Los casos recientes de incendios de coches eléctricos, con fuegos rampantes y difíciles de extinguir, han puesto en el foco la seguridad de estos vehículos, que se consideran una piedra angular de las estrategias de descarbonización de los gobiernos. La realidad es que esta no se está produciendo a la velocidad que le gustaría a Bruselas y, dentro de los factores que explican la ralentización de la adopción de este tipo de propulsores, se encuentran algunos como la ansiedad ante una red de recarga pública insuficiente, un precio mayor que sus homólogos térmicos o unos incentivos a la compra en decrecimiento.Las asociaciones del vehículo eléctrico (Aedive) y de los concesionarios (Faconauto), han elaborado conjuntamente un decálogo de seguridad de este tipo de vehículos para desmentir algunos mitos extendidos entre la población. En resumen: son perfectamente aptos para el uso diario, de manera similar a los de combustión.Noticia Relacionada estandar No Kia EV4: Adiós al SUV, hola a la berlina y el hatchback eléctricos Patxi Fernández Con hasta 630 km de autonomía y producción en Eslovaquia y en Corea, el nuevo EV4 se aparta del segmento SUV para ganar eficienciaUno de los grandes frenos que afecta mucho a los compradores es el de la seguridad ante incendios. Una batería de litio entra en combustión con contacto con el aire, por lo que un choque podría llegar a generar un fuego que arde con intensidad y que es difícil de extinguir. El principal problema es que, hasta que no se agota el litio de las baterías –el combustible del incendio– este seguirá ardiendo. Alrededor del mundo, los bomberos usan equipo especial, como mantas térmicas o espuma, para contener el fuego, pero esto es principalmente para evitar que se propague a los coches cercanos. El eléctrico que ha ardido queda irremediablemente reducido al chasis. Según Ilunion, que cuenta con un departamento de bomberos y realizan prácticas de incendios de este tipo de vehículos frecuentemente, es posible usar agua para contener el fuego, pero estiman que se necesitan unos 10.000 litros para hacerlo, algo inviable en estacionamientos, que no cuentan con el drenaje necesario y cuyas estructuras –posiblemente dañadas por las altas temperaturas– podrían no soportar el peso adicional. Los concesionarios son los principales prescriptores de coches eléctricos, como arroja la última encuesta elaborada por Faconauto, y, para resolver las dudas que puedan surgir a los clientes, contarán con el Decálogo de Seguridad del Vehículo Eléctrico. En él, ambas asociaciones repasan los mitos más frecuentes de los cero emisiones, para tranquilizar los clientes inquietos que tengan dudas al respecto. Por ejemplo: reiteran que las baterías de los eléctricos están sometidas a un mayor control de seguridad a la hora de fabricarlas –precisamente para evitar estos incendios– y que la centralita del coche eléctrico las monitoriza constantemente para comprobar su estado y anomalías. Ante cualquier golpe, recomiendan llevar el coche a una revisión para garantizar que no ha sufrido ningún daño. MÁS INFORMACIÓN noticia No Probamos el MG Cyberster: un descapotable chino con 510 CV de potencia noticia No ¿Un eléctrico con ‘tacto’ a combustión? Nos subimos al Hyundai Ioniq 5 N noticia No Faconauto propone un plan para renovar 195.000 coches al añoLos diez puntos del decálogo se pueden encontrar en las páginas de Faconauto y Aedive. Según el director general de la patronal de concesionarios, José Ignacio Moya, «los puntos de venta nos trasladan que muchos clientes creen en las ventajas del eléctrico, pero necesitan certezas técnicas. Esta guía se convierte en una herramienta para que los asesores puedan acompañar esa decisión con argumentos sólidos. En un momento en que la confianza es determinante, el concesionario prescribe movilidad segura y sostenible». Los casos recientes de incendios de coches eléctricos, con fuegos rampantes y difíciles de extinguir, han puesto en el foco la seguridad de estos vehículos, que se consideran una piedra angular de las estrategias de descarbonización de los gobiernos. La realidad es que esta no se está produciendo a la velocidad que le gustaría a Bruselas y, dentro de los factores que explican la ralentización de la adopción de este tipo de propulsores, se encuentran algunos como la ansiedad ante una red de recarga pública insuficiente, un precio mayor que sus homólogos térmicos o unos incentivos a la compra en decrecimiento.Las asociaciones del vehículo eléctrico (Aedive) y de los concesionarios (Faconauto), han elaborado conjuntamente un decálogo de seguridad de este tipo de vehículos para desmentir algunos mitos extendidos entre la población. En resumen: son perfectamente aptos para el uso diario, de manera similar a los de combustión.Noticia Relacionada estandar No Kia EV4: Adiós al SUV, hola a la berlina y el hatchback eléctricos Patxi Fernández Con hasta 630 km de autonomía y producción en Eslovaquia y en Corea, el nuevo EV4 se aparta del segmento SUV para ganar eficienciaUno de los grandes frenos que afecta mucho a los compradores es el de la seguridad ante incendios. Una batería de litio entra en combustión con contacto con el aire, por lo que un choque podría llegar a generar un fuego que arde con intensidad y que es difícil de extinguir. El principal problema es que, hasta que no se agota el litio de las baterías –el combustible del incendio– este seguirá ardiendo. Alrededor del mundo, los bomberos usan equipo especial, como mantas térmicas o espuma, para contener el fuego, pero esto es principalmente para evitar que se propague a los