La expectación por lo que esta tarde se pudiese revelar en la Comisión de Investigación sobre los atentados del 17-A era tan mínima —tal y como reconocían a La Vanguardia los propios parlamentarios minutos antes del inicio de la sesión—, que en la Sala Prim del Congreso de los Diputados no había ni una decena de señorías en sus asientos. El número dos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que acudía después de que ABC publicase que Abdelbaki Es Satty cobraba 500 euros al mes como confidente de los espías españoles, ha cumplido con las expectativas: cero novedades que sirvan a la comisión, como pretenden sus impulsores, para “conocer la verdad” sobre los ataques terroristas en Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017, pese a que el Tribunal Supremo dio carpetazo en su sentencia a cualquier teoría de la conspiración, como sigue alentando un sector del independentismo. Luis García Terán, en menos de una hora, ha negado que el imán de Ripoll fuese confidente, que se destinasen fondos reservados —”ni 300, ni 400, ni 500 euros”— para pagarle y que el CNI tuviese algo que ver con los atentados. Eso sí, el exjefe de contraterrorismo ha dejado un titular que aunque evidente, a tenor de la tragedia, ha llamado la atención pronunciado por el alto mando: “Es Satty pasó inadvertido para todos”.
Luis García Terán asegura que el imán de Ripoll nunca llegó a convertirse en confidente del Centro, pese a que trataron de reclutarlo por la información sobre radicalismo que pudiese aportar
La expectación por lo que esta tarde se pudiese revelar en la Comisión de Investigación sobre los atentados del 17-A era tan mínima —tal y como reconocían a La Vanguardia los propios parlamentarios minutos antes del inicio de la sesión—, que en la Sala Prim del Congreso de los Diputados no había ni una decena de señorías en sus asientos. El número dos del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que acudía después de que ABC publicase que Abdelbaki Es Satty cobraba 500 euros al mes como confidente de los espías españoles, ha cumplido con las expectativas: cero novedades que sirvan a la comisión, como pretenden sus impulsores, para “conocer la verdad” sobre los ataques terroristas en Barcelona y Cambrils del 17 de agosto de 2017, pese a que el Tribunal Supremo dio carpetazo en su sentencia a cualquier teoría de la conspiración, como sigue alentando un sector del independentismo. Luis García Terán, en menos de una hora, ha negado que el imán de Ripoll fuese confidente, que se destinasen fondos reservados —”ni 300, ni 400, ni 500 euros”— para pagarle y que el CNI tuviese algo que ver con los atentados. Eso sí, el exjefe de contraterrorismo ha dejado un titular que aunque evidente, a tenor de la tragedia, ha llamado la atención pronunciado por el alto mando: “Es Satty pasó inadvertido para todos”.
Terán, que estaba citado a las 16:00 horas en la última comparecencia de este curso político de la comisión, ha leído al inicio un escrito de cuatro páginas en el que advertía en primer término que sus respuestas estarían limitadas por el artículo 5.1 de la ley reguladora del CNI, que clasifica con el grado de secreto las actividades de sus profesionales. Tras tener un recuerdo para las víctimas del 17-A —y los fallecidos en el 11-M—, ha querido dejar claro que el personal del Centro “siempre” realiza “todos los esfuerzos posibles”, utilizando al máximo las capacidades y recursos, para evitar atentados. Precisamente la teoría de la conspiración pivota sobre la idea de que el Estado era conocedor de los planes de Es Satty, pero no hizo nada para dar un susto al independentismo, que en aquellos años estaba en auge. De ahí, que el número dos del CNI haya indicado que los efectivos se desplacen a entrevistar a quien sea necesario para conseguir información que evite atentados.
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Es en ese contexto en el que se enmarcan las tres visitas que el CNI realizó entre 2012 y 2014 a Es Satty a la prisión de Castellón, donde cumplía condena por un asunto de narcotráfico. De esos encuentros, según se desprende de la documentación desclasificada por el Gobierno para ponerla en disposición de la comisión, que el yihadista que murió en la explosión de Alcanar tendía al engaño, además de concluir que “no era un riesgo para la seguridad”. “Las personas cambian, evolucionan”, ha defendido Terán en referencia a la radicalización que sufrió quien años más tarde se convertiría en el cerebro de los atentados. “Nunca informó de nada de interés, ni colaboró con el CNI, ha añadido durante su intervención inicial.
