A poco menos de un mes para que comiencen los Mundiales de Natación de Singapur, David Popovici le echa tabasco a la piscina. Si este 2025 había visto las marcas ‘phelpsianas’ de Summer McIntosh, la enésima muestra de eterna juventud de Katie Ledecky o el paso adelante del fenómeno de la velocidad estadounidense, Gretchen Walsh, ahora el talento rumano de 20 años, que ya ha sido plusmarquista mundial de 100 libre y campeón olímpico de los 200, ha conseguido en el Europeo sub-23 que se celebra en Eslovaquia el récord europeo del hectómetro (46.71) en la que es la segunda mejor marca de la historia, por detrás de los estratosférico 46.40 que hizo el chino Pan Zhanle en la final de los Juegos Olímpicos de París.
El rumano logró la segunda mejor marca de la historia (46.71) con unos últimos 50 metros por debajo de los 24 segundos, un parcial mejor que el del plusmarquista Pan Zhanle y único
A poco menos de un mes para que comiencen los Mundiales de Natación de Singapur, David Popovici le echa tabasco a la piscina. Si este 2025 había visto las marcas ‘phelpsianas’ de Summer McIntosh, la enésima muestra de eterna juventud de Katie Ledecky o el paso adelante del fenómeno de la velocidad estadounidense, Gretchen Walsh, ahora el talento rumano de 20 años, que ya ha sido plusmarquista mundial de 100 libre y campeón olímpico de los 200, ha conseguido en el Europeo sub-23 que se celebra en Eslovaquia el récord europeo del hectómetro (46.71) en la que es la segunda mejor marca de la historia, por detrás de los estratosférico 46.40 que hizo el chino Pan Zhanle en la final de los Juegos Olímpicos de París.
Era la cuarta vez en su corta, pero ya dilatada, carrera en la natación que el rumano, natural del discreto barrio de Pantalimón de Bucarest, que bajaba de 47 segundos, lo que demuestra la regularidad de uno de los nadadores más asombrosos que emergió en la pandemia. Pero el récord guarda un dato que condensa las habilidades del discípulo de Adrian Radulescu, su entrenador de siempre.
Popovici no es un nadador de 50. No tiene los músculos labrados en el gimnasio de los Zhanle, Chalmers, César Cielo o en el pasado Alain Bernard, quien fuera, con los bañadores mágicos, el primer hombre en bajar de 47 segundos. Lo suyo es la elegancia, como el vuelo de una libélula, infinitamente coordinado, con una capacidad de flotabilidad que le permite ser veloz. En su caso es certero el refrán más vale maña que fuerza, por lo que suyo es la pura perfección técnica: los apoyos, el ciclo de brazada, las piernas… Y eso le permitió regresar, tras el viraje, más rápido que nadie en la historia, salvar un muro que parecía inabordable.
Popovici, que no tenía rivales en la final, tocó primero con 31 brazadas en los primeros 50 metros con 22.73. El plusmarquista mundial, Pan Zhanle, completó esta primera distancia en París en 22.28. Pero la distancia entre ambos no es de cinco décimas, un mundo en 100 metros, porque la vuelta de Popovici no la tiene nadie. Si en las cuatro anteriores ocasiones que bajó de 47 segundos logró hacer 24 segundos cortos, en esta ocasión logró bajar de esa barrera, algo que no había sucedido. Popovici empleó 34 brazadas para volver en 23.98. Zhanle lo hizo, propulsado por el oleaje de sus adversarios, en 24.12.
Por primera vez, un nadador baja de 24 segundos en los segundos 50 metros
La línea de un nadador, que si fuera la de una startup, no es ascendente, es inconstante, pero al alza, y así ocurrió con un Popovici que con 16 años fue capaz de nadar una final olímpica en Tokio, la de los 100 libre, en 2022 logró ese récord mundial que le auguraba un oro en París, pero que en dos años tuvo un bajón ahora ya superado. Ya es oro olímpico, lo logró en París en los 200, y ahora va camino de aspirar al doble campeonato en Singapur.
Lee tambiénAlberto Martínez

En los 200 libre ya logró la décima mejor marca de la historia con 1:43.64. Poco a poco, va asentando sus marcas, dominando los matices que empujan lo que lleva dentro.
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