coches cercanos. El eléctrico que ha ardido queda irremediablemente reducido al chasis. Según Ilunion, que cuenta con un departamento de bomberos y realizan prácticas de incendios de este tipo de vehículos frecuentemente, es posible usar agua para contener el fuego, pero estiman que se necesitan unos 10.000 litros para hacerlo, algo inviable en estacionamientos, que no cuentan con el drenaje necesario y cuyas estructuras –posiblemente dañadas por las altas temperaturas– podrían no soportar el peso adicional. Los concesionarios son los principales prescriptores de coches eléctricos, como arroja la última encuesta elaborada por Faconauto, y, para resolver las dudas que puedan surgir a los clientes, contarán con el Decálogo de Seguridad del Vehículo Eléctrico. En él, ambas asociaciones repasan los mitos más frecuentes de los cero emisiones, para tranquilizar los clientes inquietos que tengan dudas al respecto. Por ejemplo: reiteran que las baterías de los eléctricos están sometidas a un mayor control de seguridad a la hora de fabricarlas –precisamente para evitar estos incendios– y que la centralita del coche eléctrico las monitoriza constantemente para comprobar su estado y anomalías. Ante cualquier golpe, recomiendan llevar el coche a una revisión para garantizar que no ha sufrido ningún daño. MÁS INFORMACIÓN noticia No Probamos el MG Cyberster: un descapotable chino con 510 CV de potencia noticia No ¿Un eléctrico con ‘tacto’ a combustión? Nos subimos al Hyundai Ioniq 5 N noticia No Faconauto propone un plan para renovar 195.000 coches al añoLos diez puntos del decálogo se pueden encontrar en las páginas de Faconauto y Aedive. Según el director general de la patronal de concesionarios, José Ignacio Moya, «los puntos de venta nos trasladan que muchos clientes creen en las ventajas del eléctrico, pero necesitan certezas técnicas. Esta guía se convierte en una herramienta para que los asesores puedan acompañar esa decisión con argumentos sólidos. En un momento en que la confianza es determinante, el concesionario prescribe movilidad segura y sostenible».
Aedive y Faconauto han publicado un decálogo de seguridad del vehículo eléctrico para tranquilizar a los compradores
Los casos recientes de incendios de coches eléctricos, con fuegos rampantes y difíciles de extinguir, han puesto en el foco la seguridad de estos vehículos, que se consideran una piedra angular de las estrategias de descarbonización de los gobiernos.
La realidad es que esta no se está produciendo a la velocidad que le gustaría a Bruselas y, dentro de los factores que explican la ralentización de la adopción de este tipo de propulsores, se encuentran algunos como la ansiedad ante una red de recarga pública insuficiente, un precio mayor que sus homólogos térmicos o unos incentivos a la compra en decrecimiento.
Las asociaciones del vehículo eléctrico (Aedive) y de los concesionarios (Faconauto), han elaborado conjuntamente un decálogo de seguridad de este tipo de vehículos para desmentir algunos mitos extendidos entre la población. En resumen: son perfectamente aptos para el uso diario, de manera similar a los de combustión.
Uno de los grandes frenos que afecta mucho a los compradores es el de la seguridad ante incendios. Una batería de litio entra en combustión con contacto con el aire, por lo que un choque podría llegar a generar un fuego que arde con intensidad y que es difícil de extinguir.
El principal problema es que, hasta que no se agota el litio de las baterías –el combustible del incendio– este seguirá ardiendo. Alrededor del mundo, los bomberos usan equipo especial, como mantas térmicas o espuma, para contener el fuego, pero esto es principalmente para evitar que se propague a los coches cercanos. El eléctrico que ha ardido queda irremediablemente reducido al chasis.
Según Ilunion, que cuenta con un departamento de bomberos y realizan prácticas de incendios de este tipo de vehículos frecuentemente, es posible usar agua para contener el fuego, pero estiman que se necesitan unos 10.000 litros para hacerlo, algo inviable en estacionamientos, que no cuentan con el drenaje necesario y cuyas estructuras –posiblemente dañadas por las altas temperaturas– podrían no soportar el peso adicional.
Los concesionarios son los principales prescriptores de coches eléctricos, como arroja la última encuesta elaborada por Faconauto, y, para resolver las dudas que puedan surgir a los clientes, contarán con el Decálogo de Seguridad del Vehículo Eléctrico. En él, ambas asociaciones repasan los mitos más frecuentes de los cero emisiones, para tranquilizar los clientes inquietos que tengan dudas al respecto.
Por ejemplo: reiteran que las baterías de los eléctricos están sometidas a un mayor control de seguridad a la hora de fabricarlas –precisamente para evitar estos incendios– y que la centralita del coche eléctrico las monitoriza constantemente para comprobar su estado y anomalías. Ante cualquier golpe, recomiendan llevar el coche a una revisión para garantizar que no ha sufrido ningún daño.
Los diez puntos del decálogo se pueden encontrar en las páginas de Faconauto y Aedive. Según el director general de la patronal de concesionarios, José Ignacio Moya, «los puntos de venta nos trasladan que muchos clientes creen en las ventajas del eléctrico, pero necesitan certezas técnicas. Esta guía se convierte en una herramienta para que los asesores puedan acompañar esa decisión con argumentos sólidos. En un momento en que la confianza es determinante, el concesionario prescribe movilidad segura y sostenible».
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