Un viernes más, el emblemático restaurante de Cuatro cerraba sus puertas. Uno de los protagonistas de la última entrega de la semana era Máximo (45), un soltero de Badajoz que había tenido mucha suerte en el amor. Se definía como un hombre alegre, extrovertido, simpático y hablador.
Elena quería encontrar a alguien especial en el programa del amor sin necesidad de convivir
Un viernes más, el emblemático restaurante de Cuatro cerraba sus puertas. Uno de los protagonistas de la última entrega de la semana era Máximo (45), un soltero de Badajoz que había tenido mucha suerte en el amor. Se definía como un hombre alegre, extrovertido, simpático y hablador.
Su objetivo en el programa presentado por Carlos Sobera era conocer a una mujer »mentalmente independiente, libre y que por encima de todo tuviera las cosas claras». »No tengo un prototipo, me fijo en lo de dentro. Tiene que ser una persona libre y de mente abierta. Y que tanto su libertad le valga mucho como mi libertad le valga mucho también», reconocía.

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La elegida para cenar con él era Elena (45), una administrativa de Sevilla que se definía como una persona muy extrovertida. »No me gusta estar callada. No me callo ni debajo del agua», confesaba. Además, se consideraba una persona muy activa: »Me gusta hacer senderismo, ir a la playa y el tardeo con los amigos y que me den las horas que me tengan que dar».
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La primera impresión entre ambos era bastante normal. »Físicamente, muy bien. Muy guapa», confesaba el soltero. Tras intercambiar sus primeras palabras, la presentadora acompañaba a la pareja hasta su mesa, donde comenzaban la velada hablando de sus aficiones. Y uno de sus puntos en común era la fiesta y el tardeo, aunque Elena reconocía que prefería tomar algo por las tardes a salir por la noche. »El tardeo era una maravilla», reconocía él.

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A raíz de estas palabras, el soltero mostraba interés en saber si a Elena le gustaba un estilo de música muy concreto. »¿Te gusta el reguetón?», decía. »A ver…en momentos puntuales», confesaba ella. Poco después, los solteros se metían de lleno en el terreno sentimental. »Busco paz y tranquilidad. Alguien que sume y no reste», declaraba el extremeño. Sin embargo, lo que realmente quería saber la soltera era si su intención era encontrar a alguien para convivir. »Seguramente. Con la persona adecuada, sí», afirmaba.
Un límite que la soltera no estaba dispuesta a traspasar y así se lo dejaba claro a Máximo: »Yo vivo sola y la verdad que estoy muy a gusto. A mí me costaría romper esa tranquilidad y paz para vivir con alguien. Soy feliz llegando a casa y no teniendo a nadie que me quite el mando. Tiene que sumarme mucho porque llevo 14 años separada. A mí la convivencia me costaría».

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En un momento de la velada, el soltero se abría en canal y confesaba su peor momento. »En 2022 me diagnosticaron una leucemia. Estoy bien, pero es crónica, no tengo posibilidad de trasplante», contaba. »Sé de qué va porque mi padre murió de un mieloma múltiple en la sangre», explicaba ella. »Fue un momento duro porque me daba coraje pensar que me iba a morir y no ver crecer a mis hijas», reconocía. »Me ha sorprendido su positividad», comentaba ella.
Pese al buen entendimiento que había entre ambos, la soltera no se había sentido atraída por él. Por ello, rechazaba tener un segundo encuentro en la decisión final.
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