Sánchez mantiene el pulso a Trump y Netanyahu en plena tormenta política

Puede que esté tocado, pero “ni mucho menos hundido”, advierte un ministro socialista sobre Pedro Sánchez. Y así lo ha demostrado, a su juicio, esta intensa semana de agenda internacional, pese a que no se haya disipado, sino todo lo contrario, el escándalo de presunta corrupción que arrecia sobre el Gobierno y el PSOE.

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 El presidente fija el foco en la agenda internacional pese a la incertidumbre interna  

Puede que esté tocado, pero “ni mucho menos hundido”, advierte un ministro socialista sobre Pedro Sánchez. Y así lo ha demostrado, a su juicio, esta intensa semana de agenda internacional, pese a que no se haya disipado, sino todo lo contrario, el escándalo de presunta corrupción que arrecia sobre el Gobierno y el PSOE.

La cumbre de la OTAN salió “redonda” para los intereses de Sánchez, según el análisis de los socialistas. Israel le puso además “como contrapunto”. Alberto Núñez Feijóo quedó, en su opinión, descolocado. Y, como colofón, el Tribunal Constitucional avaló la amnistía, mientras Felipe González, con sus críticas, “siguió arrimándonos más votos”, resuelven.

El presidente del Gobierno venía desplegando una creciente ofensiva contra la agenda ideológica de Donald Trump y la estrategia bélica de Beniamin Netanyahu, que se vio abruptamente paralizada, hace un par de semanas, al estallar el escándalo de presunta corrupción del hasta entonces secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, implicado por la UCO en una trama de mordidas en contratos de obra pública con el exministro José Luis Ábalos y su antiguo asesor, Koldo García.

Sánchez quedó noqueado, según sus propios fieles, y en situación de extrema fragilidad, con el PSOE en shock y los socios y aliados parlamentarios marcando distancias, mientras el PP y Vox redoblaron su asedio político para darle la puntilla final a la legislatura.

En la Moncloa y Ferraz admiten la incertidumbre de seguir “a ciegas” ante la posible dimensión del escándalo de corrupción, y sin ninguna seguridad de que no alcance a más miembros del PSOE o incluso del Ejecutivo, ante una agenda judicial que escapa a su control.

El jefe del Ejecutivo se reafirma en su estrategia para intentar capear los escándalos de supuesta corrupción

Pero también resaltan que Sánchez recobró aliento esta última semana, gracias a una agenda internacional –con la cumbre de la OTAN en La Haya y el Consejo Europeo en Bruselas– en la que volvió a girar el foco hacia Trump y Netanyahu.

Una estrategia en la que el presidente insistirá además la próxima semana, como anfitrión de la conferencia de la ONU en Sevilla sobre financiación al desarrollo. La tormenta interna, no obstante, sigue sin amainar: el próximo lunes, Cerdán declarará en el Tribunal Supremo; y el próximo sábado, Sánchez protagonizará la reunión del comité federal del PSOE, que designará al relevo en la secretaría de organización y donde está previsto que anuncie nuevas iniciativas para tratar de aplacar la ansiedad que mantiene el vilo al partido.

Las contundentes posiciones de Sánchez ante Trump y Netanyahu, entre tanto, obran el efecto de devolverle iniciativa política en medio de la tormenta, cohesionan a las filas socialistas, cuentan con el apoyo de la mayoría parlamentaria de la investidura y, según consideran en la Moncloa y Ferraz, descolocan a Feijóo y le ponen en incómoda posición ante Vox y frente a Isabel Díaz Ayuso.

En su rueda de prensa final en Bruselas, en la noche del jueves, los socialistas apreciaron así a un Sánchez enérgico, muy distinto al que observaron hace apenas dos semanas, casi demacrado, al comparecer en Ferraz después de fulminar a Cerdán.

En primer lugar, Sánchez se mantuvo firme en su pulso con Trump, pese a la amenaza del presidente de EE.UU. de adoptar represalias comerciales contra España por su negativa a incrementar el gasto en defensa al 5% del PIB. “Ser europeísta y atlantista no implica un seguidismo ciego que otros en nuestro país proponen”, defendió, en alusión a Feijóo. “Un 2,1% es más que suficiente”, zanjó.

Ya el pasado lunes, Sánchez instó además a no sucumbir a “los cantos de sirena de guerras que nunca traen nada bueno”, después de que Trump bombardeara Irán. Y el jueves reiteró su rechazo a que el régimen iraní disponga de armas nucleares, “pero no se debe tolerar que el camino para evitarlo sea el uso de la fuerza”. “La acción militar nunca trae la paz”, advirtió.

Y en cuanto a Netanyahu, mientras se mantiene la tensión diplomática, Sánchez insistió en denunciar el “infierno a cielo abierto” de Gaza, ya con más de 55.000 palestinos muertos, y defendió –por ahora sin éxito pero sin tirar la toalla–, que la UE rompa su acuerdo de asociación con Israel. “¡Basta ya!”, exigió al mandatario hebreo.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se declaró ayer absolutamente convencido de que España cumplirá con el compromiso de gasto del 5% a la OTAN. “España no ha cumplido, pero lo hará. Por cierto, garantizado que lo hará. Era el único país que, de alguna forma, intentó evitar poner el dinero”, manifestó el presidente de EE.UU. en una rueda de prensa.

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