cosa nueva para mí también, además en un tono que no he tocado hasta ahora. El guión era tan bueno que sabía que iba a tener que trabajar mucho para estar a su altura. Entonces, ha habido momentos de mucho disfrute, pero también momentos duros. Había noches, tras jornadas de rodaje largas, que llegaba a casa y sí notaba un peso grande sobre mí. Creo que eso es bonito e implica que estás trabajando y creciendo.En la serie hay muchos momentos en que tu personaje trata mal a tu madre. Aunque sea ficción, ¿algo así te deja mal cuerpo?Sí. Y esto no tiene que ver con que seas un actor de método o no, cuando llevas todo el día gritándole a tu madre, llegas a casa y hay un desgaste emocional, sólo tienes ganas de tumbarte en la cama e intentar liberar la mente como sea. De todos modos, eso es señal de buen trabajo, de estar profundizando… Si no te doliera, no lo estarías haciendo bien seguramente.Tras el fenómeno fan derivado de ‘Élite’, ¿te ha costado más que te consideren para papeles como este?No, para nada. No he tenido esa sensación en ningún momento. Sencillamente, en España no hay muchos proyectos al año y lo que sí hay es muchos actores. Creo que no es que no me lleguen papeles tan buenos, sino que hay pocos y los que hay tienen un montón de aspirantes. En este caso hice la prueba y me cogieron, no es que me lo ofrecieran. No funciona así. Esa sensación de que por tener cierto nombre o estar de moda te vienen a buscar a casa con proyectos es una cosa creada, con todo el respeto del mundo, por la gente y por la Prensa y no una realidad. Al menos en España. En España, todos los actores trabajamos en lo que podemos, en lo que hay, no tenemos la oportunidad de elegir y decir: «Voy a llevar mi carrera por aquí». Yo he ido haciendo lo que me ha ido saliendo. Simplemente.¿Te has llegado a preocupar porque no saliera nada?No tanto, porque siempre aparecía algo. La realidad es que no hay trabajo para todos los actores y muchos están formándose, pagando esa formación como pueden, sufriendo para pagar el alquiler… Poder trabajar con cierta regularidad y poder vivir de esto, no te hablo siquiera de elegir el tipo de proyectos, ya es un privilegio. Por ahora, yo puedo.¿Sientes que la etiqueta de sex symbol puede ser una carga profesional? José Coronado dice que tuvo que matar al guapo para que le tomaran en serio.No. Trabajo los personajes desde un lugar físico, pero también desde facetas más profundas. Lo que pasa es que tu imagen la marcan los proyectos en los que te ve la gente. Si te ven en una serie en la que hay un componente muy idealizado de tu físico, no puedes pedir que no hablen de él. Siento que siempre se ha sido muy respetuoso conmigo y, en las oportunidades que me han llegado, nunca he sentido que me estuvieran cogiendo para un papel por ser guapo, sino porque estaba dando lo que ellos querían. Entiendo lo que dices y lo que dice Coronado, pero de verdad quiero pensar que a mí no me ha pasado.Fuera de los rodajes, lo que sí implicó ‘Élite’ es una fama y una atención desmesuradas siendo extremadamente joven. ¿Cómo has llevado todo el revuelo a tu alrededor?Intento ser maduro y relativizarlo todo lo que puedo. Los días en los que no me apetece tanto que la gente me reconozca, me enfoco en lo que hago y por qué lo hago. Quiero ser actor y la fama es una consecuencia, buena o mala según el día, de mi trabajo, pero yo soy actor, no famoso. La fama y todo lo que eso conlleva proviene de los demás, no de mí, y es una cosa que gestiono y asumo cuando toca, pero primero está el trabajo. En realidad, la fama tampoco es tan grave como se pinta a veces. Es verdad que te puede volver loco y todo lo que quieras, pero hay problemas mucho más graves en el mundo que te hagan una foto o hablen de tu vida. Aunque sea un topicazo, entender eso ayuda en muchos sentidos.Otro topicazo es decir ante casos así: «Si a mí me pasa eso con 20 años, me hubiera vuelto un gilipollas».Y en realidad no lo sabes, no tienes ni idea de cómo hubieras reaccionado. Si te apasiona tu trabajo y quieres ser actor por encima de todo, la fama, si es demasiado temprana como me pasó a mí, es una cosa casi deprimente porque, joder, tú estás intentando ser mejor actor, formarte, aprender y encontrarte. Este es un trabajo que nunca termina y que necesita paciencia, silencio y concentración. Entonces, cuando a tu alrededor todo es ruido, puedes desviarte de esa forma de ver la profesión como algo a lo que hay que tener mucho respeto, que hay que cuidar y en lo que nunca puedes pensar que, como ya eres famoso, está todo hecho. No tengo mi carrera pautada en la cabeza, porque sería muy inocente por mi parte pensar que tengo algún control sobre ella, pero sí tengo el control en seguir formándome, trabajando, disfrutando y no desviarme por cosas externas.Venga, tengo otro topicazo: te lo planteas como una carrera de fondo.Pero este topicazo es cierto. A mí me gustaría vivir de esto toda la vida y trabajar como actor hasta el día que me muera. Eso es muy difícil y sólo se puede llegar a lograr haciendo las cosas con paciencia, paso a paso y midiendo bien en qué punto estás. En este momento, los proyectos en los que me gustaría estar no me llegan directamente, sino que tengo que hacer pruebas o estar muy atento para saber cuándo salen. Por ahora me toca a mí ir a buscarlos y, muchos, no lograrlos. Ojalá eso cambie en un futuro, pero sé que es mi situación actual y actúo en consecuencia.¿Cómo se va por la vida con seis millones de seguidores en redes sociales?Intento vivir con naturalidad y disfrutar tranquilamente de lo que me apetece. Si te pones a pensar en toda la gente a la que llega lo que cuelgas en redes y la responsabilidad que puede suponer, acabas rallándote. Tienes que normalizarlo como una parte más de tu vida y ya está. No estoy aquí para educar a nadie, ya suficiente tengo conmigo mismo.¿También llevas con naturalidad el escrutinio sobre tu vida personal: tu relación y ruptura con Aitana, los actuales rumores respecto a Ester Expósito…?Pufff, eso ya… Siempre he pensado que si hay demasiada atención sobre tu vida personal puede afectar a tu vida profesional y a cómo se te ve como actor, así que intento, en la medida de lo posible, que lo que yo hago no se sepa. Pero tampoco puedo dejar de vivir ni controlar que cierto tipo de prensa hable de mí para ganar dinero y clics. Al final, no me puedo centrar en eso, prestarle atención o hablar de ello porque si no acabas siendo lo que ellos dicen que eres. No es sano estar pendiente de esas cosas porque tampoco puedo evitarlas.¿Eso te hace afrontar las entrevistas con armadura?No especialmente, yo estoy relajado, pero también sé las cosas que se preguntan por qué se me preguntan, cuándo hay alguien yendo a por un titular y cómo responder para no decir algo que me pueda afectar. Hay que tener cuidado con lo que se dice y yo mido mis palabras.La nueva generación de estrellas esquiváis mucho más los temas políticos y sociales de lo que han hecho históricamente los actores. ¿Por qué?Cada uno es libre de hablar de lo que quiera, pero, sí, en mi generación creo que se ha entendido que no hace falta hablar de eso ni meterse tanto en política. A mí me parece bien que se hable, pero yo sí lo evito adrede. Es un tema complicado del que no quiero hablar a la ligera, sencillamente. Cultura // elmundo

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