Sin embargo, la información de ABC en la que se aseguraba que Es Satty cobraba todos los meses del CNI se refería a años posteriores; una vez que el terrorista abandonó la cárcel. Y en este punto, las explicaciones de Terán han entrado en un terreno poco concreto, amparándose en su deber de reserva, pese a la insistencia de Jon Iñarritu (EH Bildu), Pilar Calvo (Junts) y Francesc-Marc Álvaro (ERC), que han marcado el ritmo de la comisión. El CNI le proporcionó un número de teléfono —pese a que Pilar Calvo (Junts) insiste en la idea de que se le facilitó un móvil— para que se pusiese en contacto si tenía información relevante, una vez fuera de prisión. ¿Hubo contactos telefónicos; cuántos? ¿Hubo encuentros presenciales? A la primera ha respondido con un sí, pero sin concretar. La segunda se ha quedado en el aire: ni confirma, ni desmiente.
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Terán ha explicado en sede parlamentaria que “se pudo haber producido algún encuentro” con Es Satty, pero que lo que le hizo llegar al CNI “no tuvo ni el más mínimo interés”. De ahí, que no haya ninguna documentación que refleje esos contactos. Es decir, el alto cargo del CNI lo que ha venido a defender es que en un momento de máxima amenaza terrorista —en el que el Estado Islámico consolidaba el califato reclutando a combatientes por todo el mundo— no era práctico perderse en burocracia realizando informes de encuentros que no habían aportado nada relevante. Y como no era “un activo del CNI”, nunca se le pagó. “Nunca se le pagó”; ha repetido. Iñarritu le ha preguntado al espía, con más de 32 años de trayectoria en La Casa, si sospecha de dónde puede venir la filtración a la prensa que lo señalaba como supuesto responsable de Es Satty en calidad de confidente, puesto que se publicó después de que este fuese nombrado número dos del CNI. También ha preferido no contestar, aunque los diputados la han dado por respondida después de la sonrisa con la que ha esquivado la pregunta.
—¿Cómo nos engañó este señor? ¿Qué paso?, ha preguntado el portavoz de ERC.
—No somos perfectos. No logramos establecer que esta persona era una amenaza.
Terán ha recordado que hasta el Ramadán de 2017, tal y como quedó probado en la sentencia, no empezaron a planear los atentados. “Hasta 2017 no hubo ninguna actividad objetiva de que pudiese ser fiscalizado”, ha detallado el secretario general del CNI, quien ha insistido en que la célula hizo “todo lo posible” para que no se la detectará una vez que Es Satty sabía cómo llevarlo a cabo debido a su experiencia previa con las actividades delictivas. “Buscaron hasta en 100 ocasiones cómo hacer la bomba [en referencia a la Madre de Satán que hizo saltar por los aire la casa de Alcanar]”, ha recordado para a continuación plantear a los diputados si como sociedad “estamos dispuestos a que alguien por encima de nosotros fiscalice todas las búsquedas que hacemos en Internet”.
—Incluso en los estados policiales surgen atentados terroristas.
Terán, tras unas preguntas de Vox que ha exagerado el panorama en Catalunya en cuanto a radicalización y unas cuestiones poco incisivas del PSOE, no ha querido irse del Congreso sin antes advertir que la amenaza terrorista en España es “cada vez más preocupante”, pese a los grandes esfuerzos de la lucha contra ella. Y aunque ha señalado que actualmente “sería mucho más difícil” que actúe una célula como la de Ripoll —aunque el riesgo cero no existe—, hay en marcha investigaciones a manos de las Fuerzas y Cuerpos d Seguridad que monitorizan grupos que podrían estar dispuestos a realizar ataques en territorio nacional.
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