Los destellos: Pilar Palomero convierte la muerte en un instante de belleza desnuda (****)

La directora de ‘Las niñas’ y ‘La maternal’ explora en su tercera y mejor película la contradictoria claridad del duelo de la mano de dos inmensos Patricia López Arnaiz y Antonio de la Torre Leer La directora de ‘Las niñas’ y ‘La maternal’ explora en su tercera y mejor película la contradictoria claridad del duelo de la mano de dos inmensos Patricia López Arnaiz y Antonio de la Torre Leer  

Nada tan contradictorio y caprichoso como una embarazada en un cementerio. La reflexión (u ocurrencia) es del rumano Emil Cioran y, por qué no, de la zaragozana Pilar Palomero. Y para demostrarlo, Los destellos, la película sobre el fin que sigue a La maternal, la película sobre el principio que contaba el embarazo de una adolescente. El argumento de Los destellos es la muerte, la muerte de un ser cercano, pero en realidad de lo que habla es de esos brillos –o destellos, como dice el título– que deja la vida cuando impacta con la dureza sombría y ríspida de lo que desaparece, de lo que se apaga.

Y es ahí, en ese terreno delicado y difícilmente aprehensible de lo contradictorio, donde se hace grande. Los destellos es una película descomunal en cada una de sus dudas, es un ejercicio de cine sostenido en la confianza ciega en una simple mirada, en un resplandor que huye, en la lectura tranquila a media voz de Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, en el tranco cansado de un perro viejo y grande, en un paseo por el campo al atardecer, en una mano que detiene un rayo de luz justo antes de herir la retina. Los destellos, para entendernos, no solo es la mejor película de la directora, es sencillamente un milagro que, como las embarazadas de paseo por los cementerios, se niega a sí misma a cada paso que da.

Basada en un relato de la escritora vasca Eider Rodríguez (Un corazón demasiado grande), la película cuenta la historia de una mujer (Patricia López Arnaiz) que un buen día recibe un encargo esencialmente raro. Su hija (Marina Guerola) le pide que cuide del que es ex pareja de la primera y padre de la segunda. El hombre que requiere atención (Antonio de la Torre) se muere. Sobre esta extrañeza, hacerse cargo de un ya desconocido que tiempo atrás fue amor sincero, Palomero dice querer investigar «la belleza del duelo», pero, en realidad, lo que hace es describir con una precisión desusada, quizá solo completamente nueva, la belleza sin más, la belleza detenida en la herida abierta de la vida. Suena tremendo y, sin el menor amago de duda, lo es.

La cámara se mueve por la pantalla sin apenas ruido, solo pendiente de las ligeras variaciones de la luz, solo atenta a las pequeñas arrugas que dejan a su paso asuntos tales como el sol, la tierra y el tiempo. Los trabajos de López Arnaiz y De la Torre, dos actores demasiado dados a salirse de sí y a desbordarse por los lados, se antojan esta vez tan cuidadosos como intensos, tal vez perfectos. Palomero huye de esos juegos de espejos que han presidido buena parte de su cine y del cine de su generación (si es que algo así existe). Ya no se trata de acercarse a la frontera que separa la realidad de la ficción para sorprenderse y sorprendernos con las paradojas de la verdad. Ahora lo que importa es, en efecto, lo importante. Y esto, que así dicho puede parecer una obviedad, acaba por ser exactamente eso: tan obvio que duele.

El resultado es una película construida enteramente donde ya no se hace casi nada: en lo tenue; en lo contradictorio; una película que no teme a refutarse, a negarse, a enseñar cada una de sus debilidades hasta convertirlas en fortalezas; una película que se planta delante de los ojos del espectador con gesto desafiante, a la espera de una esquirla de luz, una negación o una paradoja que la dé sentido. Frente a ese gusto tan nuestro y tan actual por el brillo y la claridad, lo que ahora importa es la profundidad y lo complejo de las sombras.

Dirección: Pilar Palomero. Intérpretes: Patricia López Arnaiz, Antonio de la Torre, Marina Guerola, Julián López, Ramón Fontserè. Duración: 101 minutos. Nacionalildad: España.

 Cultura // elmundo

Noticias Similares