Por segunda vez en tres días, el presidente estadounidense, Donald Trump, reclamó un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas para poner fin a más de 20 meses de asedio y brutales ataques israelíes en Gaza y de sufrimiento para los 50 rehenes que siguen cautivos en la franja.
La insistencia del líder estadounidense aviva la posibilidad de una tregua cercana
Por segunda vez en tres días, el presidente estadounidense, Donald Trump, reclamó un acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas para poner fin a más de 20 meses de asedio y brutales ataques israelíes en Gaza y de sufrimiento para los 50 rehenes que siguen cautivos en la franja.
Si el viernes el mandatario dejó caer que un pacto podría concretarse esta misma semana, ayer adoptó un tono de orden: “¡Hagan el acuerdo en Gaza! ¡Recuperen a los rehenes!”, escribió, en mayúsculas, en su red, Truth Social.
Solo Trump sabe si hay algo sustancial tras sus afirmaciones, pero sus llamados han alimentado las expectativas sobre una posible tregua, cuando tanto Washington como Qatar han renovado su impulso para acercar a las partes después del alto el fuego entre Israel e Irán. A eso se suma que, según una fuente israelí citada por la agencia AP, se espera que Ron Dermer, ministro de Asuntos Estratégicos y confidente de Beniamin Netanyahu, viaje la próxima semana a Washington, y, de igual modo, una nueva visita del primer ministro israelí a la Casa Blanca podría ocurrir en las próximas semanas.
La oposición acusa a Netanyahu de aceptar un cese al fuego si Trump presiona para evitar su juicio por corrupción
En este contexto, cabe remarcar que el viernes el jefe del ejército israelí, Eyal Zamir, advirtió que la invasión en Gaza “pronto” alcanzará sus objetivos, una declaración que los analistas consideran un guiño a Netanyahu y a la necesidad interna de definir los pasos a seguir, ya sea un acuerdo de tregua o un régimen para controlar Gaza bajo la ocupación militar israelí.
Trump también volvió a repudiar el juicio por corrupción que enfrenta Netanyahu, el cual ve como “una cacería de brujas política, similar a la que yo tuve que soportar”, y pidió su cancelación por segunda vez en menos de una semana. Añadiendo, en esta ocasión, una velada amenaza: que podría replantearse los 3.800 millones de dólares en asistencia militar que EE.UU. entrega a Israel si los jueces israelíes no desestiman los cargos contra el premier.
Políticos opositores acusan a Netanyahu de estar supuestamente intercambiando el acuerdo de alto el fuego en Gaza por la presión de Trump para librarse de su juicio. “Los rehenes están en manos de Hamas, pero son prisioneros de los intereses de Netanyahu”, dijo Yair Golan, del partido centroizquierdista Demócratas.
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Con todo, y después de dos rechazos previos, el Tribunal de Distrito de Jerusalén aprobó ayer en una sesión a puerta cerrada (y con la presencia de jefes de la inteligencia israelí) la anulación de las dos audiencias de Netanyahu previstas para esta semana, debido a cuestiones diplomáticas y de seguridad nacional, otro elemento que alimenta la ola de rumores.
Mientras su futuro (y el de la región) parece decidirse en un círculo cerrado entre Trump y Netanyahu, los civiles palestinos de Gaza siguen sometidos al hambre, la matanza y el desplazamiento forzado por los incesantes ataques de Israel. Según fuentes médicas de la franja, al menos 23 personas murieron ayer en bombardeos y por fuego israelí, incluidos cinco que iban en busca de algo de comida a un sitio de distribución en Rafah. Además, el ejército hebreo volvió a ordenar la “evacuación” de Yabaliya y de la ciudad de Gaza –ya sometidas a estas órdenes desde el 29 de mayo– bajo la amenaza de “intensificar y extender” sus ataques en el norte del enclave palestino.
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